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Carlos Prieto se vuelve con fuerza para superar el marcaje de Jorgensen. / GABRIEL VILLAMIL
El BM Valladolid mira muy alto
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El BM Valladolid mira muy alto

Los de Pastor consiguen derrotar al Portland en Huerta del Rey después de seis temporadas en un final no exento de polémica Sierra, tras el descanso, lanzó a su equipo a la victoria

MIGUEL A. PINDADO

Lunes, 24 de septiembre 2007, 13:04

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La historia se repite, pero siempre con matices. Los mismos protagonistas, BM Valladolid y Portland; el mismo guión, un partido igualado, tenso, con ventajas y remontadas, con momentos espectaculares; el mismo público, entregado y volcado con los chavales de Pastor; el mismo final, con decisiones arbitrales polémicas y discutibles. Pero esta vez el matiz estuvo en el resultado. Esta vez los dos puntos se quedaron en Valladolid. Esta vez los jugadores morados brincaron y estallaron de alegría cuando los colegiados señalaron el final del partido. Esta vez, el BM Valladolid puede encarar el futuro en la liga con renovada ilusión y con la mirada alta, muy alta.

El debut del equipo vallisoletano ante su afición había llenado las gradas de Huerta del Rey en espera de comprobar si los hombres de Juan Carlos Pastor respondían a las expectativas que se habían creado. Siete caras nuevas, fichajes de relumbrón y un sistema de juego inamovible en su esencia pero adaptado a las características de los nuevos jugadores eran la tarjeta de presentación del BM Valladolid. Además, para dar mayor aliciente, un rival enfrente al que no se había conseguido ganar en las últimas seis temporadas en el parqué de orillas del Pisuerga.

Todo estaba preparado para el éxito, aunque solo faltaba la guinda, un resultado positivo, una victoria ante el poderoso Portland.

Y para eso hacía falta jugar sesenta minutos, luchar sesenta minutos, creer en sus posibilidades durante sesenta minutos y convencerse desde el primer minuto que el BM Valladolid está preparado para ganar a cualquier rival que se le ponga por delante.

Con esta mentalidad saltaron a la cancha los hombres de Pastor. Una primera línea que ha ganado en velocidad a la hora de mover el balón en la primera línea, con Raúl Entrerríos y Muratovic como principales espadas, pero con un Víctor Hugo que se ha convertido en una auténtica revelación. El malagueño ha pasado de jugar solo en defensa la pasada campaña, a disfrutar de sesenta minutos en la cancha.

El único pero que se podía poner era una defensa 6-0 blanda en los primeros compases, que permitía al Portland mantener la igualdad en el marcador pese a contar con tres exclusiones en los primeros diez minutos, así como errores en los lanzamientos (dos penaltis fallados) ante un Matosevic excepcional. Y eso ante los navarros es firmar la sentencia. De hecho, la entrada de Kjelling daba a los de Javier Cabanas las primeras ventajas del partido (9-10, min. 19), que mantuvieron sin problemas hasta el descanso (15-17).

Tras el paso por el vestuario, Pastor decidió cambiar su defensa a 5-1 con Perales de avanzado y la pájara llegó al BM Valladolid (15-20, min. 25). Los navarros tuvieron la oportunidad de dar la puntilla, pero los morados no estaban dispuestos a morder el polvo tan pronto. El regreso de Raúl Entrerríos devolvió la alegría al ataque local y Sierra, desde la portería, provocó la reacción que el público esperaba. Fueron diez minutos sencillamente espectaculares del BM Valladolid en defensa y también en ataque, donde la velocidad y los contragolpes desarbolaron por completo al Portland con un sorprendente parcial de 9-2 que los navarros no supieron ni pudieron cortar (24-22).

Lo más difícil ya estaba hecho. Los de Pastor se habían repuesto de su particular pájara y ahora mandaban de nuevo en el marcador. Pero el Portland es mucho equipo y forzó empate tras empate, intercambiando goles durante casi diez minutos hasta los instantes finales.

En anteriores ocasiones, los nervios y la polémica arbitral habían dado al traste con el triunfo. Pero esta vez el BM Valladolid demostró una templanza exquisita y una confianza extraordinaria. No falló y además evitó el acierto navarro.

Esta vez, el triunfo se quedó en Huerta del Rey. Y con todo merecimiento. Remontar cinco goles no es tarea fácil. Sumar dos puntos ante el Portland tampoco. Y además dos puntos que permiten levantar la mirada a la Liga y no verla tan lejos. El BM Valladolid sueña, pero despierto.

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