Las buenas reservas de agua auguran excedentes si se optimiza el consumo

Hay de sobra, pero se recomienda optimizar el consumo al máximo. «Todo lo que dejemos sin gastar es garantía de que arrancaremos bien el próximo año», subraya Antonio Gato, presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero. Las reservas de agua de la comunidad se encuentran en una buena situación después de un invierno lluvioso. Los embalses están al 82% de su capacidad con un volumen de agua de 2.287 hectómetros cúbicos sobre un total de 2.771. El pasado año por estas fechas apenas se superaba el 66%. Los datos llaman al optimismo, más cuando la cuenca está en unos niveles que superan en cuatro puntos y medio la media de la última década. En el caso de Valladolid también se puede hablar de una campaña tranquila. Los embalses palentinos que abastecen al Canal de Castilla (Camporredondo y Compuerto), que aporta el 60% del agua que se consume aquí, se encuentran al 88% frente al 72% del 2008, mientras que el soriano de Cuerda del Pozo que trae agua a través del Canal del Duero está al 85% cuando el pasado año estaba al 68%. A día de hoy el presidente de la CHD augura que no habrá ningún problema para el abastecimiento de la población ni tampoco para los cultivos de regadío. No obstante, el máximo responsable del organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente advierte que se controlarán los consumos especialmente en los riegos agrícolas. Es aquí donde la falta de modernización de los sistemas provoca en algunos casos unos derroches importantes. Ejemplo: Mientras que los desaconsejables sistemas por inundación consumen entre 7.000 y 8.000 metros cúbicos de agua por hectárea, en las tierras donde se aplican fórmulas sostenibles el gasto se reduce a la mitad. Los agricultores vallisoletanos, que reciben agua 'a la cola', es decir de los últimos, han sabido optimizar los recursos precisamente por esta circunstancia. En Valladolid hay 107.000 hectáreas de regadío de las que 17.000 se alimentan desde los canales de la CHD y 90.000 de concesiones de toma directa desde el río o de pozos subterráneos. Antonio Gato valora positivamente que los profesionales del campo de la provincia se estén «enganchando masivamente» a las obras de modernización.

La otra pata es el consumo humano. Según los datos aportados por Agualid, en los últimos tres ejercicios este gasto ha ido bajando progresivamente en la capital desde los 35 millones del 2006 a los 34,9 del 2007 hasta situarse en los 34,1 del pasado ejercicio. Las razones para esta reducción son dos. Por un lado, la mayor concienciación de la población sobre el uso racional y por otro el ahorro en las economías domésticas. El consumo medio por persona y día en la ciudad se sitúa en los 180 litros. El Ministerio de Medio Ambiente propone reducirlo a 60 litros y penalizar en la factura a los que lo superen.