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Eusebio Sacristán 'Use' con el trofeo de ganador.
'Use' se impone en el duelo entre el corte puro y el campeonato nacional

'Use' se impone en el duelo entre el corte puro y el campeonato nacional

El joven de La Seca ganó en un mano a mano al iscariense Oliver García en un festejo con el que regresaron los toros a la feria de San Pedro

Lorena Sancho Yuste

Domingo, 14 de mayo 2017, 11:43

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San Pedro Regalado echó ayer el capote en el Paseo de Zorrilla. Obró el milagro, el que cada 13 de mayo procura en el ruedo vallisoletano a excepción del pasado año, cuando no se programó feria y contribuyó al triunfo taurino sin fisuras, sin engranajes en la maquinaria del festejo popular, sin heridas de guerra ni batallas cruentas en el ruedo. El patrón de los toreros regresó a Valladolid para hacer el paseíllo en un concurso de cortes especial, con capote de paseo enmarcado en un dorsal y enfundado en ropa deportiva. Con ganas de cimentar afición en una ciudad ya huérfana de títulos taurinos y con la bendición bajo el brazo para el toreo de tú a tú, el del cuerpo limpio. Porque en el milimétrico espacio que existe entre el pitón y los riñones del cortador, el pecho del saltador o el muslo del quebrador estaba la encomienda al patrón, a la imagen devota de cada uno de ellos por salvar su físico frente a los astados.

Dieciséis cortadores de toda España se encargaron de reabrir la plaza de toros a los festejos de mayo. Colas en las puertas para acceder a los tendidos sin numerar, poblados en su mitad del aforo, en un espectáculo especial y único que por primera vez desembarcaba en Valladolid. El templo del corte puro, de la suerte castellana más pulcra, se abría a una batalla con el quiebro y el salto. Un duelo entre los ancestrales juegos del toro, los rituales que jóvenes de todo el país se encargan de perpetuar en cada feria, y que encontró su vencedor en Eusebio Sacristán Use, de La Seca. Y no porque así lo fallara un jurado, como ocurriera en su triunfo como actual campeón de España o de laLiga del Corte Puro 2015, sino porque sus propios compañeros, con la experiencia sobre la verdad y pulcritud en las suertes, fueron los que decidieron que este joven fuera proclamado como el mejor cortador, saltador y quebrador.

Al unísono, casi a coro, cantó la plaza su nombre cuando clavó sus rodillas al suelo y dio su pecho al toro de la semifinal de este duelo que enfrentaba a los mejores de la Liga del Corte Puro y del Campeonato de España. Un quiebro tan brutal como sobrecogedor levantó la plaza, a unos tendidos más fríos de lo habitual pero que acabaron entregados a la raza y el coraje del joven lasecano. Saludó la rotunda ovación y se preparó para disputar la final, el mano a mano que a la postre acabaría ganando al iscariense Oliver García.

Porque el festejo, con la impronta de la empresa riojana Toropasión Espectáculos y el patrocinio de El Norte de Castilla, siguió un formato muy similar al que cada mes de septiembre prácticamente agota el papel. Fueron siete novillos, cuatro para las rondas clasificatorias, dos para las semifinales y uno más para la final. De distintos encastes, procedencia y pelajes. Y también de distintos comportamientos. Uno canonizable, el tercero, con una exquisita calidad, y un par de ellos con complicaciones, como el de la final, al que tanto Use como Oliver García tuvieron que hacer bien las cosas en una lidia de terrenos y de tener muchos pies para ganar la cara al morlaco.

La complicación del novillo último enfrió la batalla entre el lasecano y el iscariense. Máxime tras una semifinal en la que previamente Use, el segoviano Javier Balotelli y el madrileño Paquito Murillo se habían dejado la piel en busca del duelo final. Fue este último el que ayer rubricó una atlética rondada mortal, con un escalofriante salto con dos volteretas previas. El público se lo agradeció con una ovación en pie que emocionó incluso a su novia, la cortadora Rocío Pulido, que ayer siguió la cita desde el tendido. Y no fue la única vez en la que Valladolid se levantó de sus asientos. Porque más allá del triunfo hubo detalles, varios, que emocionaron al respetable. Como el quite que el castellonense José Manuel González Poca hizo a su compañero Javier Balotelli cuando este cayó en la cara del toro y a punto estuvo de alcanzarlo. O el ánimo que brindaron al valenciano Juan Nieto para que dejara en Valladolid uno de sus característicos reversos tras ejecutar una actuación basada en el corte. Y uno más. El apoyo brindado a Cristian Moras, que resultó alcanzado sin consecuencias por el primer todo de la tarde y quedó dolorido para conseguir su pase a la final. La que después ganaría su amigo Use.

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