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Labores de aclareo en los viñedos de la bodega Liberalia de la DO Toro. Mariam A. Montesinos
Las labores de aclareo preparan los viñedos para la vendimia en Liberalia

Las labores de aclareo preparan los viñedos para la vendimia en Liberalia

La bodega de la DO Toro realiza el proceso manual de cortar racimos para incrementar la calidad de la uva que queda en la plantación

Alicia Pérez

Zamora

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Lunes, 14 de agosto 2017, 15:34

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La bodega Liberalia de la Denominación de Origen Toro ha comenzado ya las labores de aclareo en sus viñedos, en total 22 hectáreas de superficie. El proceso manual consiste en cortar o suprimir racimos para incrementar la calidad de los que quedan en la plantación y mejorar su maduración. No todas las bodegas lo hacen ni siguen el mismo sistema. Se trata de sacrificar cantidad por calidad, un aspecto por el que apuestan en la bodega familiar.

Dos trabajadores de una empresa toresana especializada en poda y vendimia realizan las labores en las viñas bajo la supervisión de Ángel Domínguez, encargado de la bodega y del viñedo. Los pasos para hacer bien el aclareo son abrir las hojas, mirar la forma en la que han nacido los racimos y quitar siempre el de arriba porque es más difícil que llegue la savia. Sin embargo, otros viticultores optan por suprimir el de abajo y cada bodega tiene su truco.

“Nosotros siempre cortamos el de arriba para que el de abajo se madure mejor y tenga menos problemas de maduración”, explica el encargado del viñedo separando las hojas y tijeras en mano. Los racimos de los que se decide prescindir quedan en el suelo de la plantación porque sirven como abono orgánico y sustrato para el terreno.

La bodega de la DO Toro hace todos los años el aclareo en sus viñedos, principalmente en el más joven que, con 17 años y en espaldera, es el que más producción da. En los más viejos, en vaso y con una antigüedad de entre 35 y 100 años, el aclareo que se hace es menor porque tienen menos carga de uva y ellos mismos normalmente se regulan.

El corte de racimos comienza en Liberalia a la semana o semana y media del envero, la fase del ciclo de maduración de la uva en la que la Tinta de Toro, la variedad por excelencia en la zona, pasa de verde a negra.

“Pierdes en cantidad, pero tienes que priorizar y nosotros lo que buscamos al final es calidad. Los racimos que quedan son mucho más competitivos porque estás quitando competencia y es más planta para menos uvas y menos racimos”, explica Beatriz Fernández, directora comercial de las instalaciones. En esa búsqueda de la calidad en los 12 vinos que tiene la bodega entre tintos y blancos, destaca que lo más importante es la materia prima, el patrimonio vegetal. Por este motivo, asegura que cuidan las uvas “entre algodones”, tanto a lo largo del año mientras crece la planta como en el proceso de vendimia, con la selección a mano.

Salvo que se tenga algún problema de oídio y sea necesario echar azufre, el aclareo es el último paso antes de la vendimia. Ahora tan solo queda esperar a que la uve madure y cortarla cuando esté lista la cosecha, que en la Denominación de Origen Toro vendrá adelantada sobre diez o quince días, según calculan en Liberalia. En ello influirán las temperaturas de agosto, ya que si hace frío, se irá parando el ciclo vegetativo.

El encargado del viñedo de la bodega familiar cree que la vendimia será corta este año y no excepcional como lo fue en la pasada campaña en la zona de Toro, con una cosecha histórica de 23 millones de kilos.

“Normalmente las viñas viejas se regulan ellas solas. Si un año dan mucha cantidad, al año siguiente no la dan y hemos tenido problemas de helada y la sequía”, explica el viticultor, quien, sin embargo, destaca que la calidad viene “muy buena” porque sanitariamente la producción está perfecta en estos momentos.

 

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