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El efecto Baraja
ANÁLISIS

El efecto Baraja

JAVIER YEPES

Lunes, 8 de diciembre 2008, 02:15

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L a dupla atacante formada por Víctor y Canobbio fue quien obtuvo, en detrimento de Goitom, el favor de Mendilibar para resolver la duda atacante ayer en Pamplona. Al menos en principio, y por corto espacio, así ocurrió.

Del mismo modo Medunjanin gozó de su confianza, para suplir al lesionado Álvaro Rubio, y también fue breve su estancia en el césped navarro.

Sin embargo el desequilibrio en el centro del campo duró una hora de partido. Justo hasta que Javier Baraja hizo su entrada en el campo para situarse de volante junto a Dorado.

Me sorprendió que no se contara con Borja para ese cometido. Sin embargo, el entrenador entendió que el defensa era el sustituto ideal para un Canobbio que como volante defensivo no se encontraba ni a gusto ni en su sitio.

Javier, una vez más, devolvió con hechos la confianza depositada y arregló posicionalmente el equipo.

Es obvio que ni Medunjanin ni Canobbio son volantes de corte defensivo y que Mendilibar lo entendió rápido con los cambios de los dos.

Pero también es cierto que ello produjo confusión y desajuste de líneas y arrastró a los cuatro defensas a imprecisiones y errores importantísimos que acabaron en goles.

Tanto el holandés como el uruguayo pueden ser decisivos en la parte izquierda del equipo, pero en posiciones de ataque e incluso en la banda. Lo otro son gollerías.

No parece tiempo de muchos experimentos, y más tras la lesión de Asenjo, en un bloque defensivo que ha alcanzado cotas de eficacia muy importantes para el equipo.

Ayer innecesariamente y jugando con fuego la cosa acabó de color rosa gracias a las soluciones morenas encontradas.

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