Una nueva ruta recorre cinco puntos de Zamora con pasado judío

Una nueva ruta turística y cultural por cinco espacios de la ciudad en los que  hubo una presencia judía importante es la nueva iniciativa del Ayuntamiento de Zamora en una semana en la que la capital ha acogido el II Congreso Internacional Sefardí.

La alcaldesa, Rosa Valdeón, explicó que con esta señalización específica, cuyo primer exponente ha sido un monolito en el bosque de Valorio, antiguo cementerio judío, dejará documentada la numerosa presencia judía en la ciudad durante la época de la expulsión decretada en 1492.

El resto de espacios urbanos que integran esta señalización son la plaza del Zumacal, donde se situaba la judería vieja; la judería nueva, en la Ronda de Santa Ana; la sinagoga, en la plaza de San Sebastián, y la colación de San Cipriano.

Según explicó la alcaldesa, esta señalización sirve para recordar cuatro siglos de historia que dejaron una herencia importante en la cultura y en la ciudad y supone, además un acto simbólico de desagravio hacia un pueblo que fue expulsado injustamente y que aún hoy conserva un importante legado cultural.

La señalización es similar a la de la zona monumental, por lo que se configura como una nueva ruta de interés turístico y cultural que se suma a las ya existentes del Románico, el Modernismo, el Duero o el Romancero.

El antiguo cementerio judío aparece señalado en documentos de los siglos XIII y XIX, y estaba ubicado en la entraba de Valorio y en las inmediaciones del antiguo convento de Santo Domingo, a cuya comunidad fueron donados los terrenos por los Reyes Católicos tras la expulsión de 1942.

El recinto ocupaba una extensión aproximada de diez fanegas e incluía una parte del arroyo de Valorio, según consta en algunos documentos en los que también se datan diversas propiedades de familias judías en esa zona. Junto con el descubrimiento del monolito que señala su ubicación, se desarrolló un acto de oración en memoria y recuerdo de la comunidad judía de Zamora.

Por su parte, el profesor Jesús Jambrina, impulsor y promotor del congreso, recordó la gran importancia que tuvo Zamora durante la época de la expulsión y el papel destacado que desempeñó su Escuela Rabínica, a la que acudieron los rabinos de las principales ciudades españolas antes de la expulsión.