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Respeto a la dignidad
CON OTRA MIRADA

Respeto a la dignidad

JULIÁN BÁSCONES

Domingo, 3 de mayo 2009, 03:50

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Q UIZÁ pueda parecer una provocación. Enfrentarse a la fiesta del trabajo, como lo hacíamos el viernes, y no abordar la realidad del trabajo en unos momentos que escasea. Cuando menos sería una tremenda osadía. Porque en ese día, la clase trabajadora enarbolaba sus pancartas reivindicativas en todos los lugares del planeta y en los rincones más escondidos de la geografía de nuestro país para hacer valer sus derechos y reclamar el puesto de trabajo que compete a todas las personas y que les permite subsistir y vivir con mayor dignidad.

Las cifras estadísticas sobre el paro, a escala nacional y también de la provincia, siguen siendo preocupantes, y las de estos últimos meses, con la crisis en la que nos encontramos inmersos, todavía más. Unas cifras que afectan de forma especial al mundo juvenil y femenino, y al que busca el primer empleo. La mayoría de los que solicitan trabajo es gente joven que aún no ha tenido la oportunidad de encontrarlo. El porcentaje resulta bastante sobrecogedor, ya que en el terreno laboral no se perciben, por el momento, signos demasiado optimistas de recuperación, que inviten a pensar en una solución a corto plazo. Los expertos, por el contrario, anuncian una caída significativa de la actividad productiva, como ha reconocido recientemente el Gobierno y, por tanto, un incremento del desempleo.

La falta de horizontes está envolviendo a un montón de jóvenes en una serie de problemas. Difícilmente se puede establecer una familia cuando no existe un trabajo duradero y bien remunerado. Muchos de los jóvenes carecen de futuro, sobre todo en nuestra tierra, y están condenados a emigrar o a vivir bajo la tutela de los padres, prolongando la dependencia hasta edades muy avanzadas. Y una situación así, con tantos hombres y mujeres inactivos, con tantas familias desprovistas de esperanza, reclama, como nunca, la creación de un clima de solidaridad que permita encontrar con más facilidad un principio de respuesta a los problemas económicos. Una postura de solidaridad que contribuya a superar el miedo frente al riesgo, a vencer las actitudes cerradas y egoístas frente a los que no quieren aceptar la realidad ni los medios que se utilizan para transformarla o cambiarla.

En unas circunstancias como las actuales, aquéllos que poseen una influencia en la sociedad el único objetivo, y además prioritario, que deben proponerse tiene que encaminarse a proporcionar a todo ser con capacidad laboral que pueda ejercerla en un puesto de trabajo, puesto que se trata de un derecho fundamental que pertenece a la persona y uno de los pilares básicos del bien común.

Objetivo único

Sobran demagogos y visionarios que continúan existiendo. Hoy se necesita gente que apoye con firmeza aquellos programas políticos que asuman este objetivo y que ofrezcan las suficientes garantías para cumplirlo; que esté dispuesta a respaldar cualquier tipo de iniciativa privada o pública generadora de empleo con base razonable de rentabilidad; que defienda la concertación social para el fomento de actividades empresariales nuevas, para que se evite la quiebra de las empresas viables si se hallan en crisis, para no originar situaciones insostenibles que conduzcan al cierre de fábricas o a despidos masivos, y para eliminar aquellas operaciones especulativas que se producen cuando se da una inestabilidad laboral.

La fiesta del trabajo, que celebrábamos recientemente, tiene que estimular, una vez más, la formación de las conciencias en valores morales de justicia y de solidaridad. En concreto, tiene que impulsar el respeto a la dignidad de todo hombre y mujer, la honestidad y la veracidad en las relaciones económicas, el deber de pagar los impuestos para financiar las prestaciones fundamentales, la obligación de ser transparentes siempre que se emplean fondos públicos y la adopción de las medidas sociales que favorezcan a los verdaderamente necesitados. Urge avanzar en esta mentalidad. Nuestra tierra también precisa caminar en esta dirección.

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