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El caudal del Pisuerga comenzó a descender ayer. H. S.
La efímera crecida del Pisuerga por el deshielo pasa de largo

La efímera crecida del Pisuerga por el deshielo pasa de largo

La ausencia de lluvias a ocho días vista agrava el déficit de precipitaciones en un febrero con solo 5,2 litros recogidos en Valladolid

J. Sanz

Valladolid

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Martes, 20 de febrero 2018, 12:22

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La subida de las temperaturas registrada a finales de la semana pasada, y que dejó máximas de 16 grados el viernes, está provocando un lento deshielo de la nieve acumulada en las montañas que nutren los ríos de la capital, como refleja el notable incremento del caudal del Pisuerga, que ha sextuplicado su volumen en los últimos días hasta superar los cien metros cúbicos por segundo, una marca muy alejada de su nivel de alerta (619), pero que supone su mayor registro en los últimos doce meses. Será un episodio efímero, pero que permitirá al río situarse en torno a su caudal habitual para el invierno después de un año anclado en cifras irrisorias de apenas diez metros cúbicos por segundo, según los datos recogidos por los medidores de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

La inminente bajada de las temperaturas, que comenzará a sentirse a partir de hoy mismo, y la ausencia de precipitaciones a ocho días vista, prácticamente hasta marzo, apuntan a que los ríos, al menos en la cuenca del Duero, no experimentarán crecidas preocupantes a medio plazo. Tanto es así que los caudales tanto del Pisuerga (91 metros cúbicos por segundo arrastraba a media tarde de ayer y 77 al mediodía de este martes) como del propio Duero (36 llevaba ayer y 29, hoy) comenzaron ayer a descender lentamente, mientras que el Esgueva (0,61 y 0,52) se mantiene más estable. Los tres marcaron entre el viernes y el sábado sus máximas de los últimos doce meses con unos caudales de 118,91 (Pisuerga), 47,40 (Duero) y 0,68 (Esgueva) a su paso por la ciudad. Su repentino crecimiento justifica el color chocolate del agua del Pisuerga durante todo el fin de semana.

Sin riesgo de crecidas

«El problema, en cuanto a posibles desbordamientos de los ríos, vendría si se aproximara un frente cálido ahora, cuando tenemos mucha nieve acumulada por encima de los 1.400 metros, pero eso no parece que vaya a ocurrir por ahora», apunta Jesús Gordaliza, el jefe de Predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), quien anticipa que «todo apunta a que el deshielo será progresivo, al menos en lo que afecta a nuestros ríos, de cara a llegada de la próxima primavera».

Nada preocupante, en definitiva. Sí lo es, y mucho, la pertinaz sequía que arrastra la capital y que ha vuelto a acrecentarse en lo que va de febrero, con tan solo 5,2 litros por metro cuadrado recogidos hasta la fecha, sobre todo, si se tiene en cuenta que «no se esperan lluvias, como mínimo, hasta mediados de la semana que viene», vaticina el experto.

Y la situación, en cuanto a la ausencia de lluvia, es preocupante después de dejar atrás el año más seco de la historia, como fue 2017, con 190,8 litros por metro cuadrado recogidos (la media habitual es de 432,7), la cantidad más baja en la capital en cien años, lo que supuso un déficit hídrico inédito del 56%. Eso sumado a que 2017 fue a su vez el año más cálido de la historia, con una temperatura media que alcanzó los 14,2 grados, la mayor registrada en la ciudad desde que hay datos fiables, a comienzos del siglo XX.

El presente año, sin embargo, comenzó razonablemente lluvioso, con un enero que concluyó con 42,4 litros por metro cuadrado, un registro ligeramente superior a la media habitual del mes (40). Fue un espejismo. Febrero ha vuelto de las andadas con un el citado registro de 5,2 litros por metro cuadrado, que apenas crecerá si se cumplen las previsiones para los próximos días. Lo habitual, para el mes completo, es que se recojan 27 litros. Y será difícil que caiga semejante cantidad el día 28, cuando se espera que cambie la tendencia con la llegada de alguna borrasca.

Vuelven las heladas fuertes

«No tenemos frentes de lluvia a la vista hasta finales de febrero o comienzos de marzo», lamenta Jesús Gordaliza, quien aclara que lo que sí ocurrirá a partir de hoy mismo será un cambio meteorológico con la entrada de «viento del nordeste». Eso se traducirá en un notable descenso de las temperaturas, en ausencia de precipitaciones, y «heladas fuertes a partir del próximo viernes». Las máximas, salvo hoy, no superarán los diez grados, cuando lo habitual para la segunda quincena de febrero es que ronden los quince, y «la sensación de frío será mucho mayor por el viento», concreta el meteorólogo.

El viento, en principio, amainará el viernes y dará paso a un desplome del mercurio durante las madrugadas, con mínimas que rondará los -4 grados. Esta situación se mantendrá más o menos estable hasta mediados de la semana que viene.

«A partir del martes y, sobre todo, el miércoles –ya 28 de febrero– se prevé que pueda cambiar la situación y que lleguen las precipitaciones, pero aún es pronto para poder concretarlo con seguridad», añade el responsable de Predicción de la Aemet.

De manera que febrero ahondará sin duda en el déficit hídrico que arrastra la capital desde el año pasado, que alcanzó el citado 56%; mientras que 2018, hasta ahora, ya está en número rojos con un déficit del 18%.

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