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Diego Marrón con uno de sus utensilios de trabajo. L. N.
Un emprendedor de brocha y rodillo

Un emprendedor de brocha y rodillo

Diego Marrón Fernández, pintor de profesión, se ha convertido en su propio jefe

laura negro

Valladolid

Domingo, 22 de octubre 2017, 17:50

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Sus herramientas de trabajo son la brocha y el rodillo y en la espátula ha encontrado su mejor aliada para conseguir el acabado perfecto. Él es Diego Marrón Fernández, un joven emprendedor que acaba de poner en marcha su propia empresa, Pintura Fernández, afincada en Arroyo de la Encomienda y dedicada a la realización de todo tipo de trabajos de pintura.

Su primer contacto con el oficio fue a los 17 años. Empezó como peón trabajando por las tardes mientras se sacaba el graduado en ESO. Cuenta que su intención era estudiar un grado medio de construcción, pero que finalmente optó por continuar en la plantilla de una empresa de pinturas en La Flecha. «En aquel momento había mucho trabajo y aprendí rápido. Tenía buen sueldo y al verme con dinero tan joven, decidí que quería seguir por aquel camino. La empresa tenía treinta empleados y pronto me fueron dando ciertas responsabilidades en la obra y empecé a cumplir funciones de encargado», relata. Allí estuvo trabajando durante 10 años hasta que en 2012, en plena crisis, la empresa tuvo que cerrar. «Busqué otro tipo de trabajos. Estuve durante algún tiempo como peón y también de cajero. Aquella fue una gran experiencia, porque nunca había tenido un trato directo con el público y me ayudó a aprender a desenvolverme», reconoce.

Pintura Fernández

  • Emprendedor. Diego Marrón Fernández (32). Pintor.

  • Fecha de inicio de la actividad. 1 de mayo de 2017.

  • Contacto. Móvil: 657 857 833 pinturafernandez2017@gmail.com

Con el tiempo le contrataron en otra empresa dedicada al mantenimiento de pintura, pero en 2016, tras tres años en plantilla, acabó de nuevo en situación de desempleo. «Buscaba una estabilidad laboral y empecé a dar vueltas a la idea de hacerme autónomo. Participar en el curso de Red Talento de Autónomo en Prácticas en Arroyo de la Encomienda, supuso para mí un punto de inflexión. Aquello me animó a crear mi propio proyecto empresarial», añade. Al finalizar el curso, en mayo de 2017, se dio de alta como autónomo y se compró una furgoneta que él mismo rotuló.

Las ayudas

Solicitó una ayuda a la Diputación para nuevos emprendedores que está pendiente de resolución. «En total he hecho una inversión aproximada de 25.000 euros entre la furgoneta y la herramienta», informa este joven que, consciente de la importancia de crearse una buena red de contactos, se ha hecho socio del grupo empresarial de networking BNI. «Es un gran apoyo para mí. Allí hay muchos empresarios y emprendedores como yo. Compartimos contactos y referencias de trabajo y gracias a eso me han salido varios clientes, ya que facilita mucho la puerta fría», expone.

Sus clientes son tanto particulares como empresas, principalmente de reformas y de construcción. No obstante, también trabaja a menudo con administradores de fincas, ayuntamientos y con fábricas en las que realiza el mantenimiento de la pintura.

«Hago todo tipo de trabajos, tanto en interior como en exterior, y de decoración. También estoy especializado en pintura industrial y de señalización. Tengo años de experiencia pintando pasos de peatones, zonas de peligro, de paso de máquinas, plazas de garaje y señalética de suelo. Ahora, además, estoy formándome en rotulación porque no quiero quedarme estancado», afirma.

Las diferencias

Antes trabajaba para otros. Ahora es su propio jefe. Su trabajo no ha variado pero si encuentra notables diferencias en su día a día. «Desde que soy autónomo hago muchas más horas y no tengo horarios. Intento aprovechar al máximo mis tiempos y lo mejor es que puedo organizarme como yo quiera. Siendo empleado yo no me tenía que preocupar del material y la herramienta, me lo daban todo. Ahora, primero tengo que visitar los espacios, calcular presupuestos, preparar el material… en definitiva, es mucho más trabajo, pero también mucho más gratificante porque sé que es para mí», aclara.

De momento trabaja solo pero en un futuro, una vez se estabilice, le gustaría crear algún puesto de trabajo. «Colaboro con otras empresas de pintura y con otros profesionales del gremio. Nos echamos una mano cuando lo necesitamos. En Valladolid hay mucha competencia, por eso he fijado unos precios muy asequibles. Además, intento diferenciarme en el trato con los clientes y ofrecer un servicio rápido, de calidad en los acabados y en los materiales. Por supuesto la limpieza y cumplir con los plazos acordados con los clientes, es fundamental en mi trabajo», enfatiza.

En las redes sociales Diego ha encontrado un gran ayuda a la hora de dar a conocer sus servicios, aunque según él, lo que mejor funciona es el boca a boca. «Sólo haciendo las cosas bien, te aseguras que hablen bien de ti. No hay nada mejor que un cliente que habla bien de tus servicios», expone este joven pintor.

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