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Ana Redondo, concejala de Cultura y Turismo. Gabriel Villamil
Ana Redondo, la cara de la ciudad

Ana Redondo, la cara de la ciudad

El Gobierno de la ciudad, más allá del despacho oficial ·

«Dicen que siempre llego tarde, pero es que hago que el tiempo sea flexible»

Antonio G. Encinas

Valladolid

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Sábado, 17 de febrero 2018, 16:31

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Que llega tarde, le dicen. Que siempre hay que esperarla, le dicen. Y Ana Redondo, que tiene la misión de ser la cara visible del Ayuntamiento en cada evento relacionado con la cultura, la hostelería, las rutas turísticas, las fiestas, etcétera, asume que muchas veces es así. Y argumenta por qué con una frase peculiar: «Me dicen que llego siempre tarde, pero es que hago que el tiempo sea flexible». Y no es una burla, ni mucho menos. Tiene una explicación que ofrece con un ejemplo. «Da la sensación de que eres una incumplidora del horario, pero intento estirar el tiempo al máximo. Cuando hay una cosa que me interesa o una persona que brilla con luz propia, intento aprovechar al máximo ese tiempo, aunque tenga que dilatar esa entrevista o ese encuentro y luego las cosas vayan más apretadas. Pero eso me ha permitido conectar con gente y luego tener un efecto positivo para la ciudad».

El nombre que ejemplifica esto es el de Juana Aizpuru. Se la encontró en Arco, mientras la galerista concedía una entrevista. «Y me quedé pegada, porque me pareció una mujer espectacular. Ella es la fundadora de Arco en los años setenta, cuando eso del arte contemporáneo en España era impensable, y una mujer que se dedicara a abrir una galería y una feria de arte contemporáneo... Ella se lo lleva a Tierno Galván, él dice que le interesa, etcétera. Y lo contaba con una pasión que me sorprendió. Me enganchó. Y cuando terminó me acerqué, le dije que era de Valladolid y me dijo que ella era nacida en Valladolid, que había vivido hasta los diez años aquí y que tenía familia aquí y se sentía vinculada a Valladolid». De ahí surgió la idea de proponerla a los Piñones de Oro. El agradecimiento de la galerista por este reconocimiento de su ciudad natal permitió, más tarde, que cuatro salas del Patio Herreriano albergaran «una exposición de la colección de Juana Aizpuru que no ha hecho nadie en España».

Ana Redondo, con el actor Javier Calaveras, que representa a José Zorrilla.
Ana Redondo, con el actor Javier Calaveras, que representa a José Zorrilla. Imagen cedida por el Grupo Municipal Socialista.

Claro que a veces es Ana Redondo quien carga con la fama de quien carda la lana. Porque los imprevistos de unos y otros obligan a variar la agenda sobre la marcha y a improvisar. Y en una de esas, por ejemplo, el alcalde la avisó de que le tocaba relevarle en una misa en las Angustias. Era uno de los escasos días en que no tenía previsto acudir a ningún acto, así que se había preparado para un día de trabajo interno en el despacho. «Y me veo con una guisa, con vaqueros, botas, un chaquetón cochambroso y teniendo que acudir a una misa solemne, de esas donde la gente va de punta en blanco». Intentó apañar su apariencia con una compra de emergencia. «No me daba tiempo a ir a casa, así que salí pitando y enfrente, que hay una zapatería, entré para buscar algo de tacón que al menos disimulara un poco. Me compré unos zapatos que me pegaron una clavada que yo no tenía prevista. Esos tacones no me los he vuelto a poner porque eran imposibles, los tengo como recuerdo de lo que es intentar salir del paso», cuenta ahora con una sonrisa.

Lo del atuendo es, en su caso, mucho más que algo casual. Lo descubrió en uno de los eventos que califica como «mágicos» en la ciudad, la Seminci. Es habitual que los diseñadores vallisoletanos organicen lo que llaman un ‘showroom’ para que las actrices o invitadas más destacadas puedan lucir algún modelo o complemento en la alfombra roja. Eso incluye a la concejala. «El año pasado me dejaron un bolso muy espectacular, con piel como de cebra. Lo elegí, me pareció precioso y pasado el tiempo, en la feria de artesanía de Navidad, me encontré con las artesanas que lo habían hecho y me dijeron ‘no te puedes imaginar los que vendimos. Y solo lo podemos achacar a que se vio en las fotos’. Nunca me lo hubiera imaginado», asegura.

«Disfruto mucho esto, me parece un regalo. Nunca pensé que pudiera disfrutarlo tanto»

El cargo le ha deparado satisfacciones personales como encontrarse con artistas a los que admira. «La Seminci es tan mágica, puedes conocer a gente tan especial. Este año se celebraba la gala del cine español y yo llegaba tarde, como casi siempre, y era en el Teatro Zorrilla. Llegaba atacada y me meten justo en la tramoya del teatro y estaba a oscuras y empiezo a mirar, no sabía lo que me iba a encontrar, y veo a Ana Belén, a Víctor Manuel... De repente estaba rodeada de las grandes estrellas del cine español y fue como ¡madre mía! Empecé a hablar con ellos como si fueran gente como yo, que va a entregar un premio. Fue muy especial».

Victoria Soto, Ana Redondo, Rafi Romero y María Sánchez animan al Silverstorm El Salvador en la final de Copa de rugby ante la Santboiana.
Victoria Soto, Ana Redondo, Rafi Romero y María Sánchez animan al Silverstorm El Salvador en la final de Copa de rugby ante la Santboiana. Henar Sastre

«Disfruto mucho, esto me parece un regalo. Nunca pensé que pudiera disfrutarlo tanto», admite. Aunque eso no evita los malos tragos de vez en cuando. Como cuando recibió una llamada del alcalde «¡ a las 6:45 de la mañana de un día de julio!». Estaba enfadado y hacía muy poco que se habían hecho cargo del equipo de Gobierno. «Me llevé un disgusto horroroso», recuerda.

Como el resto de sus compañeros, también se ha ayudado mucho de quienes ya ‘militaban’ en el área de Cultura o Turismo. «En materia cultural es importante la permanencia, que haya gente que permanece a lo largo del tiempo, porque te abre caminos. Si tienen cierta personalidad, cierto perfil, porque te va a facilitar que vengan los mejores, que estén aquí los más interesantes. Chema Viteri, por ejemplo. Cuando llegué no conocía a la mayoría de los miembros de mi equipo. Y uno tiende a pensar que los demás los han puesto ahí por motivos políticos. Y tenía muchas presiones por renovarlo todo. Pero hay que saber qué hace cada uno en este negocio, y me di cuenta de que había grandísimos profesionales», admite.

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