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Exterior de un cajero automático, situado en el barrio de Parquesol. :
Los cajeros automáticos huyen de los barrios y se quedan en el centro de Valladolid

Los cajeros automáticos huyen de los barrios y se quedan en el centro de Valladolid

El cierre de sucursales por las fusiones provoca que algunas zonas de la ciudad padezcan escasez de terminales, aunque las entidades sopesan ubicar ‘cajeros desplazados’

Antonio G. Encinas

Jueves, 4 de mayo 2017, 18:09

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Son años de fusiones y adquisiciones en las entidades financieras. Sumas de fuerzas que tienen como consecuencia algunas restas. Se recortan efectivos, se cierran sucursales y, por consiguiente, se retiran cajeros automáticos.La red nacional muestra esa tendencia, como recoge cada año el Banco de España.«En el período de seis años comprendido entre 2002 y 2008 se produce un incremento del 18% en el número de sucursales bancarias y del 24% en el de cajeros automáticos», explicaba esta entidad en uno de sus últimos informes al respecto. Sin embargo, los cinco años siguientes el desplome ha sido tremendo tanto en sucursales como en cajeros.

«La evolución entre 2008 y 2013 muestra una caída en el número tanto de sucursales bancarias como de cajeros automáticos, retrocediendo a los niveles de 1994 en el caso de las sucursales, y a los de 2004 para los cajeros», señalaba.

Esta situación se ha prolongado en los años siguientes. Según la Guía de la Banca, Cooperativas de Crédito y Cajas de Ahorro, de la Editorial Maestre, la reducción de sucursales ha continuado en 2017. En enero había 35.142 oficinas y en marzo eran ya solo 33.372. Lo de las comillas en la palabra solo viene porque aun con todo eso, España es uno de los países en los que la ratio de sucursales y cajeros por número de habitantes está muy por encima de la media europea. De hecho, los expertos vaticinan que los movimientos de concentración en el ámbito financiero van a continuar. Según la misma Guía de la Banca, ahora mismo operan en España 144 entidades financieras. En el año 2000, según datos del Banco de España, eran 228.

Todo este maremágnum de movimientos hacia un lado y otro ha provocado algunas consecuencias. El Norte informaba hace poco más de un mes de que en la región se han producido, en un año, cien cierres de sucursales. Desde el inicio de la crisis han caído mil oficinas, la tercera parte de las que había. Eso ha provocado carencias en algunos municipios en los que no es rentable mantener abierta una sucursal, por ejemplo.

En la capital, sin embargo, también se ha dejado notar este goteo. En el Polígono de Argales, por ejemplo, se marchó el Banco Popular y se retiró el cajero de EspañaDuero, con lo que esta zona industrial se ha quedado sin ese servicio.

Algunos barrios empiezan a notar las carencias. Quizá no en arterias principales en las que aún se sostiene el pequeño comercio sobre todo en los que tienen mayor tejido de pequeñas empresas, comoLa Victoria o LaRondilla, pero sí en ciertas zonas en las que han coincidido las clausuras de oficinas de diferentes entidades.

EspañaDuero es la que con más transparencia ha decidido ofrecer sus cifras para realizar este reportaje. El número de cajeros en sus oficinas ha bajado de 93 a 85 entre marzo de 2016 y marzo de 2017.Un descenso que se justifica por «algunos cierres de sucursales acometidos». Sí se mantienen, por ejemplo, lo que los bancos y cajas llaman cajeros desplazados.Esto es, los que se ubican aisladamente, sin sucursal que los soporte, en centros comerciales, por ejemplo. EspañaDuero cuenta con ocho.

En cuanto a La Caixa, una de las entidades con más presencia en Valladolid y en la región, la cifra se mantiene estable en la capital, aseguran desde la entidad. Ya cuentan con 25 oficinas y 37 cajeros automáticos, «aunque la idea es poner algunos más», precisan. Sobre todo porque los cajeros actuales, multifunción, permiten muchas más operaciones que sacar dinero y todas las entidades quieren dar el paso definitivo hacia la banca digital.

