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El hematólogo Jesús María Hernández Rivas, junto a parte del equipo del laboratorio
El reto de encontrar cura para todos los niños con leucemia

El reto de encontrar cura para todos los niños con leucemia

La leucemia linfoblástica aguda, la más frecuente en pediatría, centra las investigaciones del Centro del Cáncer de Salamanca sobre la enfermedad en niños

Alicia Pérez

Sábado, 4 de febrero 2017, 10:06

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¿Por qué algunos niños responden al tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda y otros no? ¿Hay algo que haga en estos pacientes que la enfermedad resista? Estas son algunas de las preguntas a las que pretende dar respuesta el Centro del Cáncer de Salamanca sobre la leucemia linfoblástica aguda, el tumor más frecuente en niños con una curación del 85%. ¿Pero qué pasa con el 15% restante? Ahí es donde se dirigen investigaciones del CIC, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y a la Universidad de Salamanca. Concretamente, es el laboratorio 12, uno de los laboratorios del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, el que desde hace siete años estudia la leucemia linfoblástica aguda, muy rara en los adultos, pero principal caballo de batalla de los pediatras oncológicos.

"El problema aquí y la pregunta que nos tenemos que hacer como médicos es por qué las cosas van mal. Esa es realmente la pregunta que siempre nos hacemos como médicos", explica el investigador del CIC, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca y profesor de la Universidad de Salamanca, Jesús María Hernández Rivas, sobre el objetivo de estudiar a aquellos niños en los que la respuesta al tratamiento es negativa.

Este trabajo es posible gracias a que el Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca es muy conocido y muy reconocido en Castilla y León. "Al ser centro de referencia para trasplantes y para diagnóstico tenemos la gran suerte de poder procesar muchísimas muestras más que las que proceden exclusivamente de Salamanca", destaca Hernández Rivas sobre una ventaja que supone disponer de un buen número de enfermos para poder estudiar, mientras que estos "son estudiados con las últimas técnicas diagnósticas permanentemente".

En leucemia infantil, esto supone que el laboratorio del Centro de Investigación del Cáncer procese muchas muestras, a pesar de que la población pediátrica en la región "es muy escasa". La principal fuente para la investigación son los niños de otras comunidades autónomas, principalmente aragoneses y murcianos.

El trabajo sobre la leucemia más común en niños comenzó hace siete años y la primera ayuda que se recibió fue de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer. El último descubrimiento sobre este tipo de leucemia del laboratorio 12 del Centro de Investigación del Cáncer es que existen mutaciones genéticas asociadas con la resistencia de la leucemia linfoblástica aguda.

El estudio, pendiente todavía de publicación, ha analizado a través de la secuenciación masiva un panel de diez genes y las mutaciones que ha descubierto están referidas a tres de ellos. "Empezamos a ver que cuando tenías determinadas mutaciones eso explicaba por qué un niño no respondía al tratamiento", explica el investigador del CIC sobre un trabajo de secuenciación realizado por la bióloga Rocío Benito que ha permitido descubrir que hay mutaciones que determinan que los niños evolucionen peor en su enfermedad y que determinados genes son importantes en la evolución de los pacientes.

Para hacer este estudio se ha contado con 300 muestras de casos de leucemia tanto de niños como de adultos procedentes de Castilla y León, Aragón, Murcia y de Cataluña, de la que se ha recibido colaboración.

El laboratorio continuará en los próximos años con este trabajo, a partir de ahora con la secuenciación de más genes con el objetivo de determinar si hay más que puedan estar relacionados con la evolución de la enfermedad. También se ha comenzado ya a realizar mutación dirigida, consistente en diseñar una mutación de las que se han detectado, introducirla en una célula y ver los efectos. El siguiente paso será hacerlo en ratones.

Una UCI desde la que se ve el cielo

Próximo al Centro de Investigación del Cáncer está el Hospital Universitario de Salamanca y en él una UCI desde la que se ve el cielo. Al menos, eso dice Diego, que habla de ella como la habitación de las nubes y las estrellas. Diego tiene 5 años y vive en Arévalo (Ávila). Con tan solo 3 años le diagnosticaron leucemia y tras el diagnóstico, llegó el primer ingreso durante dos meses y medio en la planta de Pediatría del Hospital Universitario de Salamanca.

Los ingresos se fueron sucediendo según su evolución y ahora, tras un trasplante de médula, acude al hospital de día de Pediatría una vez a la semana. En la sala todo es de colores y la tele no se cambia del canal de los dibujos.

"Es muy duro tener que estar aquí, pero él lo lleva bien. Es un día distinto de venir a jugar", explican los padres de Diego, Rosa Illera y Juanjo Hernández, quienes destacan el ambiente familiar de la planta. "Nos sentimos muy arropados y los doctores son como tu mejor amigo", aseguran y recuerdan lo duro que fue al principio. "Se te cae todo".

En la planta de Pediatría todo es de colores. También el pasillo, lleno de carteles y murales, por el que se va al colegio del Hospital. "Este es el cole", dicen las profesoras Raquel y Rosa, de la Consejería de Educación, cuando se abre la puerta. Allí María, de 8 años, juega a comprar y vender. En este colegio las mascarillas y goteros no impiden a las profesoras dar clase y adaptar el plan de estudios para los pacientes o ir por las habitaciones poniendo deberes.

El cáncer es la primera causa de muerte infantil por enfermedad y en Castilla y León hay alrededor de 40 nuevos diagnósticos al año de niños por debajo de 15 años. Las enfermedades más frecuentes son las leucemias y los tumores del sistema nervioso central, principalmente los tumores cerebrales, según explica Ana Benito, médico adjunto de Hemato-Oncología Pediátrica y responsable de trasplante de médula del Hospital Universitario de Salamanca.

A esta unidad de hematología pediátrica, que cuenta con tres médicos, llegan niños de trasplante de médula de toda la región y para tratamientos de quimioterapia desde Salamanca, Zamora, Ávila y la zona norte de Extremadura.

Además de las pruebas diagnósticas, el tratamiento y los cuidados de enfermería, para estos pacientes es muy importante el ámbito psicosocial. "Son niños, quieren jugar, tienen sus intereses y procuramos que estén entretenidos y lo pasen lo mejor posible", explica Ana Benito sobre una enfermedad que causa mucho impacto en la familia durante mucho tiempo y en la que es muy importante el apoyo familiar. "Las familias son muy luchadoras y la gente saca ahí lo mejor que tiene y eso hace también que los niños saquen lo mejor y sobre todo, sabiendo que tiene un tratamiento, que tiene una esperanza y que lo más probable es que se curen", destaca.

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