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ALICIA PÉREZ
ZAMORA
Jueves, 1 de febrero 2018, 17:38
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La provincia de Zamora registró 146 ataques de lobo el año pasado con un total de 429 cabezas de ganado muertas. De los ataques, 90 tuvieron lugar en la zona norte y 56 al sur del Duero. Es en el sur donde ha habido menos bajas que en años anteriores, pero donde los ataques son más dañinos.
Y es que estas cifras reflejan un descenso en el número de ataques con respecto a años anteriores, según ha explicado el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Alberto Castro, quien ha asegurado que sigue siendo un problema para el ganadero.
Además, ha diferenciado la forma de actuar del lobo en la zona norte, con ataques muy puntuales en los que se ataca a una o dos cabezas de ganado, y en la zona sur, donde el cánido puede atacar a entre doce y quince animales y hacer mucho daño al resto del ganado, según ha explicado.
Son los datos de la provincia facilitados por el responsable de la Junta en una jornada en la que la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha presentado en Zamora el documental '¿Convivencia? Ganadería y Lobos', grabado en Castilla y León y en Asturias con la colaboración del Ministerio de Agricultura.
El secretario de UPA en Castilla y León y en Zamora, Aurelio González, ha explicado que la intención con el documental, que arranca en la provincia de Ávila, en Navalmoral de la Sierra, es llevar a las ciudades la opinión de los ganaderos sobre el problema del lobo.
Sobre si es posible esa convivencia, Aurelio González ha asegurado que en las zonas tradicionales de lobos desgraciadamente es posible la convivencia porque «casi ya no hay ganaderos», mientras que en las zonas donde todavía hay ganaderos y no ha habido lobos en los últimos cien años, «no se puede consentir que los lobos echen a los ganaderos», a quienes ha definido como «a primera especie en peligro de extinción».
El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, ha señalado que el objetivo es llegar a la sociedad con este problema que sufren los ganaderos y compartir también con personas de asociaciones ecologistas el riesgo que asegura que existe para la ganadería extensiva.
«Puede acabar desapareciendo si al final los lobos acaban ocupando el lugar que hasta ahora tiene que ocupar el ganado», ha manifestado. «Los ganaderos y los agricultores lo que estamos haciendo es mantener a toda la fauna salvaje que en muchos casos se está alimentando en nuestras propias explotaciones, pero lo que no podemos consentir es que la fauna salvaje, en este caso el lobo, nos acabe expulsando de nuestro territorio donde tenemos nuestro lugar de trabajo».
En este sentido, ha defendido que tiene que haber lobos, pero que en ciertos momentos hay que hacer capturas y controles y que la especie tendrá que estar en parques naturales y en zonas específicas para que no haya esa confrontación.
«El lobo está produciendo muchísimos ataques en Castilla y León y está yendo a zonas donde habitualmente no estaba. Hay que intentar impedir que siga avanzando», considera e incide en que los ganaderos no pueden estar todos los días con la incógnita de si se van a encontrar con un ataque en sus explotaciones.
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