El Ayuntamiento coordinará con todas las entidades el diseño de la política social

Que hay implicación se pudo comprobar en el salón de actos del Museo Patio Herreriano, que se quedó pequeño para acoger a los representantes de todas las ONG, asociaciones y profesionales del sector que dedican su tiempo a ayudar a los demás. La edil lo dejo claro: «Debemos jugar un papel transformador para lograr un mundo más justo». Y, además, eliminar el acento peyorativo que acompaña a estas políticas. El futuro consejo buscará, además, incidir en una máxima: la proximidad. En el encuentro celebrado ayer, todos los expertos coincidieron en señalar que los Servicios Sociales requieren de un protagonismo eminentemente municipal, porque es al Ayuntamiento al que se dirigen los vecinos y vecinas que necesitan respaldo.

En 2016, 34.000 vallisoletanos se acercaron a esta ‘ventanilla’ de ciudad, que recibe, desde que la crisis arrasó el país, nuevos perfiles, muy alejados de los pobres de solemnidad de antaño. Familias, un día de clase media, a las que un revés laboral, les llevó al lado oscuro y que se han visto obligadas a recurrir a la linterna de las ayudas públicas para intentar salir del túnel. Tanto Rafaela Romero como el director del área del Ayuntamiento, Félix Moro, abogaron porque la Junta de Castilla y León otorgue mayor autonomía y más recursos económicos a los consistorios. Y es que la Ley de Racionalización ha dejado el papel municipal restringido a las evaluaciones y a las atenciones de situaciones de riesgo. El margen de maniobra para planear políticas «anticipatorias» es «muy escaso».

«La Junta nos ha enviado el Plan Estratégico de Servicios Sociales ya elaborado y con un plazo de diez días para que lo estudiemos», puso como ejemplo Rafaela Romero, al tiempo que lamentó que no se tenga en cuenta a los que dan la cara a diario con los ciudadanos que sufren los problemas. No desde los despachos, sino desde la calle o desde los centros de acción social.