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Paco de la Fuente posa en una portería después de hacerse cargo del Valladolid B, el pasado verano. / GABRIEL VILLAMIL
«El proyecto es a dos años, y llevamos cuatro meses»
PACO DE LA FUENTE, ENTRENADOR DEL VALLADOLID B

«El proyecto es a dos años, y llevamos cuatro meses»

El técnico del filial cree que la juventud de la plantilla incide en la mala clasificación del equipo

ARTURO POSADA

Jueves, 11 de diciembre 2008, 11:10

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Paco de la Fuente (Valladolid, 1964) observa cómo el Promesas no consigue remontar el vuelo. En su primera temporada al frente del filial, y después de una brillante etapa con los juveniles, trata de que el equipo demuestre su calidad en los partidos y sigue apostando por una escuadra rejuvenecida que pueda servir de vivero a la plantilla profesional.

-¿Qué le pasa al Real Valladolid B?

-Se juntan muchas circunstancias. La tardanza en terminar de formar la plantilla, la juventud de los jugadores, las diferentes características de los futbolistas y su acoplamiento... Eso unido al cambio a un grupo más fuerte y a los malos resultados del inicio genera una sensación de desconcierto y de ansiedad que provoca falta de fe en cosas que sabemos hacer.

-Ahí entra en juego el papel del técnico. Imagino que intentará que los chavales superen esa fragilidad psicológica. ¿Captan el mensaje?

-Sí, lo captan. Durante la semana, el equipo se entrena a la perfección, pero no he visto ningún partido en el que juguemos así de bien. Es mi caballo de batalla: conseguir que los chicos se aíslen de la clasificación, aunque sé que ahora resulta imposible. El pasado domingo, ante el Sporting B, era el punto de inflexión. No porque fuera el colista sino por ganar dos partidos seguidos y que nos viésemos con un plus de confianza. Ahora hay que empezar otra vez de cero.

-¿Hay esperanzas?

-Lo estamos haciendo muy mal, pero estamos a dos partidos de los puestos de salvación y quedan 21 choques por jugarse. Nos va a costar. Sabíamos que iba a resultar duro y lo está siendo.

-Hay muchos jugadores que usted conoce bien de su etapa de juveniles.

-Sé lo que puedo esperar de Prada, Villa, Lázaro, Sergio García, Quique, Pablo o Kevin, que por cierto llevaba dos años sin jugar. La base del año pasado es pequeña. Quizá los fichajes deberían aportar algo más. No digo que no hayamos acertado, pero nos está costando acoplar a los nuevos y espero que al final den la talla.

-¿Ha pedido usted refuerzos para el mercado invernal?

-Está es mi undécima temporada en el Real Valladolid y nunca he pedido nada. Siempre he trabajado para intentar optimizar al máximo el rendimiento de cada jugador. Ahí están los resultados. Creo que no he llegado al Promesas por llamar a ninguna puerta. El División de Honor siempre ha aportado jugadores al Real Valladolid B. Ahora llega un ciclo en el que hay que empezar de nuevo. Yo tengo una idea de lo que debe ser un filial. Creo que lo mejor es rejuvenecer la plantilla. Si yo quisiera consagrarme como entrenador me habría quedado con jugadores más experimentados, pero miro más por la proyección de los chavales, gente con futuro. El grupo es magnífico, a pesar de la situación.

-¿Se exige demasiado a esta hornada de jugadores?

-No podemos engañarnos. Cuando a un jugador se le pide más de lo que puede dar se le hace daño porque le generas incertidumbres y ansiedad. El proyecto inicial se marcó a dos años y han transcurrido cuatro meses. La situación no es buena y el máximo responsable soy yo. Ahora puede pasar cualquier cosa. Yo no tengo presión porque estoy en un filial, pero debemos tener la clasificación presente. Resulta complicado sacar jugadores si vamos los últimos. Por quedarme con algo positivo: esta situación curte a los chicos. Pero estoy preocupado, igual que la dirección deportiva y la gente del club.

-Dice que puede ocurrir cualquier cosa. ¿Qué exactamente?

-Que me destituyan y traigan a otro entrenador.

-Pero si el proyecto es a dos años y no tiene que ver con los resultados, su puesto no debería estar en peligro...

-No, no debería. La gente del club que lleva tiempo me conoce bien. Siempre intento mantener una línea. Sí puedo entender que Roberto Olabe tenga sus dudas porque no me conoce. Él decide que coja el filial asesorado por otra gente, entre ellos Caminero. Las situaciones de despacho se me escapan. Si llegan refuerzos puede retocar algo, pero debería ser con el mismo perfil que tenemos.

-¿Y van a llegar?

-No lo sé. Hay puestos donde estamos escasos, pero creo que las soluciones deben salir del vestuario, del grupo. Somos 24 jugadores, incluidos dos juveniles. Si vienen dos o tres a aportar algo, puede estar bien, pero el resto debe sumar. La dinámica no la van a cambiar posibles refuerzos.

-¿Se estudia la posibilidad de fichar algún jugador que pueda servir también para el primer equipo?

-Es una de las opciones. Un jugador de poco más de veinte años, que compita con el filial y se entrene con el primer equipo. Es lo que sucede ahora con Kike.

-Hay futbolistas que han hecho la pretemporada o que se entrenan con la plantilla profesional, pero que no acaban de dar el salto...

-La semana pasada se entrenaron Quique y Lázaro con el primer equipo y creo que esa situación se va a repetir. Estar en contacto con jugadores profesionales es muy importante para ellos.

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