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Miguel Gallego muestra la placa de recuerdo del Ayuntamiento.
Los vecinos de Rueda se unen en un sentido homenaje a su paisano Miguel Gallego

Los vecinos de Rueda se unen en un sentido homenaje a su paisano Miguel Gallego

Todas las asociaciones y el Ayuntamiento colaboraron en el reconocimiento a quien ejerce como «gran embajador» de la villa

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Martes, 22 de mayo 2018, 10:46

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«Es verdad que soy muy calero (a los de Rueda también se les denomina así porque antiguamente iban a por cal, con los carros, a Villavieja); es verdad que soy muy de Rueda; es cierto que donde he ido he llevado el nombre de Rueda, pero ¿quién soy yo para recibir este homenaje?».

De esta manera, prueba de su siempre innata humildad, se expresó ante los vecinos de la villa, que abarrotaron el salón de plenos del Ayuntamiento, Miguel Gallego, uno de los vecinos más queridos de la villa, que está considerado por sus paisanos el «gran embajador» de una localidad que le vio nacer en 1943 y a la que siempre se ha mantenido unido no solo por el padrón de habitantes –«nunca he dejado de estar empadronado aquí», muestra orgulloso–, sino por haber mantenido toda su vida las raíces en su localidad natal.

El sacerdote Miguel Gallego, actualmente al frente del equipo pastoral de la Unidad Parroquial Santa Clara-San Pedro Apóstol de la capital vallisoletana, ha sido reconocido por sus vecinos como uno de los más ilustres. Un homenaje que fue preparado con el más absoluto sigilo por los organizadores, prueba del «inmenso cariño que se le tiene en la villa rodense a quien siempre ha llevado, lleva y llevará el nombre de Rueda allá donde esté».

El salón de actos se quedó pequeño para albergar a todos los vecinos que acudieron al homenaje.
El salón de actos se quedó pequeño para albergar a todos los vecinos que acudieron al homenaje.

Pese a haber sido párroco, a lo largo de su vida pastoral, en pueblos del valle de Hornija, en Cabezón de Pisuerga y en Valladolid, Miguel Gallego nunca ha interrumpido su relación con Rueda. Por sus desvelos por el pueblo, por su entrega a cualquiera de sus vecinos y a todos los proyectos que han tratado de engrandecer la dimensión de la villa fuera de ella, todos los colectivos (vecinales, deportivos y culturales) no dudaron en sumarse a este homenaje y, de manera entusiasta, colaborar para darle «las gracias, así, en vida, por ejercer de rodense. Es el mejor ejemplo que podemos tener –declaraba una vecina, recogiendo el sentir del resto de paisanos– de cómo llevar el nombre de Rueda siempre con orgullo y bien hacer allá por vaya».

La villa plasmó en una placa, un reloj, una insignia y una bufanda del equipo de fútbol su cariño por Miguel Gallego. Este, tan emocionado como agradecido, al recibir los regalos solo acertó a preguntarse: «¿Quién soy yo para recibir este homenaje?». Tal y como recalcaron con su presencia y adhesión sus paisanos, uno de los rodenses más queridos.

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