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Antonio Rodríguez, coordinador de voluntariado de Hombres Nuevos
Buscan en Valladolid voluntarios para un proyecto solidario en Bolivia

Buscan en Valladolid voluntarios para un proyecto solidario en Bolivia

La Fundación Hombres Nuevos recaudará fondos con una exposición de artistas locales en la iglesia de las Angustias

Víctor Vela

Lunes, 6 de marzo 2017, 12:14

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Hay cientos, miles, decenas de miles de esquinas en la barriada de Los 3.000, en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Ya la vuelta de cada una de ellas acecha la tentación. «Es muy fácil conseguir droga en el barrio. Es muy sencillo que se acerquen a un chaval y le digan: Mira, si llevas este paquetito allí, te doy este dinero. Es habitual que los niños caigan en las redes de la violencia». El peligro afila sus garras en tantos recodos con sombras. Pero hay gente dispuesta a prender algo de luz. Son los integrantes de Hombres Nuevos, la ONG que pilota el religioso Nicolás Castellanos, exobispo de Palencia, quien desde hace 25 años promueve iniciativas para mejorar la calidad de vida de esta zona degradada de Bolivia. Y para conseguirlo busca ayuda.

Por un lado económica, a través de una exposición solidaria, con la venta de los cuadros de artistas vallisoletanos que se expondrán del 10 al 19 de marzo en la sala de exposiciones de la iglesia de las Angustias. Pero hay también una vertiente más personal. El proyecto Hombres Nuevos ha lanzado una nueva campaña de captación de voluntarios que contribuyan con su saber y su labor a iluminar esta zona de Bolivia. Antonio Rodríguez Muñoz (Córdoba, 1971)es el coordinador de sensibilización y voluntariado de la fundación y anima a participar en el proyecto, bien con presencias de larga duración o con estancias temporales (de uno a tres meses).

«El voluntario [puede colaborar en proyectos educativos, de atención a mayores, asistencia sanitaria...] se paga el pasaje, el seguro médico y aporta cien euros al mes para cubrir su alojamiento, alimentación y transporte. Hay algunas ONG que piden mucho dinero por algo que llaman turismo solidario. Nuestra idea no es hacer dinero con el proyecto, sino ayudar a miles de familias que lo necesitan y ofrecer una experiencia a quienes acuden como voluntarios».

Dice que«lo esencial no es tanto hacer como estar», aunque hay que cubrir ocho horas diarias de trabajo en algunos de los espacios del proyecto, que ha construido más de cien colegios (ahora administra directamente nueve), que ha impulsado centros de día para adultos, hogares para la población marginal, comedores sociales en los que se ofrece comida a los niños, con la garantía de que para ello vayan a la escuela.

«Hay muchos niños de la calle, abandonados por sus familias, que son explotados. Tenemos un proyecto que se llama Niños de la zafra. Uno de los trabajos más duros que existe es la recogida de la caña de azúcar, en unas condiciones horrorosas, por ejemplo de humedad. La caña es cortada, almacenada y transportada por familias enteras, incluidos pequeños de ocho, de nueve años. El proyecto quiere sacar a esos niños de la zafra, escolarizarlos, ofrecerles alimentación, educación y un futuro lejos de ese entorno laboral», explica Rodríguez, quien asegura que la gran satisfacción de esta labor llega cuando se consigue que estos chavales sean en el futuro «buenos profesionales, alejados de la delincuencia y de la droga. Es difícil, no siempre se consigue, pero hay salida para muchos».

La labor de Hombres Nuevos se enfoca también a la gestión de guarderías, de hospitales, a la construcción de iglesias. «Hay tres cosas que revitalizan un barrio pobre en Santa Cruz de la Sierra:las escuelas, el mercado y la iglesia. Esas tres cosas son el síntoma de que la zona despega. Ysi progresa, es más sencillo que llegue el transporte público, el asfaltado de calles».

Para sacar adelante todos estos retos, además de los voluntarios locales («gente de allí que trabaja para mejorar su barrio y su ciudad»)es importante la experiencia y la ilusión de aquellos que llegan de fuera para colaborar. «En el voluntariado de corta duración [hay mucho estudiante en sus vacaciones y también jubilados] no es tan importante hacer muchas cosas, como vivir una experiencia de crecimiento y sensibilización», asegura Rodríguez.

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