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Javier Hernández, Pablo Tascón, Roberto Hernández y Javier Tascón, los componentes de Sin Arreglo.
Sin Arreglo: «Cuando todo dice para adelante, no hay nada que te frene»

Sin Arreglo: «Cuando todo dice para adelante, no hay nada que te frene»

La banda vallisoletana tocará esta noche en la Plaza Mayor, justo después del pregón y serán los teloneros de Celtas Cortos, su grupo «fetiche»

patricia Pérez

Viernes, 4 de septiembre 2015, 13:59

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Es poco habitual toparse con dos parejas de hermanos que trabajen juntos y que además lo vean como un punto a favor para triunfar. Roberto Hernández (voz y bajista), Pablo Tascón (guitarrista), Javier Hernández (guitarrista) y Javier Tascón (batería) son cuatro vallisoletanos que hace 10 años decidieron crear Sin Arreglo. Ellos no se conocían de nada, pero su amigo Víctor les puso en contacto y no lo dudaron ni un momento. «Todo empezó por una casualidad. Víctor nos dijo que conocía a unos chicos que tocaban y nosotros no lo dudamos», explica Javi Hernández, el guitarrista de Sin Arreglo.

Javier Hernándes (H) y Javier tascón (T) hablan sobre los inicios de la banda y sobre el concierto del 4 de septiembre.

¿Cual ha sido vuestro momento más especial?

(T) Creo que será el día cuatro, aunque es cierto que hemos tenido momentos muy buenos, como cuando actuamos en el Sonorama en 2010 y luego fuimos a Barcelona a una mini gira de 3 conciertos.

¿Qué supone Celtas Cortos para vosotros?

(T) Es una banda fetiche para los cuatro. Hemos seguido su trayectoria y ahora les tenemos cerquita. Casi vamos a poder tocarlos. De todas formas, les dejaremos el listón alto.

¿Por qué habéis elegido el nombre Sin Arreglo?

(T) Por el ámbito desenfadado y guasón que teníamos en nuestros inicios. Además era el título de una canción de No Relax, una banda que escuchábamos mucho.

¿Cómo fueron vuestros inicios?

(T) Empezamos en un concurso que se llamaba VallaNoche. Lo ganamos y nos dieron unos 500 euros que gastamos en micrófonos, cables y ese tipo de cosas. Luego empezamos a dar conciertos donde nos llamasen: una fiesta en una peña de un pueblo, en un bar,... donde fuera.

¿Qué dijeron vuestros padres cuando les contasteis que os queríais dedicar a la música?

(T) Siempre nos han apoyado. Me acuerdo que cuando empezamos, solo Rober era mayor de edad y tenía carné, pero no podíamos llevar todos los bártulos, así que mi padre nos acompañaba a algún garito punkarra a echarnos un cable. La verdad es que no tuvieron elección. Cuando todo está claro, cuando todo dice «para adelante», no hay nada que te frene.

¿No han surgido los típicos problemas entre hermanos?

(H)Sí, pero también te puedes tirar más los trastos a la cabeza sin que pase nada. Hay más franqueza y aprendes a aguantarlo.

(T) A mí me resulta fácil trabajar con mi hermano e incluso hacerlo con ellos, son como mis hermanos también. Claro que hay discusiones, pero precisamente por eso es fácil. Si no hay discusiones, algo va mal. Tienes que chocar en algún punto y a la hora de chocar, es más fácil hacerlo con tu hermano. Es un punto positivo.

A vuestros conciertos acude gente de todas las edades y estilos, ¿por qué le gustáis a gente tan dispar?

(T) Sí, Sin Arreglo tiene lo suficiente como para que sea divertido para quien busca divertirse, para que haga pensar a quien quiera pensar. Eso se plasma precisamente en esas cosas, en que tanto a un niño de 14 años como a una persona de 45 años les podemos gustar.

¿Algún cantante o grupo con el que hayáis tocado y lo recordéis de una forma muy especial?

(H) A mí me hizo mucha ilusión tocar con Rosendo. Hemos tocado con Rosendo, con Koma, con Hueco, Boicot, Reincidentes. En festivales. En el MiraRcok hueco o Koma. Teloneos varios.

(T) Yo le tengo mucho cariño al cantante de Koma, al Brigi. Porque siempre me ha gustado mucho el grupo. Lo conocemos del MiraRock, pero sabemos que él habla de Sin Arreglo y eso mola.

Uno a uno

Roberto Hernández para sus compañeros, es el Pitágoras del Punk le gusta «todo lo que no comprende». Su hermano Javier dice de él que es «muy místico». «Es una de las personas más inquietas que conozco».

A Pablo Tascón le daba miedo Marcelino Pan y Vino y lloraba con la película cuando era pequeño, aunque ahora, según sus compañeros es el músico happy porque «está todo el día con la sonrisa en la cara». Su hermano ha reconocido que ya no sabe «dónde pincharle para que se enfade».

Para Javier Hernández, Extremoduro es una de «LAS BANDAS» y tocaba sus canciones cuando era muy pequeño. Es el prototipo de rockero para sus compañeros, «no por estética, sino por todo en general».

Javi Tascón es el músico de pico y pala porque «allá donde pueda meter ruido, va y lo hace, sin cuestionarse nada». Las películas The Wonders y El truco del manco le sirvieron para saber que quería ser batería.

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