Fin de fiesta

M uy bien Cartagena, muy buenos caballos y muy buena lidia. De los tres es el que menos nombre tiene y el más desconocido en esta plaza. Hermoso de Mendoza tiene Valladolid en su mente, entre una de sus plazas talismán, pero ayer no le acompañó la suerte con el juego de los astados. De arrancada, mucho cabeceo y con trote discontinuo. Acostumbrado al encaste Muruve, trotón y noble, su lidia quedó deslucida. Apenas una carrera completa, marca de la casa dio el navarro. Aún se recordaba las tres vueltas al redondel que le pegó al toro el año pasado.

Y Cartagena dio lo mejor de sí. Triunfó en el sexto toro, gustó, emocionó y toreó como mandan los cánones, todo en uno, rejoneo para los puristas y para las masas, triunfo asegurado. Dos merecidas orejas que lo sitúan en la nómina de triunfadores de la feria. Leandro, Joselillo y Perera lo acompañan, aunque de los cuatro sobresales tres o cuatro cuerpos por delante Miguel Ángel Perera, qué torero. Su faena al sexto de la tarde ha dejado mucho regusto en Valladolid. Será recordada por mucho tiempo y le debe de dar la llave para otras dos corridas el año que viene o para un encierro en solitario con seis toros. Mucho tiempo ha pasado desde la última vez y tanto el público lo quiere, como el diestro lo merece.