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Equipo de cata de la Guía Peñín, en la sede del Consejo Regulador de la DO Toro.
La Guía Peñín destaca el potencial «increíble» de Toro y la evolución a vinos más afrutados y frescos

La Guía Peñín destaca el potencial «increíble» de Toro y la evolución a vinos más afrutados y frescos

El equipo de cata valora 210 muestras y anima a las bodegas a apostar en los tintos por el matrimonio entre la garnacha y la tinta de Toro, y a hacer un rosado de más nivel

Alicia Pérez

Miércoles, 31 de mayo 2017, 18:49

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El equipo de cata de la prestigiosa Guía Peñín ha pasado hoy por Toro para evaluar los vinos de las últimas añadas, cuya puntuación aparecerá en la próxima edición de la publicación, la de 2018. Tras catar 210 vinos de la Denominación de Origen Toro, las impresiones de los tres catadores fueron buenas. Comenzaron la cata sobre las 9:30 horas y a mediodía, continuaban con el trabajo de evaluación en la sede del Consejo Regulador de la DO, en el Palacio de los Condes de Requena de la localidad zamorana.

La valoración general que hicieron los expertos es que los vinos de Toro van a mejor, hacia matices más frescos y en los que se percibe mejor la fruta y la variedad de uva. Las conclusiones fueron positivas, más en la tendencia global de todos los vinos que en el caso puntual de las añadas.

El director de la Guía Peñín de los Vinos de España, Carlos González, explicó que no hay tanto abuso de sobremadurez, es decir, de excesos de madurez en la viña, ni abuso de las notas más tostadas del roble. Esta evolución la ha notado en los once años que lleva visitando la DO. «Hemos pasado de que acabara doliendo la boca de la cantidad de tanino que había y el tostado que había tan agresivo, a estar fresco y agradeciendo casi probar más», manifestó sobre esa mayor frescura que hace, según sus declaraciones, que los vinos roten más y que el consumidor se acabe la botella.

«Yo me quedaría con esa tendencia positiva que vemos en los vinos de Toro», afirmó el director sobre una Denominación de Origen que considera que tiene un potencial «increíble e impresionante». Es más, aseguró, «sin duda», que es capaz de competir con otros vinos de España.

En este sentido, apuntó el experto a que en los últimos años, entre los 15 vinos más puntuados del país, suele haber tres o cuatro de Toro. «Eso es algo que a nivel internacional se sabe, se es consciente, de hecho, ha habido muchos productores internacionales de marcas que han venido aquí, han puesto el foco aquí y eso es por algo, porque aquí se tiene un entorno, un geoclima y un matiz varietal que hace que sea interesante elaborar vinos», aseguró Carlos González en la sede del Consejo Regulador.

Respecto a la añada de 2016, de la que evaluaron una treintena de vinos jóvenes, destacó el catador que son vinos más frescos, más frutales, en los que no hay verdores ni matices negativos. Aunque la última añada fue calificada el sábado como 'excelente', la Guía Peñín considera que es 'muy buena'. Esto se debe, según explicó el director de la publicación, a que ellos catan el vino que sale al mercado como vino joven y no los vinos más 'top' de cada bodega. Sin embargo, destacan de la añada que la tinta de Toro «vuelve a sacar la cara» y que es fresca, frutal, ligera y agradable.

Respecto a los vinos de cosechas anteriores, las de 2012, 2013, 2014 y 2015, considera el equipo de cata que son de más nivel, con marcas que todos los años muestran un nivel muy alto. «Toro es una zona que tiene una climatología muy apta para obtener una uva de calidad y un vino de muy alta calidad. El que quiere hacerlo bien, saca al mercado vinos que son complejos, potentes, con muchísima mineralidad, con mucha estructura, pero a la vez con buena acidez. La verdad es que es una zona privilegiada y como tal, hay determinados elaboradores que están sabiendo sacar ese provecho», manifestó en sus primeras impresiones.

La Guía Peñín dirigió sus consejos también a los elaboradores de las 62 bodegas que, asentadas en localidades de las provincias de Zamora y Valladolid, conforman la DO. El director del manual animó a los productores a que investiguen en los tintos con la variedad garnacha, «muy buena por la zona». Algún elaborador ya está empezando a hacerlo y esto le da un valor muy interesante, según el catador, porque aporta «complejidad, notas balsámicas, una frutilla roja y frescura», que no tapa los matices de la tinta toresana y que hace «muy buen matrimonio» con ésta.

Respecto a los rosados, de los que el equipo cató media docena, animó a las bodegas a sacar al mercado un rosado de más nivel y de mayor complejidad, ante la oportunidad que cree que existe en el mercado internacional. «Esto, al fin y al cabo, es destinar una uva de más calidad para elaborar un vino de más calidad, no tiene más misterio», explicó sobre las posibilidades que considera que hay, porque la uva cuando da buen vino tinto, «puede dar un grandísimo vino rosado».

En cuanto a los blancos, el experto pondría el foco en la malvasía como valor diferenciador, ya que en verdejo, Toro tendría que competir con la vecina Denominación de Origen Rueda, «que cada año saca vinos con más autenticidad y más singulares».

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