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La Plaza Mayor de Valladolid, con la calle Manzana a la derecha y Pasión, al fondo.
La Plaza Mayor será totalmente peatonal en 2018

La Plaza Mayor será totalmente peatonal en 2018

Las futuras rampas en Manzana y Pasión para el aparcamiento costarán un millón

J. Asua

Miércoles, 22 de marzo 2017, 11:52

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El proyecto para hacer de la Plaza Mayor un espacio completamente peatonal avanza. El Ayuntamiento de Valladolid ya tiene sobre la mesa un presupuesto del coste de la obra, un dato básico para su planeamiento. Los técnicos de la Concejalía de Urbanismo valoran la construcción de los dos futuros túneles de acceso, que sustituirán a las actuales rampas que ahora invaden el ágora, en 1.100.000 euros. El informe, que fue analizado en la reunión del equipo de gobierno del pasado lunes, fija las nuevas bocas del subterráneo en la calle Manzana (entrada actual) y en Pasión (nueva salida) y en el documento se matiza que esta estimación económica no incluye ni la perforación del cajón del estacionamiento ni las obras internas en el garaje para adecuarlas a los nuevos canales de tráfico.

Aunque todavía está en mantillas, la intención del ejecutivo local es que el proyecto esté listo este mismo año para iniciar y tener concluida la obra en 2018, ya que el periodo de ejecución no superaría los ocho meses, según los primeros cálculos del mismo departamento. En principio, la obra podría acometerse con parte el párking en servicio, porque se podrían simultanear entradas y salidas entre Manzana y Jesús hasta que se concluya el túnel de la calle Pasión. De las cinco vías analizadas para sacar las rampas de la zona peatonal, se han descartado definitivamente Lencería, Ferrari y Jesús al no contar con espacio suficiente para acoger las redes de servicios urbanos que necesariamente han de discurrir por ellas. En Manzana, sin embargo, esta reubicación no sería problemática, ya que el número de canalizaciones es moderado, el tráfico mantendría su itinerario actual y el trazado del túnel sería muy simple, según recoge el documento técnico.

En la calle Pasión, por contra, la obra es más complicada, aunque viable. En este caso, el problema no está en la construcción del túnel en la vía (la rampa saldría a la altura de la Confitería Cubero), sino en el interior del aparcamiento, donde se cruzan una conducción de la red principal de abastecimiento con dos tuberías de saneamiento. Esta circunstancia obliga a que el canal de salida del subterráneo arranque de la segunda planta.

Ya en el trazado de Pasión habría que desviar algunas redes tanto para posibilitar la construcción del túnel como para despejar el espacio que ocupará su boca de salida al contar con una superficie muy estricta en la margen de los números impares. Aún así, los planos que incluye el informe contemplan la convivencia de esta salida del estacionamiento con el vial, ahora reservado para autobuses y taxis, que desde Ferrari conduce a través de la Plaza Mayor hasta Santa Ana. La intención, que aún se mantiene viva, es clausurar el tráfico de vehículos, excepto los de emergencia, en todo este carril, pero el cierre está aún pendiente de poner en marcha la reordenación de líneas de transporte público de la compañía Auvasa.

Accesos peatonales

El proyecto contempla no solo liberar la Plaza Mayor de riesgos para los viandantes, sino hacer más accesible este aparcamiento con un alto nivel de utilización de sus 331 plazas, debido a su céntrica ubicación. En este momento, las dos entradas para peatones son dos empinadas escaleras con una especie de montacargas adosado a las barandillas, que, en teoría, debería servir para desplazar sillas de ruedas, pero que no están operativos. El equipo de gobierno pretende instalar un ascensor o dos, dependiendo de los accesos que determine el proyecto definitivo, para que discapacitados y familias con cochecitos de niños no se las vean y se las deseen cada vez que dejan el vehículo en el garaje.

La concesionaria, a la espera

  • La empresa Aparcamientos Españoles (Aplaes), adjudicataria del estacionamiento de la Plaza Mayor, prefiere no realizar, por el momento, valoraciones sobre el proyecto municipal. «Lo único que conocemos es lo que ha publicado la prensa, pero con nosotros nadie se ha puesto en contacto», explicaron ayer fuentes de esta compañía. El Ayuntamiento pretende que esta sociedad se implique económicamente en el plan de mejora, que, aseguran, permitiría mantenerlo abierto incluso días en los que se celebrasen grandes eventos en este espacio. Por eso, han paralizado el expediente para ampliar el periodo de explotación hasta el 23 de mayo 2028. Según informó el Consistorio, la concesión del primer sótano expiró el pasado 23 de octubre.

Esta idea no es nueva. Ni la de sacar la rampas de la Plaza Mayor, ni la de mejorar los accesos peatonales con la instalación de un ascensor para mejorar la accesibilidad peatonal. El Ayuntamiento ha encontrado en los archivos de la Concejalía de Urbanismo el proyecto que en 2010 el PP encargó a una conocida empresa para abordar esta misma obra. En ese estudio, que fijaba la salida por una rampa en la calle Jesús, el coste total del proyecto, incluido un elevador con tres niveles, ascendía a 1,9 millones de euros, de ellos 253.555 de beneficio industrial para la constructora.

Por el momento, se deja aparcada la posible reubicación de la estatua del Conde Ansúrez de su actual posición en el espacio, aunque el alcalde, Óscar Puente, ya avanzó en su momento la intención de desplazarla a un lateral del ágora para dejar la parte central del rectángulo totalmente libre de cara a la celebración de diferentes actos.

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