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Joaquín Díaz y el alcalde, Javier León de la Riva. / Henar Sastre
La Feria cierra su 45 edición con un emotivo homenaje a Joaquín Díaz
Recibió una escultura de Belén González

La Feria cierra su 45 edición con un emotivo homenaje a Joaquín Díaz

El músico advierte contra la «pérdida de la cultura del esfuerzo por aprender»

VIRGINIA T. FERNÁNDEZ

Lunes, 7 de mayo 2012, 00:55

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Atmósfera densa ayer por la tarde bajo la Cúpula del Milenio. Concentración de palabras. Muchas palabras, escritas y pronunciadas tras diez días de Feria. Las del etnógrafo Joaquín Díaz, autoridades y amigos cerraron la 45 edición del encuentro literario más importante de la ciudad en un homenaje que el Ayuntamiento de Valladolid le brindó como promotor infatigable de la cultura popular de la región. El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva abrió el acto institucional de tributo a quien se refirió como «orgullo colectivo» e «icono más reconocible de nuestro respeto por la cultura tradicional popular en el corazón de Castilla».

En similares términos elogiosos intervinieron en su presentación Jesús Julio Carnero, presidente de la Diputación de Valladolid; José Ramón Alonso, director de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, y el escritor y periodista José Delfín Val, en representación de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción que el propio Díaz presidió. El auditorio se quedaba pequeño ya en el momento de la entrega a Joaquín Díaz de la escultura 'Niña leyendo', de la artista Belén González.

Imposible detallar el largo listado de reconocimientos del director de la Fundación ubicada en la villa de Urueña que lleva su nombre. Todos ellos premian el incansable trabajo por difundir, tanto dentro como fuera de las fronteras regionales, el patrimonio inmaterial de la comunidad: «Costumbres y conocimientos se conservan para que sirvan de ejemplo y de advertencia. La experiencia convierte a quienes han vivido ya una larga existencia, en unos excelentes maestros para transmitir sensaciones», explicaba durante su discurso.

Díaz no se limitó a hablar de su profesión. Desbrozó lo que considera sus cuatro pilares personales criterio, constancia, curiosidad, paciencia, cualidades con las que ha construido «su casa», la figurada (su personalidad) y la material, en la que guarda un hueco especial para el libro: «Una extensión de la memoria y de la imaginación». Citando primero a Borges continuaba «es también una prótesis imprescindible de nuestro propio cuerpo. Conviene no tenerlo lejos físicamente. Es absolutamente necesario sostenerlo y mirarlo».

Aleccionó a fomentar la cultura del esfuerzo en una sociedad «básicamente superficial» que «inocentemente ha bautizado su caótica situación como estado del bienestar, bajo el peso de una información excesiva». Reflexiones y consejos apoyados en la receta de mirar al pasado para comprender el presente: «Hemos perdido la capacidad de asombrarnos y el interés por aprender. El aprendizaje era un largo proceso plagado de esfuerzos en el que también aprendíamos a olvidar lo superfluo. Se nos ofrecen medios que parecen resolver todos los problemas y pretenden dar solución rápida y certera a todas las preguntas. Me temo que no es ese el camino», sentenciaba.

Tras el discurso, más sorpresas. Una grabación con la voz de José María Íñigo, con quien Joaquín Díaz escribió el libro 'Música Pop. Música Folk' (1975) y la actuación de Luis Delgado y El Trío de Urueña, que emocionó al homenajeado.

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