Borrar
Los tres acusados de estafar con cobre de Chile deberán pagar 220.000 euros

Los tres acusados de estafar con cobre de Chile deberán pagar 220.000 euros

Los procesados, que se exponían a 4 años de cárcel cada uno, aceptaron una pena de tres meses de privación de libertad

el norte

Valladolid

Martes, 10 de octubre 2017, 12:47

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los tres acusados de estafar en 2006 a un cuarto un total de 200.000 euros con la falsa promesa de obtener suculentos beneficios con la importación de cobre procedente de Chile, mercancía que nunca llegó a España, han sido condenados a penas de tres meses de prisión, en lugar de los cuatro años que inicialmente pedía para cada uno de ellos el Ministerio Fiscal.

La sentencia de conformidad alcanzada entre la acusación pública y las defensas, una vez reconocida la culpa por parte de los hermanos M.A.P.R. y D.P.R, gerente y administrador único, respectivamente, de Comercial Crow 3000 S.L, y J.B.C, administrador único de Tanemare S.L, considera los hechos como un delito de estafa, con la atenuante muy cualificada de reparación del daño causado, al haber abonado éstos un total de 220.000 euros al perjudicado, así como la atenuante analógica de dilaciones indebidas.

Así, la Audiencia de Valladolid impone tres meses de cárcel a los tres procesados, junto con multas en el caso de los dos hermanos de 4.320 euros para cada uno y de 2.160 euros para J.B.C, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Los hechos se remontan a 2006, cuando J.B.C, administrador único de Tanemare S.L, y M.A.P.R. y D.P.R, éstos en calidad gerente y administrador único, respectivamente, de Comercial Crown 3000 S.L, supuestamente convencieron a G.M.F. para que hiciera una aportación de 200.000 euros para un negocio muy rentable.

En concreto, J.B.C. conocía a la víctima de una relación comercial anterior y en junio de 2006 le propuso participar en un negocio del que aseguró que se obtenía "una alta rentabilidad en muy poco tiempo" y que concretamente consistía en la importación de cobre desde Chile a España, ya que su empresa (Tanemare) tenía la distribución en exclusiva para España y gran parte del mundo.

Así, le propuso que invirtiera en la compra de cobre, lo que le aportaría una rentabilidad de un 20% en un periodo de tres meses, dado que el cobre que supuestamente llegaría a España lo tenían vendido a un precio mucho más alto que el de compra en Chile.

Con el fin de lograr el convencimiento de G.M.F. y dar mayor credibilidad a la operación, el propietario de Tanemare propuso una reunión en Valladolid con el gerente de Comercial Crown 3000, quien explicó al inversor que la mercantil importaba el cobre directamente de una empresa de Chile, que nunca habían tenido problema alguno y que garantizaban la operación.

Decidido a invertir

Ante la expectativa de negocio, G.M.F. tomó la decisión de invertir la cantidad de 200.000 euros, para lo que libró un pagaré que entregó a J.B.C. para que éste se lo entregara a su vez a los responsables de Crown 3000, que era la mercantil que supuestamente traía el cobre.

Sin embargo, el gerente de ésta última manifestó que no podía recibir el pagaré porque no tenía línea de descuento con su banco y necesitaba el dinero en efectivo y de inmediat" para no retrasar el envío del cobre, que estaba retenido en un puerto de Chile. Ante esta sitaución, G.M.F. libró un talón por el mismo importe con fecha de 7 de octubre a favor de Comercial Crown 3000, el cual fue entregado a J.B.C, quien firmó el correspondiente recibí.

El efecto mercantil fue finalmente ingresado por el tercer acusado, el gerente de Comercial Crown 3000 (D.P.R) en una cuenta bancaria.

Una vez con el dinero en su poder, los acusados, pese a los reiterados requerimientos de G.M.F, no le entregaron la supuesta documentación prometida en torno a la importación y posterior venta del cobre y, mientras pasaban los meses, daban largas a la víctima y le ponían excusas injustificadas de por qué no llegaba el cobre. Finalmente, llegaron a reconocer que no había llegado barco alguno pero que iban a sacar el negocio adelante.

Ante tal panorama, el inversor exigió en repetidas ocasiones la devolución del dinero e incluso llegó a mandar burofax a los responsables de Comercial Crown 3000, aunque los destinatarios rehusaron su recepción.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios