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Un organizador explica la estrategia en uno de los juegos de rol desplegados en San Pablo.
«Una figura me ha dado una carta»

«Una figura me ha dado una carta»

Warhammer, juegos de rol y puzles se concentran en San Pablo como alternativa de ocio al botellón

marta marinero

Martes, 8 de septiembre 2015, 18:42

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El botellón. Su gran enemigo. El roba adeptos. El lado oscuro de la Fuerza. Su Voldemort, de Harry Potter. Su Sauron, de El señor de los Anillos. Su Dalek, de Doctor Who. Su Jóker, de Batman.

El Consejo Local de la Juventud organizó ayer torneos de juegos de mesa, talleres, exposiciones y un puzle para que los chicos de entre 16 y 24 años, «que son los que se pierden con el botellón», se acercaran y vieran que hay otras formas de ocio «y se metan por el mundillo», que explica Alberto Rodríguez, de la asociación Anillo Único un anillo para gobernarlos a todos, un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.

Su intención, la mejor. La puesta en escena, estupenda. Globos, música, figuritas pintadas al detalle de Warhammer y jóvenes ilusionados y preparados para explicar a los vallisoletanos en qué consisten los juegos para todas las edades que habían llevado.

El problema es que les salió el tiro por la culata. Los chavales en las garras del calimocho por los que se asentaron en San Pablo al inicio del día no llegaron, y en su lugar apareció Lucas, de cinco años; Álvaro y Nerea, de seis; Daniela, de ocho. Todos, eso sí, tan felices pintando chapas para sus abuelos y lanzando los dados del Warhammer. Así que el botellón del presente no, pero el del futuro lo tienen combatido. El Consejo Local, que piensa en grande aún sin pretenderlo.

Los torneos no corrieron mejor suerte que el resto de planes. Al menos el de munchkin, un rol de mesa organizado por Genshiken ni Gakki nombrecitos que se gastan, otra de las treinta y cuatro asociaciones que componen el Consejo Local de la Junvetud. Jugaron los propios miembros de la asociación. Se les podía ver interactuar, pero nadie se sumaba al juego. Nao Sawada fue uno de los participantes de un juego que no es nada serio: «Consiste en abrir una puerta y hacer frente a lo que salga según los dados. Por ejemplo, puedes derrotar al monstruo porque te huelen los pies».

El puzle, con una imagen de los momentos más emblemáticos del Consejo, estaba sin montar. «La idea es que la gente se acerque y lo juntemos entre todos», explicaba la presidenta del Consejo, Estrella Delgado. Fracaso absoluto también de eso, al menos durante la mañana.

La tarde comenzaba con un taller de pintura de Warhammer y otro de risoterapia, «para liberar del síndrome posvacacional», dijo Delgado. Actividades para todos los públicos, pero el que buscaban con más ahínco, no llegaba.

«He matado a un General»

Álvaro Hernando hizo la mañana. Jugó una partida al Warhammer de las veces que se ha mencionado ya se puede ver que, junto con las chapas, fue de lo que más éxito tuvo, y mató a un General. En el juego. Tranquilos todos. Paz y amor.

Aunque no estaba orientado específicamente para ellos, los niños se lo pasaron, nunca mejor dicho, como enanos. Daniela y Lucas jugaron al Doble, y otros tantos echaron partidas a carreras de tortugas de mentirijilla, que el Ayuntamiento está serio con el maltrato animal y al Pico pico.

«Queremos que nos conozcan, que vean que no somos solo el sitio donde hacerse el carné joven. Salir a la calle». Les han conocido. No quienes ellos querían. Pero bueno, por algo se empieza. Su contrincante no ha sido el calimocho, sino las series de dibujos del canal de televisión Clan.

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