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El presidente de la Diputación de Valladolid visita el Belén Viviente en Laguna de Duero. /El Norte
Ochenta comercios de Laguna participan en la financiación del Belén viviente
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Ochenta comercios de Laguna participan en la financiación del Belén viviente

El presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, visita el montaje

JESÚS NIETO

Lunes, 26 de diciembre 2011, 21:46

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El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, se ha acerdado esta mañana hasta Laguna de Duero para contemplar el Belén Viviente que organiza cada año la Asociación Cultural Aceña. Carnero se mostró sorprendido por el papel de los actores y sobre todo por el decorado al que no le falta ningún detalle.

Carnero estuvo en todo momento acompañado por el alcalde de la localidad, Luis Minguela, y por el primer teniente de alcalde, Jesús Viejo. Tras la representación, pasearon por los diferentes puestos que componen el Belén y probaron las diferentes viandas: rosquillas, panes, chorizo... Porque otro de los atractivos de este evento es que, cuando termina la obra, se puede contemplar de cerca los oficios de antaño y disfrutar de los productos artesanos.

La representación de ayer, comenzó a las 13:00 horas y durante 30 minutos se recreó el nacimiento de Jesús, que este año está representado por Ismael Enjuto, de cuatro meses de edad, y que aguanta la obra como un auténtico profesional, mientras su madre, Nuria Andrés, saca fotos sin perder de vista a su pequeño.

Y el recorrido posterior a la obra comienza por el Portal de Belén, donde aquellos que los desean pueden sacarse fotos con la Virgen María y San José. Luego se para ante la conejera, la novedad de este año, para ver conejos, gallinas y el burro. Se sigue por las castañeras que invitan en la fría mañana a castañas asadas, para terminar ante el puesto de especias, una idea de Loli Cilleruelo, que atiende al público: «Aquí tenemos las especias de los mercaderes; vainillas, romero, tomillo, lavanda». Platos de barro por tres euros, jarras por cuatro y huchas de cerdito por cinco es lo que el público se encuentra al dejar atrás las especias.

Pero uno de los puestos que más éxito tiene es el de las rosquillas. Calentitas, las mujeres no dan abasto ni para freír, ni para vender. «Unos 18 kilos solemos hacer en cada representación», señalan sus responsables, Esperanza Rodríguez y Azucena Alonso». ¿Y también hacen rosquillas es casa? «Bueno, sólo de vez en cuando».

Y tras el panadero, otro foco de atracción para el público está el puesto en el que se elaboran, como hace cientos de años, el chorizo; unos cinco kilos por representación, con la materia prima que les proporciona Geñín, uno de los carniceros del pueblo, y que es responsabilidad de María Jesús Fernández.

Y las familias se sacan fotos y más fotos. Los lugares más retratados son lógicamente aquéllos que más atraen a los niños: el corralito con las ovejas, la conejera, la noria y por supuesto, los Reyes Magos, que escuchan las peticiones de los más pequeños. En fin, un perfecto Belén para cuyo montaje del decorado participan desde noviembre más de 25 personas todos los fines de semana en jornadas de siete u ocho horas. Un decorado, que por su volumen se guarda en más de una nave, del Ayuntamiento, particulares y en el propio centro cívico El Cascajo, donde se representa.

Y tras el paseo, una paradita en el puesto de salida donde por un euro se pueden degustar sopas de ajo o un pinchito de chorizo con un vino. Todo el dinero recaudado de las ventas se invierte cada año en mejorar el Belén, un belén que tiene un presupuesto de 16.000 euros y en el que colaboran además del Ayuntamiento y Diputación, 80 establecimientos comerciales del municipio y la obra social de cuatro cajas de ahorros, así los socios con sus cuotas.

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