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El vallisoletano Raúl Olivar.
Raúl Olivar y Axel caldearon el ambiente

Raúl Olivar y Axel caldearon el ambiente

S. R.

Domingo, 28 de junio 2015, 10:16

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El Valladolid Latino hizo honor a su nombre con la afluencia de ayer, en la que el pop funcionó más y mejor, en términos de público, que la jornada rock del viernes 26. Una hora antes de la apertura de puertas, en torno a quinientos incondicionales del género se arremolinaban para coger los mejores sitios desde el principio del día, guardando cola bajo un sol abrasador que no abandonó a la Feria de Muestras durante los dos primeros conciertos. El artista local Raúl Olivar desempeñó la más que difícil tarea de calentar aún más esta última sesión del macrofestival, y con su característico mestizaje entre el flamenco y la música pop consiguió que un nutrido grupo de enardecidos se congregasen en las primeras filas del recinto, mientras que otros, más prudentes, comprobaban que el sonido llegaba a la periferia con la misma eficacia que las primeras sombras de la tarde.

Olivar se rodeó de un quinteto de profesionales tanto en lo instrumental, con los percusionistas José Luis Jiménez y Jonathan Borja Johnny, el bajo eléctrico César Díaz y la flauta travesera Iván Carlón; como en lo vocal, con la cantante Yaiza Herrero. El guitarrista obsequió a su audiencia en apenas 20 minutos con numerosos temas de su último disco, Un rincón para soñar, entre los cuales brillaron con fuerza Los ojos de la India y Pensando en ti, y logró las primeras palmas y olés de una muchedumbre encendida.

Tras el talento pucelano llegó, desde el otro lado del charco, el bonaerense Axel, que conectó enseguida con su audiencia y prometió dar un breve repaso a las canciones que componían su vida, de acuerdo a sus propias palabras. Entre melodía y melodía, el músico filosofó como si desnudara su alma, pero le bastó con darse la vuelta a los bolsillos para meterse al público dentro de ellos. La gente coreó ¿Y qué?, aplaudió con Somos uno y Celebra la vida y enmudeció con Amo. Tras seducir a los asistentes durante algo más de media hora con un sonoro derroche de optimismo, buen rollito y vitalidad, Axel dio por terminado su turno y se despidió del escenario, como no podía ser de otra manera, con (Yo quiero ser) Tu amor por siempre, lo que le granjeó una de las ovaciones más sonadas de la noche.

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