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Historias corrientes
NARRATIVA

Historias corrientes

CLEMENTE BARAHONA

Sábado, 24 de mayo 2008, 02:41

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ENTRE el porvenir y la nada es un título que nos suena muy filosófico, y nos puede parecer que nos encontramos ante una obra densa y difícil. Nada de esto es verdad. Es una recopilación de veinte relatos muy bien escritos y que nos narran las vidas cotidianas de gente corriente como usted y como yo. Su autor es José Ignacio García, nacido en San Sebastián (1965), pero se considera vallisoletano por adobo y maduración y leonés por los frutos de su pluma. Desde hace cuatro años vive en la localidad de Portillo, allí encuentra la paz y el sosiego suficientes para imaginar y crear.

Si su novela anterior titulada 'Mi vida a tu nombre', comentada en esta misma columna, era una canto al amor eterno y a la fidelidad absoluta, ahora en este libro tenemos historias o retazos de historias de lo más variopintas y dispares. Algunas de ellas rozan el surrealismo como la del fumador impenitente, y todas las vicisitudes que atraviesa por su imperiosa necesidad de fumar un cigarrillo, otras son tan comunes y corrientes que cualquiera de nosotros podríamos ser sus protagonistas.

Este escritor es, sin duda, un alumno aventajado del maestro del relato Antonio Pereira, uno de los escritores más fecundos y prestigiosos de nuestra Literatura. Dicen que el relato breve parece el más asequible de los subgéneros literarios. Pero un buen relato requiere una claridad de conceptos y una precisión máximos. Ardua tarea es la de condensar al máximo, en una o pocas páginas, toda una historia capaz de interesarnos y, lo más importante, de llegar a nuestras emociones. José Ignacio consigue con sus situaciones y con sus personajes que nos identifiquemos con algunos de ellos y que no seamos meros lectores pasivos. Además de pasar unos buenos ratos con su lectura, aprendemos nuevos matices de nuestra creciente, pero implacable condición humana.

Seguramente el cuento más sencillo, que da el título a todo el libro, y aparentemente simple, aunque tiene su miga, es el del joven futbolista que sueña con ser una estrella de ese deporte a pesar de que su padre quiere que se dedique a la abogacía. Los valores que desprenden éste y otros relatos son muy firmes, y por esta razón nos pueden llegar a sorprender y parece que discurren contracorriente. El concepto de amor que nos transmite este autor es un amor que cree en el compromiso. Lo vemos en el que narra las peripecias y sinsabores de un pequeño empresario que se enamora de una prostituta. Hay humor sutil e inteligente en estas páginas, no en exceso pero sí lo suficiente para relajar la tensión narrativa cuando lo requiere lo contado. El ritmo narrativo no decae en ningún momento. La prosa de este autor es precisa y concisa, no se pierde en adornos innecesarios y hace que su lectura sea ágil.

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