Cuestión de formas

LA ley del silencio ha terminado. Sergio Asenjo ya es un jugador normal. Como todos. Un día habla, una semana no, si hay un gol dudoso -léase Gabilondo la temporada pasada en San Mamés- se le puede preguntar su opinión... Vamos, lo que debería ser una relación normal entre futbolista y medios de comunicación, que a su vez son los vehículos por los que sus opiniones llegan a los aficionados blanquivioletas.

Durante un año, los medios locales han respetado el veto y se han conformado con dos ruedas de prensa extensas cuando el club lo ha tenido a bien. Hace apenas dos semanas resultaba imposible hacerle una foto especial -para ilustrar un gráfico, simplemente- porque estaba vetado. La semana pasada, una treintena de medios catalanes trató de entrevistarle. «¿A quién queréis del Valladolid?», preguntaba uno de los jefes de prensa del Barcelona tras el 6-0. «A Sergio Asenjo». Respuesta unánime a los medios catalanes. «Imposible».

El mejor activo del Real Valladolid era mudo. Y él ha vivido cómodo en ese papel, claro. A fin de cuentas, sólo es un chaval de 19 añitos.

El momento elegido ha sido malo. Y las formas, un desastre. Estaba pensado desde hace un par de semanas, por lo visto, pero no querían agobios antes de que jugara contra el Barcelona. Así que esperaron a ayer. Da igual que vaya a tener los mismos agobios, porque el siguiente en pasar es el Real Madrid. Lo que ocurre es que ya tenía apalabrada una comida con los gerifaltes de un diario nacional, que iban a ser los primeros en tener sus declaraciones después de un año. Ellos y sus lectores, preferentemente madridistas de pro. Y para mayor gloria del portero y de quienes andan como locos por traspasarle de una vez, y no por lograr su renovación, precisamente. El mudo ha hablado. Y el club podía haberse quedado calladito.