Nuevo en esta plaza

L E chafan a uno lo que escribe, vamos, que lo que pone en los papeles, va a misa, y si no, ¿qué pensaran los lectores que hace escasamente un mes leyeron en esta sección 'José Centeno, secretario provincial de UGT', y hoy vuelven a leer el mismo cargo en Salazar Calvo?; ¿se habrá confundido el que lo ha escrito o esta más despistado que el alcalde a la hora de diseñar la nueva ruta del autobús ecológico? Estas faenas no se hacen, Centeno. Aquí, servidor hablando del Primero de Mayo y lo bien que portabas la pancarta de las reivindicaciones y... ¡zas!, al día siguiente te rajas para dejar sitio a otro.

Cuando me enteré que Salazar, empleado de la fábrica de cristales de La Granja, se presentaba para optar a la Secretaría Provincial de UGT, no niego que me hice un lío. ¿Pero no es ese el jefazo de la empresa? ¿Cómo puede un empresario ser también trabajador? Esto no cuadra. Un empresario es como el chiste del loro: « -¿Y éste, por qué cuesta tanto?, ¿qué es lo que sabe hacer?. -Nada, pero los demás le llaman jefe». Bueno, al final se aclaró todo, es un Salazar distinto, no es el Salazar Simpson, presidente, sino Salazar Calvo, que además, ni es el primo enchufado ni le une parentesco alguno con aquel.

A pesar de ser el único candidato, salió elegido Calvo por los pelos, o sea por la mitad justo de los votos, ya que la otra mitad se abstuvo. Yo que él me atrevería a decir: voy a ser el secretario, sólo de mi 50% y el resto, que aguante su vela. Bueno, pues que dure mucho y le veamos llevar la pancarta de aquí a un año.