Otro de los bancos con mayor presencia, BBVA, asegura que en su caso «no ha habido reducción de cajeros salvo la recolocación de algunos de ellos».

Y es que esto, la recolocación, es una tendencia en alza, sobre todo con los nuevos modelos de oficinas que han estrenado algunas de estas entidades en Valladolid, caso de la de LaCaixa en la calle Santiago o las del Banco Santander bajo el epígrafe Smart red. En esas sucursales más modernas, tecnologizadas, los cajeros cobran incluso mayor relevancia. Así, la oficina de la Plaza Mayor del Santander, en renovación, tenía dos cajeros y ahora tendrá cinco.

En el caso del Santander, a pesar del proceso de concentración el número de cajeros se ha incrementado, renovando la red y modernizándola.El Santander cuenta con 40 cajeros en la capital. En ese proceso modernizador coinciden con las demás entidades consultadas. «Desde principios de año EspañaDuero está renovando su parque de cajeros. En una primera oleada estamos cambiando 150 cajeros de todo nuestro ámbito de actuación», explican desde la caja. «Las nuevas terminales que estamos incorporando son de última generación y muchos de ellas van a incorporar nuevas funcionalidades, como el servicio 'contactless', pago de recibos en efectivo y devolución de vueltas (billetes y monedas), ingresadores... Estas funcionalidades, incorporan soluciones técnicas que permitirán realizar operaciones que hasta ahora se realizaban exclusivamente en oficinas. En la actualidad en Valladolid capital ya se han instalado nuevos cajeros de estas características y durante el mes de abril y mayo se van seguir instalando».

Una máquina revolucionaria

  • En 1967 se instaló el primer cajero automático en Londres. Un aparato que, quizá sin saberlo, inauguraba una era a la que aún le quedaba una segunda revolución por delante, la de Internet. De unos aparatos que servían para retirar fondos y comprobar el saldo de la cuenta se ha pasado a unos artilugios que prácticamente permiten realizar todo tipo de operaciones, desde domiciliar recibos a realizar transferencias, ingresos y, ahora, recibir la vuelta monedas incluidas cuando se efectúa un pago. Entre las últimas innovaciones están la tecnología contactless, que permite sacar dinero sin tener que introducir la tarjeta. O el hecho de que el software reconozca las operaciones más comunes de cada usuario y se las ofrezca entre las opciones inmediatas para agilizar las operaciones. Teclados adaptados al sistema braille, sistemas con voz para invidentes... Máquinas que cada vez más interactúan con el usuario y con sus teléfonos móviles para conseguir digitalizar al cliente. Algo hacia lo que también se encaminan los últimos rediseños de las sucursales bancarias.

En el BBVA también acometen esa renovación ampliada. «Todos los años se procede a la renovación de los autoservicios para ofrecer una mayor calidad a los clientes. Se retiran cajeros obsoletos», aclaran. Y en el Santander, igual. Los últimos cajeros instalados incluyen funcionalidades como ingresos y pago de recibos.

Cambio de costumbres

Las estadísticas del Banco de España permiten también observar el cambio en las preferencias delos consumidores. Al mismo tiempo que se reducía el número de cajeros automáticos, aumentaba exponencialmente el número de operaciones en terminales situados en los puntos de venta. Es decir, el pago con tarjeta en los comercios.

Así, en 2002 las estadísticas se situaban por debajo de los mil millones de pagos en terminales, 991.564.000. En 2016 se rebasaron los tres mil millones: 3.045.589.000. Paralelamente, el número de cajeros creció desde los 44.851 del año 2000 hasta los 61.714 de 2008, donde se alcanzó el máximo. Luego la crisis, las fusiones, los batacazos de las cajas y demás hicieron desaparecer un gran número de sucursales y de máquinas.Así, a diciembre de 2016 la cifra se situaba en 49.958 cajeros.

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