Los aparcamientos subterráneos de los barrios entran en dique seco

No salen las cuentas. Y como las cuentas no salen, en el Ayuntamiento han decidido pararse a sumar y comprobar si merece la pena seguir haciendo operaciones. Ahí van los números. De las 284 plazas en las que está dividido el aparcamiento de la plaza del Ejército, aún hay 106 que no se han vendido. De las 313 de Arca Real faltan 183 por adjudicar. Y lo mismo ocurre en Pajarillos (casi la mitad de los huecos aún están libres) o en la plaza de la Solidaridad (La Victoria), donde tan sólo se han vendido 22 huecos (sobre 240) de un aparcamiento paralizado porque la empresa Teconsa entró en septiembre en concurso de acreedores.

Así las cosas, con aparcamientos ya rematados y abiertos desde hace años y todavía con plazas libres (muchas), la concejalía de Planificación e Infraestructuras ha decidido replantearse su plan de aparcamientos subterráneos en los barrios y, de momento, ya ha desestimado el que había previsto en Amor de Dios y se plantea muy seriamente continuar con el proyectado en Madre de Dios. Lo van a sacar a concurso, aunque ya advierten de que «será complicado que alguna empresa opte a construirlo». Los subterráneos en los barrios -«quizá por lo que cuesta una plaza, y más en tiempos de crisis»- no son hoy un buen negocio. Las empresas no optan a su construcción con tanta alegría como hace unos años y el Ayuntamiento no quiere correr riesgos. Lo dijo el alcalde, muy clarito, en el último concejo abierto celebrado en La Rondilla. León de la Riva animó a los vecinos a «crear un régimen de cooperativa». «Si buscan una constructora, les daremos todas las facilidades para llevar a cabo el aparcamiento», aseguró el regidor.

Total, que los aparcamientos en los barrios parece que están ahora mismo en el dique seco (no así en el centro, donde las peticiones multiplican las plazas disponibles) y no parece -si la situación permanece como hasta ahora- que haya un claro futuro para los proyectos de Amor de Dios (250 plazas previstas) y Madre de Dios (260).

Si hay unos que no dan el primer paso, otros se han quedado, por desgracia, a mitad de camino. Es lo que ha ocurrido en el caso del subterráneo previsto en la plaza de la Solidaridad. Allí se amontonan ahora vigas metálicas y pilas de adoquines. Las obras paradas porque la constructora Teconsa se ha declarado en suspensión de pagos. ¿Y ahora? «Había hechas 22 reservas. Y nos gustaría decir a esas familias que estén tranquilas, que tengan la absoluta tranquilidad de que no van a perder su dinero», explica el concejal Manuel Sánchez. Ese dinero son 15.600, 15.000 o 14.400 euros, dependiendo de la planta. «Estamos viendo si podemos rescatar la concesión que en su día hicimos a la constructora, porque ya hay varias empresas que se han interesado por retomar la obra», comenta Sánchez. ¿Y si no? «El Ayuntamiento urbanizaría la superficie -aunque no se hiciera el aparcamiento-. El seguro y las indemnizaciones impiden que se pierda dinero».