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Natividad de la Red, Félix Moro, Fernando Conde (moderador), Fernando Fantova y Luis Barriga. FRAN JIMÉNEZ
Los expertos abogan por la prevención para evitar la dependencia de la prestación asistencial

Los expertos abogan por la prevención para evitar la dependencia de la prestación asistencial

Las urgencias de la crisis han ralentizado las políticas para anticiparse a los problemas

J. Asua

VALLADOLID

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Jueves, 21 de septiembre 2017, 20:37

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Ha sido un vendaval. Anunciado, pero tan fuerte en sus consecuencias que ha dejado relegada cualquier planificación. La crisis económica ha obligado a taponar la herida con urgencia, a suturar a marchas forzadas –casi siempre a base de ayudas económicas– dejando los diagnósticos para otro momento. Los expertos convocados por el Ayuntamiento de Valladolid y El Norte de Castilla en el foro pusieron ayer pie en pared para reflexionar sobré cómo afrontar con más efectividad las políticas sociales.

Lo subrayaba Fernando Fantova, reconocido consultor social, para quien la base del trabajo de los poderes públicos y los profesionales de este sector debe ser la «interacción» con las personas. Puso el ejemplo de un accidente de tráfico. El herido es atendido en el hospital. Si es dado de alta con una limitación funcional, puede recibir una pensión u orientarse, a través del servicio de empleo, a otro puesto de trabajo. Incluso, puede solicitar una vivienda adaptada a la silla de ruedas en la que ha quedado postrado. Hasta ahí hay soluciones.

Es en las habilidades convivenciales o en sus relaciones con la familia tras su nueva situación vital donde debe entrar el trabajo de los servicios sociales para favorecer su autonomía e integración y evitar la caída en un pozo, en una cronificación que lo excluya del sistema. «Con las nuevas tecnologías se va a acabar el negocio de otorgar ayudas e incluso la robótica tendrá protagonismo en la ayuda a las personas dependientes», ejemplificó para dar importancia al contacto directo con los usuarios, con las personas, más allá de sus necesidades materiales, que también deben ser atendidas.

Natividad de la Red, doctora en Sociología y experta en la materia, subrayaba que «la crisis ha restado energía para la prevención» y ha empujado al sistema de ayudas. En alimentos han crecido del 33% al 50%, mientras que las aportaciones de dinero para solventar situaciones de emergencia se han multiplicado por tres, según señalo. De la Red apostó por la «proactividad» en las políticas sociales y por trabajar las «tendencias anticipatorias para evitar crear rehenes de las prestaciones, consumidores de ellas».

«Las necesidades personales y complejas no se pueden resolver únicamente con recursos económicos e incluso esas prestaciones deberían de estar contraindicadas en algunos casos, porque pueden generar adicción», recalcó. A su juicio, una cosa son los derechos y otra la singularidad de cada persona. Y ahí reside la clave. «Hay que diseñar prestaciones para las personas y no adaptar a las personas a los catálogos de prestaciones previamente establecidos», sostuvo esta experta, quien considera que los «paternalismos» excesivos no son buenos. De lo que se trata es de generar autonomía en la persona que requiere de los servicios sociales. En este sentido, Natividad de la Red ensalzó la importancia de atención primaria y de los profesionales, capaces de detectar un problema y ofrecer un itinerario adaptado a las necesidades del ciudadano.

En este aspecto incidió también Félix Moro, director del área de Servicios Sociales del Consistorio de la capital. «Hay que ser innovadores y preguntar a la persona qué es lo que necesita y lo que busca, algo que a veces no hacemos; el modelo debe estar basado en un fomento de la autonomía personal y una atención a la individualidad, que favorezca la inclusión social», defendió Moro, partidario de que los Servicios Sociales trabajen en red con las entidades del tercer sector, que luchan también a pie de calle. El funcionario insistió en la necesidad de que los Ayuntamientos asuman mayor protagonismo en la elaboración de los sistemas de atención. Que la Junta les deje campo de juego y que les dote económicamente.

Impacto convivencial

¿Y cómo innovar? Luis Alberto Barriga, técnico de la Gerencia de Servicios Sociales, apuntó a la información como un aspecto básico. Poner la investigación al servicio de la materia para conocer, por ejemplo, los riesgos de transmisión de la pobreza en una misma familia o zona o la cronicidad de un hogar respecto a su dependencia de los servicios sociales para desentrañar, por ejemplo, si están sobreatendidos y hay que buscar nuevas soluciones.

«Soy optimista, porque creo que los servicios sociales sí han conseguido vertebrarse», dijo Barriga, que, al igual que sus compañeros de mesa, subrayó la importancia de que la asistencia se haga «desde la proximidad, desde lo local». En su opinión, el principal reto ahora «es poder adelantarse a los riesgos». «¿Alguien analizó las consecuencias que podían conllevar barrios como el de Molenbeeck en Bruselas?», se preguntó en referencia a su veta de radicalización islamista. «Igual que se pide una declaración de impacto ambiental en Urbanismo, ¿por qué no se pide una de impacto convivencial?», se preguntó. Ahí está la nueva estrategia. Menos prestación y más prevención para evitar que los problemas lleguen. ¿Se conseguirá? Los expertos y profesionales están empeñados en conseguirlo, según demostraron ayer.

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