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Los acusados por la muerte de un pastor eran amantes antes del crimen, según la exmujer del ganadero

El hijo del hombre fallecido declara que encontró en la cama a la pareja tras la desaparición de su padre y niega que hubiera episodios de maltrato

Alicia Pérez

Martes, 24 de noviembre 2015, 18:43

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El ganadero zamorano acusado de asesinar a un pastor búlgaro en la madrugada del 17 de febrero de 2014 en Santa Cristina de la Polvorosa mantenía una relación sentimental con la pareja de éste antes del crimen, según aseguró su exmujer durante su declaración como testigo en la segunda jornada de juicio oral en la Audiencia Provincial de Zamora. La exesposa explicó que el acusado de asesinato, J. C. B. R, le confesó que tenía una relación sentimental con la mujer del pastor, S. K. A, acusada de un delito de encubrimiento, desde el mes de noviembre de 2013, tres meses antes de que el imputado propinara a la víctima un golpe en la cabeza con un palo de hierro «en defensa propia» y de que ocultara el cuerpo en un pozo del que le sacó a los cinco meses para quemarlo «por miedo y angustia». «A mi me dijo que estaban desde noviembre y a mediados de febrero les habían visto por bares de Benavente», aseguró la que fue su pareja durante diez años sobre la relación de su marido con la mujer del pastor muerto, que además era trabajadora de la explotación de ovino del ganadero y vivía en una casa próxima a la nave.

Se trata de una confesión que su esposo le habría hecho en marzo de 2014, después de que llevara 15 días sin pasar la noche en casa y casi un mes después del día del crimen.

«No tenía vida social. Estaba sumido completamente en el trabajo. Era un hombre con mucho carácter, muy vengativo. El que la hacía la pagaba. Tenía mucho carácter y era agresivo verbalmente con los que vivíamos en casa con él», afirmó la exmujer del ganadero benaventano, del que se divorció de mutuo acuerdo. «Veía que estaba muy distante desde hacía un par de meses. Me decía que tenía mucho trabajo y venía tardísimo. Desde mediados de febrero se iba toda la noche fuera de casa cuando yo me dormía y procuraba venir cuando yo despertaba. Luego me enteré que el marido de esa señora llevaba 15 días fuera de casa y es cuando me di cuenta de que eran los días que llevaba haciendo una vida nocturna completamente», explicó la exmujer.

Se trata de una relación que ambos acusados mantienen hoy en día aunque sostienen que comenzó después de la noche de autos, cuando el pastor fallecido habría sacado de casa a su mujer desnuda y agarrada por el pelo con una mano y con un cuchillo en la otra, y se habría abalanzado sobre el ganadero tras amenazarle con su muerte y la de la mujer.

Por su parte, el hijo de la víctima y de la mujer acusada de encubrimiento declaró que encontró el 3 de marzo al acusado de asesinato escondido debajo de una manta en la cama de su madre después de la desaparición de su padre y negó que el finado la maltratara, como mantiene la acusada y a pesar de que un compañero de trabajo de ambos aseguró haber presenciado un episodio de bofetadas y patadas. «Quien llevaba la voz cantante y mandaba era ella», manifestó el hijo, que ejerce la acusación particular, y pidió a su madre el 22 de febrerote 2014 que pusiera una denuncia por la desaparición de su padre y posteriormente acudió a la Guardia Civil de nuevo para trasladar su preocupación.

Durante el segundo día de juicio también declararon en calidad de testigos los guardias civiles que hicieron el atestado del caso y que investigaron los mensajes que envió la acusada a través del chat de Facebook haciéndose pasar por el fallecido, según ella, para tranquilizar y no preocupar a sus hijos. «Nos dijo que había hablado con su marido tras su desaparición pero esa llamada no había existido. Desde el primer momento, estaba intentando hacernos creer que había hablado con su marido y dijo que 15 días después de su desaparición había ido alguien a casa a recoger su ropa y sus cosas», explicó uno de los agentes, que declararon además que la mujer búlgara había manifestado durante la instrucción del caso que su marido le había pegado en Bulgaria pero no en España.

Además, los guardias civiles explicaron que la imputada en la causa quería desvirtuar la investigación porque en una conversación con su hija mayor que vive en Bélgica le pidió que dijera que su padre estaba en Bélgica u Holanda y que se había ido con una mujer rumana de la que se había enamorado.

La Fiscalía pide 15 años de prisión para el acusado de asesinato con la atenuante de confesión y tres para la acusada de encubrimiento, mientras la acusación particular solicita 20 años de cárcel para cada uno de los acusados. Por su parte, los abogados de la defensa piden la libre absolución y sostienen que el ganadero actuó en defensa propia y que la mujer no conocía los hechos.

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