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Un momento de la gala Oráculo Promesas
El humor y la cercanía se imponen en el certamen de magia Oráculo Promesas

El humor y la cercanía se imponen en el certamen de magia Oráculo Promesas

Seis ilusionistas abren la programación del ciclo de actuaciones que convertirán a Valladolid en destino mágico

v. m. v.

Lunes, 29 de mayo 2017, 17:30

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La cercanía, la sencillez, el humor y la complicidad de David Vega se metieron este domingo en el bolsillo al público y al jurado profesional del encuentro Oráculo Promesas, el primer eslabón de una cadena de trucos que convertirá a Valladolid en destino mágico y en foco del ilusionismo internacional el próximo mes de septiembre. El teatro experimental del centro Miguel Delibes albergó la primera fase, aquella en la que compiten artistas que empiezan en el mundo de la magia y que buscan una oportunidad para demostrar su valía en los escenarios. Venció una de las propuestas más sencillas (juegos de habilidad manual, de aparición y desaparición de pelotas de goma), pero que se impuso gracias a una muy buena puesta en escena, llena de golpes de humor y con una colaboración iluminada por parte de Valeria, la niña de cinco años que salió como voluntaria y que consiguió, de verdad, con su simpatía, crear un ambiente mágico en la sala.

David Vega es titulado superior en Ilusionismo en el Real Centro Universitario María Cristina en El Escorial y además participa en el espectáculo Sama sama, un montaje creado por Mayumaná y Cirque du Soleil. Además, ofrece números en inglés en colegios a través de la compañía Improving Company. La victoria de Vega se ha producido en una velada conducida por Carlos Carlini y en la que, con entrada gratuita, se pudo disfrutar de diversas modalidades de ilusionismo.

El mago Truco presentó un montaje ambientado en un museo, con una constante interacción con los cuadros, de los que conseguía extraer pañuelos, pelotas o velas. Mucha ilusión óptica para un número en el que los pinceles volaban y se escapaban de sus manos. Daniel García apostó por el poder del mentalismo, y su capacidad para romper bombillas o adivinar la carta elegida por un voluntario del público. Toni Rivera se inclinó por una sucesión de trucos elaborados íntegramente con cuerdas que cambiaban de tamaño y se llenaban de nudos mientras el mago declamaba un vital texto poético sobre los sueños perseguidos y cumplidos.

También compitió en Oráculo Promesas Fernando Santaolalla, un artista que bebe de las fuentes circenses y que jugó al diábolo en una actuación en la que las habilidades circenses se combinaban con la magia, sin que el espectador supiera en qué momento terminaba la destreza y empezaba la ilusión. La gala contó además con la participación de Rober Sirgo, quien presentó un enorme catálogo de trucos de cartas, pañuelos que cambian de color y varitas que se deshacían en confeti. Decenas de espectadores con gran número de niños aplaudieron las actuaciones.

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