Borrar
Vallisoletanos, por la calle Santiago. ALBERTO MINGUEZA
El porcentaje de mayores de 80 años ha crecido el 40% desde 2007 en Valladolid

El porcentaje de mayores de 80 años ha crecido el 40% desde 2007 en Valladolid

El último padrón constata que la media de edad de los vallisoletanos se sitúa en 45,3 años

Víctor Vela

VALLADOLID

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 19 de enero 2018, 15:35

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La progresiva pérdida de población en la que se halla inmersa Valladolid (la capital ha bajado de los 300.000 vecinos y el padrón de la provincia cae en casi siete habitantes al día) recibió ayer un nuevo varapalo cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) puso la lupa en los registros demográficos y empezó a desmenuzar la letra pequeña.

Así, visto al detalle, preocupa no solo que cada vez vivan menos personas en la provincia, sino que, además, sus habitantes sean cada vez más viejos. La media de edad de quienes residen en Valladolid se situó (con datos a 1 de enero de 2017) en los 45,32 años. Es la decimoséptima provincia más envejecida de España (de 52, incluidas Ceuta y Melilla). La más joven de Castilla y León, eso sí, pero está casi dos años y medio por encima de la media nacional, que se sitúa en 42,91 años. Además, desde 1998, la media de edad de la provincia ha pasado de los 40,04 a los 45,32 años.

¿Esto que supone? Pues que las personas que residen en esta tierra son cada vez más mayores. Esto tiene una vertiente positiva:vivimos más. La esperanza de vida de los vallisoletanos ha marcado récord. Un niño que nazca hoy en la provincia vivirá, de media, 84,2 años (somos los cuartos más longevos del país, por detrás de los habitantes de Madrid, Salamanca y Álava). El problema es que esto no se compensa en otros segmentos de la pirámide de población. Por ejemplo, cada vez nacen menos niños. El último dato oficial es de 2016, cuando el número de nacimientos se situó en 4.030 (el año anterior fueron 4.192 y en 2010 se alcanzó el máximo de lo que va de siglo, con 5.099).

Es verdad que la cifra es bastante mejor que la de los años 90 (cuando la natalidad tocó fondo), pero aún así no sirve para rejuvenecer la población. El otro fenómeno que favorece el envejecimiento es la emigración, ya que numerosos jóvenes (empujados sobre todo por la crisis y por la búsqueda de un empleo) han dejado Valladolid durante los últimos años.

Hay un ejemplo claro que permite ver cómo todas estas circunstancias unidas propician el envejecimiento del padrón vallisoletano. En el año 2007, en la provincia vivían 521.661 personas.El último dato, de 2017, arroja una cifra muy parecida:521.130. Diez años de distancia y una crisis económica entre medias que han tenido grandes consecuencias. Basta con superponer los datos desglosados por edades en ambas fechas (como ocurre en los gráficos de la izquierda). Y entonces llegan los titulares.

Uno: en 2007 había nueve pueblos de la provincia sin niños con menos de 9 años. En 2017 eran 30. Dos: en 2007 había 41.545 vallisoletanos que tenían entre 25 y 29 años. Ahora son 23.818 (el 42% menos). Hace diez años había 45.430 vecinos entre 30 y 34 años. Ahora son 29.539 (casi el 35% menos). Son unos descensos brutales de la población joven, motivados, sobre todo, por esa baja natalidad que se vivió a finales de los años 80 y principios de los 90, lo que provoca que las cohortes de esos tramos de edad sean más exiguas. Pero también ha incidido la fuga de vecinos a otras provincias.

Por ejemplo, los 41.545 que tenían entre 25 y 29 años en 2007 estarían ahora entre los 35 y los 39. Si se hubieran quedado todos aquí (y no hubiera fallecido ninguno), esa sería la cifra que debería arrojar hoy el padrón entre los que tienen 35 y 39 años. Pero en ese segmento hay ahora 39.752 (son 1.793 personas menos). Solo para ese tramo de edad. Y la cosa se complica porque es precisamente en ese entorno, entre los 30 y los 39 años, cuando las familias tienen ahora el mayor número de hijos. Así, con menos vecinos jóvenes, el futuro se adivina también con menos niños. En este último decenio, el padrón ha adelgazado con 45.702 personas entre 20 y 39 años.

Una ligerísima buena noticia es que en 2017 es superior el grupo de chavales entre 5 y 14 años (los hijos del ‘baby boom’ de los 70). El reto estará ahora en crear condiciones educativas, laborales y sociales que consigan que todos esos jóvenes encuentren aquí posibilidades de vida para que no se les obligue a emigrar. ¿Más titulares? En estos diez años, el número de vecinos que tienen entre 65 y 69 años ha pasado de 22.462 a 31.396. Crece el 40%. La situación es mucho más evidente entre los mayores de 80 años. En 2007 eran 26.572. Ahora, 37.090.

El Ayuntamiento de la capital anunció la semana pasada que encargará al Consejo Social (un órgano consultivo en el que están representados la Universidad, la Cámara de Comercio, empresarios, sindicatos y expertos) un informe para analizar la situación demográfica y ofrecer soluciones para acabar con la pérdida de población, que en la ciudad es todavía más acuciante por la huida de jóvenes al alfoz durante los años de la burbuja inmobiliaria. También la Junta reclamó ayer un impulso a la estrategia nacional frente a la despoblación. En el conjunto de la provincia residen, según el último dato oficial (1 de enero de 2017),un total de 521.130 habitantes, lejos del máximo alcanzado en el año 2011, cuando el padrón llegó hasta los 534.874 habitantes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios