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Ricardo Maldonado en Valladolid
Ricardo Maldonado corta dos orejas y sale a hombros en Valladolid

Ricardo Maldonado corta dos orejas y sale a hombros en Valladolid

Se han lidiado seis toros del Torreón, ganadería perteneciente al exmatador de toros César Rincón

paco aguado

Miércoles, 10 de septiembre 2014, 21:37

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El mismo Ricardo Maldonado decía ayer en las páginas de El Norte que el objetivo de su presentación como novillero con picadores en Valladolid era que la afición saliera de la plaza hablando de él y convencida de que «quiere ser torero», como se considera en el mundillo a los aspirantes que muestran su determinación y su proyección de futuro.

Y exactamente esa idea era la que dominaba en los corrillos que se formaron a la salida de la plaza, en los bares y las terrazas desde las que se vio a Maldonado abandonar a hombros el recinto donde acababa de poner sobre el albero su valor y sus buenas maneras.

Tuvo enfrente el vallisoletano dos nobles novillos de El Torreón, la ganadería del maestro colombiano César Rincón, que soltó en Valladolid un lote de bonitas hechuras y muchas opciones de triunfo para los novilleros. Y con apenas media docena de actuaciones como bagaje, el espigado torero del barrio de La Rubia los supo aprovechar para conseguir ese triunfo que se marcó como meta. Quiso y pudo.

Ya le pudo haber cortado trofeos a su primero, un precioso novillo colorado que, después de derribar en varas y cornear al jaco, fue perfectamente lidiado por un bregador de lujo, el madrileño Agustín Serrano, que se lo fijó y se lo suavizó con la capa.

Fue esta la faena más redonda de Maldonado, quien, a veces compuesta la figura con verticalidad, descolgándose relajadamente de hombros, y otras más roto y entregado, toreando con la mano baja, llevó siempre muy despacio al utrero. La única mancha fue que, después de cuajarlo, lo mató mal, sin irse realmente detrás de la espada en cada intento. Aun así, el público de Valladolid le pidió la oreja, gratamente sorprendido por el nuevo aspirante al trono local.

Quizá fuera por eso por lo que luego le dieron una segunda oreja generosa del quinto, al que picó magníficamente Pedro Iturralde. Porque la buena actuación de las cuadrillas fue una de las claves de una tarde en la que también pisaron el ruedo con gran brillantez banderilleros del nivel de Joselito Rus, Santi Acevedo y Félix Navas, obligados paradójicamente a refugiarse en las novilladas en vez de estar a las órdenes a las grandes figuras. Pero así está hoy el toreo.

El caso es que Ricardo Maldonado le hizo a este otro buen novillo una faena con ciertos altibajos técnicos y estéticos, pero en la que también hubo momentos notables, sobre todo cuando se centró con el buen pitón izquierdo del de El Torreón y evidenció de nuevo su prometedor corte de torero.

Antes de todo eso, había abierto plaza el sevillano Lama de Góngora, que, sobre su ya avanzado oficio, estuvo muy machacón con los dos novillos menos lucidos, pero sin conseguir levantar sus faenas. Tampoco lo consiguió José Ruiz Muñoz, el sobrino-nieto de Curro Romero, que volvía a la plaza que le descubrió sin picadores y que ahora anda empeñado en torear con un capote y una muleta minúsculos que le restan mando sobre las embestidas y le impiden desarrollar su automático concepto. Simple cuestión de herramienta.

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