Borrar
JOSÉ LUIS MENDILIBAR. El técnico del Real Valladolid da instrucciones durante el choque ante el Real Madrid. / EL NORTE
La familia, en la distancia
POLIDEPORTIVO

La familia, en la distancia

Cinco técnicos relacionados con Valladolid hablan sobre la experiencia de entrenar lejos de sus domicilios habituales

ARTURO POSADA

Viernes, 28 de diciembre 2007, 01:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los entrenadores de los equipos de élite sufren en muchos casos la lejanía de sus familiares. Un puesto inestable y sometido a la presión de los resultados obliga a los técnicos a tener siempre las maletas listas. Que se lo digan si no a Pepe Moré, al que ayer mismo el Castellón le comunicó su destitución como técnico tras 26 meses en el cargo. Este reportaje se interesa por los sentimientos de los entrenadores cuando tienen que vivir lejos de sus domicilios habituales.

PEPE MORÉ

Técnico destituido del Castellón

Adiós al banquillo castellonense

A Pepe Moré le comunicaron ayer oficialmente que no seguirá en el banquillo del Castellón. Mañana sábado firmará el finiquito. Antes de que su equipo entrara en barrena, Moré explicó sus impresiones sobre su vida como técnico.

«Si uno está contento con su trabajo se sobrelleva mejor la falta de contacto directo con los hijos. Tal vez de esta manera las relaciones se solidifican porque hablas más a menudo con ellos. Mis hijos tienen 25 y 28 años y hacen su vida», expone Moré.

El ya ex entrenador del Castellón reconoce que no tuvo momentos de soledad durante las dos temporadas y media que se mantuvo al frente del banquillo del Castellón. Su esposa vivió con él en ese periodo y se adaptó perfectamente a la vida en la ciudad. «Es una forma de conocer otras ciudades, otras formas de vida. Resulta enriquecedor. Al final de mi carrera deportiva como entrenador podré echar la vista atrás y decir: 'he estado en esta ciudad y en esta otra, he visto cómo vivían los vallisoletanos, los canarios, en Cataluña, en Castellón'. Esto enriquece una trayectoria profesional».

JOSÉ LUIS MENDILIBAR

Entrenador del Real Valladolid

La nostalgia vespertina

José Luis Mendilibar reconoce que se ha adaptado bien a Vallladolid: «Los resultados han ayudado a que la gente esté contenta, aunque yo estoy cómodo en cualquier sitio». «Lo bueno de estar aquí es que voy casi todas las semanas a mi casa de Zaldibar. Cada vez es más difícil que los críos vengan. Ya tienen su vida. La soledad te puede acostumbrar mal porque luego te puede costar adaptarte a la gente. A veces pienso por las tardes que si la familia estuviera aquí podríamos ir a conocer pueblos, dar una vuelta por la ciudad... Mi vida sería diferente. En ese sentido, sí siento tristeza y nostalgia, aunque hay que saber llevarlas».

El entrenador del Real Valladolid vive solo en la ciudad. Su esposa y tres hijos (dos chicos de 23 y 17 años, y una adolescente de 14) han preferido seguir con su día a día en el domicilio familiar. «Les gusta venir aquí, sobre todo a los dos pequeños y a mi mujer».

Mendilibar 'mata' las tardes con trabajo y deporte. «Preparo entrenamientos, veo fútbol... Aunque es verdad que no me obsesiono mucho con el rival, al menos un partido sí que veo. Algunos días voy a jugar al pádel. A veces me gusta estar tumbado en en el sofá sin pensar en nada. Es una buena opción la de estar tranquilo en casa».

El técnico blanquivioleta no ha percibido ese carácter incialmente retraído de los vallisoletanos. «Tampoco nosotros los vascos somos muy dados de principio a mostrarnos muy abiertos y nos mostramos un poco recelosos. Después ya no. Aquí en Valladolid la gente se me ha acercado, ha intentado estar conmigo y no he tenido ningún problema».

GREGORIO MANZANO

Entrenador del Mallorca

El Mediterráneo por medio

El técnico jaenés del Mallorca decidió, al ser fichado por el Real Valladolid en 1999, establecer su residencia fija en el barrio de Parquesol. «Llevaba tiempo en este trabajo cuando pensamos instalarnos definitivamente allí. Es nuestra residencia fija y yo me he movido en función de dónde me ha surgido la oportunidad de trabajar», expone Manzano. «No estar en casa con mi mujer y mis hijas [de 20 y 18 años] supone un gran esfuerzo. Ellas ya están mentalizadas con lo que supone el trabajo de su padre. Yo lo llevo como puedo. Hay un tiempo de soledad, de falta de calor en algunos casos, pero también es verdad que éste es un trabajo muy absorbente, al menos en mi caso. Me quedaría poco tiempo para estar con mi familia. Sin embargo, sí hay determinados momentos en que las echo en falta y realmente son necesarias. Este puesto lo hemos elegido nosotros, nadie nos ha puesto una pistola en el pecho. Hay que aceptarlo con sus ventajas y sus inconvenientes».

Uno de esos inconvenientes tiene que ver con la ubicación de su actual equipo. «En Mallorca, tengo el hándicap de estar en una isla y siempre dependo de los aviones», se lamenta.

LEWIS WILLIAMS

Entrenador del Cetransa-El Salvador

De Nueva Zelanda a Pepe Rojo

Poca gente en el mundo se encuentra más lejos de su hogar que Lewis Williams, el técnico neozelandés del Cetransa-El Salvador de rugby. Su casa de Palmerston North está, literalmente, en las antípodas. Situada en la Isla Norte de Nueva Zelanda, Williams no tiene la opción de escaparse un fin de semana. «Echo de menos la playa y también alguna comida, pero sobre todo añoro a mis tres hijos [de 21, 20 y 17 años] que viven allí y a mis amigos. Mi esposa ha venido conmigo y mi hija pequeña, que tiene nueve años, va al colegio en Valladolid», explica el entrenador de El Salvador.

«Aquí la gente se porta muy bien conmigo y con mi familia. ¿Nos encanta estar en esta ciudad! La gente es amistosa y trata de ayudarte. Tiene mucha paciencia conmigo. Me gusta el estilo de vida, que aquí es muy relajado», reconoce Lewis Williams, que aún no se atreve con el castellano.

La decisión de dar la vuelta al mundo para entrenar a un equipo de rugby de España no fue fácil. «Hubo algunos allegados que mostraron su disconformidad cuando decidí venir a Valladolid, pero lo consideramos como una gran oportunidad para mí y para mi familia. Era una buena ocasión para viajar y conocer un nuevo ambiente. Estoy bien aquí con mi esposa y mi hija pequeña. Vivir en una cultura diferente supone una gran experiencia, pero reconozco que siempre tengo ganas de ver a mis otros hijos».

JAVIER IMBRODA

Entrenador del Grupo Capitol

Sin temor a la soledad

Valladolid-Madrid y Madrid-Málaga. A estas alturas de año, Javier Imbroda ya se habrá empollado los horarios del tren de alta velocidad. El técnico melillense del Grupo Capitol tiene a su familia en Málaga, ciudad donde ha transcurrido la mayor parte de su trayectoria profesional. Imbroda escribió en su momento un libro cuyo título resulta revelador: 'Si temes la soledad no seas entrenador'. «Es verdad, este oficio de entrenador es complicado y a veces cuesta mucho. No es fácil conciliar la vida laboral con la familiar. Nuestros contratos dependen exclusivamente de los resultados. Eso no ayuda a que la familia se desplace contigo a algún lugar de la geografía española o europea. Tienes que estar muy convencido de que vas a desarrollar tu trabajo en buenas condiciones para arriesgarte a dar ese paso. Movimiento de casa, de colegio, un nuevo ambiente... No, no son asuntos fáciles de llevar para un entrenador».

Javier Imbroda tiene dos hijos de 12 y 17 años. El primogénito celebró su último cumpleaños el mismo día en que el Grupo Capitol jugaba en la cancha del Unicaja de Málaga. «Parece que la ACB tuvo ese detalle conmigo», bromea el técnico.

«Uno intenta que el trabajo lo mantenga ocupado para no dejar demasiado espacio a la soledad, pero resulta evidente que hay determinados momentos en que uno echa de menos a sus seres queridos. Es inevitable que sea así», admite Imbroda.

Para el técnico del Grupo Capitol estar con la familia, aunque sea un día, supone un balón de oxígeno. «No me da pereza coger el coche o el avión. Y con el AVE tengo más opciones».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios