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Cuatro curas de Zamora se rebelan en defensa de un mundo rural vivo

«Que los políticos sepan que hay gente que no se está callando y toman las riendas», aseguran

Alicia Pérez

Viernes, 6 de febrero 2015, 16:02

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Un grupo encabezado por cuatro sacerdotes de la provincia de Zamora reivindica un mundo rural más justo, vivo y como alternativa de vida también en invierno. Son cuatro sacerdotes, tres religiosas y cuatro personas laicas que forman, desde hace tres años, el equipo de Pastoral Rural Misionera de la Diócesis de Zamora liderado por Teófilo Nieto, sacerdote de 15 pueblos de la comarca de Aliste.

Tras realizar un estudio a través de encuestas sobre las carencias y fortalezas de los pueblos de las comarcas zamoranas de Aliste, Tierra del Vino, Sayago, Alba y La Guareña, ahora han pasado a la acción para demostrar que ellos también arriman el hombro en el medio rural y que la Iglesia puede estar con la gente desde el compromiso y de una forma distinta a la tradicional.

Defienden que los pueblos no son solo un lugar de ocio para el descanso del fin de semana o las vacaciones de verano, sino una alternativa de vida y así se lo trasladan a los jóvenes del medio rural con los que trabajan, a los que animan a volver a los pueblos una vez adquirida su formación, a buscar trabajo en ellos e incluso a crearlo a través de la puesta en marcha de iniciativas emprendedoras. El objetivo para ellos es la defensa del medio rural y la lucha contra la despoblación, principal problema que han arrojado los resultados de sus encuestas pero que sin embargo consideran que no es irreversible y que hay motivos para la esperanza.

«No ven futuro»

«El principal problema es la despoblación del mundo rural. Los jóvenes no ven futuro y hay que darles posibilidades y alternativas también de ocio», asegura Teófilo Nieto, residente en la localidad de San Juan del Rebollar y profesor de Religión en el Instituto de Educación Secundaria de Alcañices. Licenciado en Teología y Psicología, además alerta del peligro que supone para la sociedad acostumbrarse a la expresión «pérdida de población en el mundo rural» y que esta pierda sentido.

«Estamos tan acostumbrados a escucharla que al final aparecemos como inmunizados ante lo que es una realidad que, por repetida, no desaparece», destaca el sacerdote y hace una llamada de atención a los ciudadanos para que no se resignen y también a las administraciones para que mantengan las infraestructuras y recursos necesarios para que la gente se quede a vivir en los pueblos. Así, apuntan a la necesidad de buenas comunicaciones y carreteras, servicio de Internet y lo que definen como «seguridades psíquicas», entre las que se encuentra un acceso a la salud «digno» para que los vecinos de los pueblos tengan esperanza.

«Queremos denunciar lo que nos parece que está mal y proponer cosas porque tenemos posibilidades», defienden desde Pastoral Rural Misionera. Por este motivo, apuestan por la creación de cooperativas y por la revitalización del «debilitado tejido asociativo. Los ciudadanos tienen que asumir su protagonismo y crear asociaciones no solo para el ocio o para organizar las fiestas de los pueblos», sostienen.

Dignidad

Además, rechazan planes que consideran que atentan contra la dignidad de los habitantes del medio rural como la ley Montoro, que aleja la administración del ciudadano y quita competencias a los municipios, según sus explicaciones. «Creemos que tendrá consecuencias económicas porque se va a tender a centralizar las compras en los grandes centros comerciales y a privatizaciones de aspectos como los montes comunales. Es una ley hecha en un despacho en Madrid al margen de los pueblos», asegura Teófilo Nieto respecto a una llamada de atención general que lanzan a quienes les quieran escuchar.

«Queremos que la gente de los pueblos sepa que estamos preocupados por ellos y que estamos con y entre ellos. Pero también que los políticos sepan que hay gente que no se está callando y que toma las riendas», asegura el sacerdote de Aliste, convencido de que otro mundo rural, más poblado, más digno y con más servicios, es posible y que «está en nuestras manos conseguirlo».

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