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Las doctoras Alicia Armentia y Verónica Casado. El Norte
Verónica Casado y Alicia Armentia entre los mejores médicos de España

Dos doctoras vallisoletanas, entre las 25 mejores del país

La trayectoria profesional de Alicia Armentia y Verónica Casado les ha hecho merecedoras del reconocimieto

El Norte

Valladolid

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Miércoles, 21 de febrero 2018, 11:23

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Con motivo de la celebración del 25 aniversario del Diario Médico se han entregado los premios ‘25 Embajadores Médicos’, que reconocen la labor otros tantos profesionales sanitarios que, por su trayectoria profesional, destacan dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS). Y Valladolid ha tenido una importante representación en el evento celebrado ayer en Madrid, al contar con dos profesionales de entre los elegidos.

Se trata de la alergóloga del Hospital Universitario Río Hortega, Alicia Armentia; y de la médico de Familia del Centro de Salud Parquesol (del Área de Salud Valladolid Oeste), Verónica Casado.

Precisamente ésta última fue elegida el pasado año la mejor médico de Europa al recibir el prestigioso premio WONCA (Organización Mundial de la Medicina de Familia), un galardón que anualmente reconoce a un único médico de familia por su trabajo como proveedor de asistencia con una visión integral, pero también por su capacidad de tomar decisiones, de trabajar en equipo o de atender a la comunidad en su conjunto.

Para Casado ser médico de Familia es sobre todo compromiso. Con los pacientes, con los futuros compañeros a través de la docencia, con la humanidad. Dice, que un buen especialista de Atención Primaria tiene que tener conocimientos; pero también saber bien cuáles son sus límites y contar con buenas habilidades técnicas y de comunicación. Y es que esta francesa –nacida y criada en Reims hasta los 9 años–, hija de españoles y que se considera muy vallisoletana es una incondicional valedora de la medicina, de la apegada a la persona, de la que mira al paciente en su integridad y en su entorno. Lleva desde 1988 pisando el día a día de su consulta, sin faltar a su cita con cada paciente y sin olvidar la investigación (645 publicaciones) o la gestión como promotor de salud desde la organización

Cambio de trayectoria

Alicia Armentia iba para maestra, pero la recomendación de su padre le hizo cambiar de trayectoria, y hoy ocupa el cargo de jefa de la Unidad de Alergología del Hospital Río Hortega, en Valladolid.

Su particular visión de la Sanidad es agridulce; la ve «saludable, pero defendiéndose diariamente de todo lo que le quita tiempo a la atención personal a nuestros pacientes. Se valora más el arte de que un paciente desaparezca de una lista de espera que el de curarle e investigar».

«Quizás la valía de un hospital no se mida por cifras –sostiene–, sino por su dotación humana, la calidad de la investigación que difunde y el trato amable a sus enfermos. En la actualidad, además de intentar curar, el médico tiene que gestionar, enviar indicadores de su actividad, completar bases de datos que no explota y otros complejos deberes economicistas. Soporta divisiones artificiales e ineficaces entre médicos y enfermeras, y nuevas aplicaciones informáticas que han cambiado el trato con el enfermo». Pero, «sin duda, una historia electrónica única, que permita la atención en cualquier comunidad es necesaria».

Entre los momentos más dulces, destaca éste en el que sus compañeros la han seleccionado como embajadora; «es genial, y por ello me siento apreciada por ellos. Sentirse querido es la sensación más dulce, junto con el agradecimiento emocionado y el deseo de no defraudarles como embajadora».

Armentia, que ha publicado 145 artículos en revistas internacionales, querría ser recordada «como una persona amable y trabajadora, sin más»; y a las nuevas generaciones de médicos les recuerda que han escogido «la profesión más bonita que podrían ejercer», y les recomienda que «se adapten y superen el desánimo, la decepción, el inmenso cansancio y la incomprensión con la que sin duda se van a enfrentar. A mis alumnos, que vayan a clase. No se puede trasmitir pasión y experiencia de forma virtual. Y que ante todo, cuando ejerzan, que atiendan a sus pacientes como si fueran su familia, sus amigos más queridos; como si fueran ellos mismos los que están al otro lado de la mesa».

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