Una remontada espectacular

Esto es fútbol, señores. Lo decía el locutor de la Televisión Valenciana Internacional en la primera parte, en el único rato en el que el Villarreal tocó algo el balón, tras un gol de churro en una jugada a balón parado. Mala suerte. O un despeje blando. Da igual. Baraja tocó el balón botado por Ibagaza, pero lo hizo en la dirección errónea. Hacia la cadera de Kiko, un central del filial del Villarreal. Rebotó y adentro. Un golazo, sin duda.

Antes de eso, el Valladolid fue superior. Después de eso, también. No con un juego especialmente brillante en la primera parte, pero sí con la presión acostumbrada, con un Medunjanin que sigue a prueba pero que cada día convence más y con un buen tono de todo el equipo. Se fallaba arriba, pero ésa era la tónica de la pretemporada, así que tampoco cogía especialmente por sorpresa.

Y entonces llegó el fútbol. Ése con el que soñaban los comentaristas televisivos, pero en el bando contrario. Las ganas de Aguirre y Kike destrozaron en dos minutos al Villarreal, y la calidad de Medunjanin en el área dejó un golazo impresionante para poner al Valladolid por delante. Sólo era un anticipo. En pleno éxtasis de juego blanquivioleta, con el Villarreal adormilado, llegó el tercero, obra de Aguirre tras desaprovechar Goitom un gol cantado. El sueco estuvo fenomenal en el desarrollo del juego y nefasto en la definición. Un minuto después salió Víctor. Lo que le faltaba al Villarreal. A su ex equipo le dejó una asistencia de gol en contra, otra de casi-gol y un tanto de penalti, inexistente, eso sí. Una remontada impecable y efectiva. Pues sí. Esto es fútbol, señores.