24 años al servicio de la naturaleza

En su discurso de ingreso en la Real Academia Española, Miguel Delibes dejó esta sabia reflexión que junto a toda su disertación luego quedaría plasmada en su libro 'Un mundo que agoniza': «El hombre de hoy usa y abusa de la naturaleza, como si hubiera de ser el último inquilino de este desgraciado planeta, como si detrás de él no se anunciara un futuro». Para que ese porvenir se pueda garantizar y legar a sucesivas generaciones, al propio hombre no le queda otra que dotarse de herramientas con las que preservar el medio natural.

En esa difícil tarea se afanan en la provincia los 26 integrantes de la Guardia Civil del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), aunque como manifiesta su comandante, Javier Peña de Haro, segundo jefe de Operaciones de la Comandancia de Valladolid, «es un cometido que cualquier agente de la Guardia Civil desempeña durante su servicio».

Javier Peña explica que la Guardia Civil ha tenido encomendadas tareas relacionadas con el medio natural desde el decreto fundacional del Cuerpo. «Tradicionalmente, la Guardia Civil, por estar más apegada al ámbito rural, había asumido como competencia lo relativo a las leyes de montes, de caza, de pesca y de guardería rural», explica el comandante. Con la Ley 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se asigna a la Benemérita formalmente y en exclusiva la autoridad en materia de conservación de la naturaleza. Pero el Seprona, como tal, no nace hasta 1988, hace 24 años.

Sus funciones son tan variadas que van desde proteger el suelo, el agua, la atmósfera y las distintas especies que pueblan estos medios, como la protección del patrimonio histórico. Pero además, desde el Seprona pretenden «fomentar conductas de respeto al medio ambiente, intentar concienciar a la gente de la importancia de preservar un medio que, en definitiva, es patrimonio de todos», indica Peña.

El servicio del Seprona se presta en toda la provincia vallisoletana, con patrullas motorizadas ubicadas en los cuarteles de San Isidro en Valladolid, Peñafiel, Medina del Campo y Medina de Rioseco. En la Comandancia desempeñan su tarea el oficial que está al mando, un sargento en la oficina técnica, seis agentes en el área de investigación y el resto de personal está en las patrullas.

En territorio urbano, como el ocupado por la capital y su alfoz, se requieren más actuaciones. «Al haber mayor actividad, hay más posibilidad de infracciones y problemática», anota el comandante, que explica que estas «son zonas prioritarias y, con esa filosofía, a principios de 2011, se hizo una reestructuración del Seprona y se instauró un nueva figura, el Pacprona, una patrulla pensada y diseñada para zonas urbanas».