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J. Sanz
Domingo, 22 de enero 2017, 19:01
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El propietario del hotel Conde Ansúrez, José Manuel Fernández, acaba de rubricar el traspaso de su gestión en alquiler a la empresa riosecana que ya gestiona en Medina el Vittoria Colonna con el compromiso, eso sí, del mantenimiento de su plantilla de quince empleados. El cambio de manos, en lo que a la dirección se refiere, del complejo situado en la avenida de Gijón cierra un mes convulso para un sector que ha vivido en las últimas semanas el cierre del hotel de cinco estrellas Marqués de la Ensenada situado al inicio de la misma avenida y la venta de un histórico, como es el Enara de la plaza de España, a la cadena hotelera ATH. En este último también se conservarán tanto el nombre como la plantilla de 25 operarios, incluido su director.
Las circunstancias que rodean el traspaso del hotel Conde Ansúrez, un cuatro estrellas inaugurado el 19 de marzo de 2000 que cuenta con 46 habitaciones y tres suites, son diferentes a las de los dos anteriores. «Es un traspaso comercial en régimen de alquiler después de muchos años en el negocio, pero seguiré vinculado al hotel no solo como propietario sino ayudando en su gestión para garantizar tanto el mantenimiento de la plantilla como las celebraciones que habíamos concertado para los próximos meses», aseguró ayer el propietario del hotel, quien confirmó que su negocio conservará el nombre del fundador de la capital vallisoletana, una denominación que le costó «mucho conseguir» dado que otro hotel, situado en María de Molina, lo lució con anterioridad, entre los años 1943 y 1983.
Casi completo de moteros
De manera que, en principio, nada cambiará a medio plazo en el hotel de la avenida de Gijón más allá del desembarco en la capital de los gestores del Vittoria Colonna, un establecimiento de tres estrellas situado en Medina de Rioseco, que abrió sus puertas en 2010 y que cuenta con 55 habitaciones. El Conde Ansúrez, de hecho, mantiene todas sus celebraciones concertadas para este años y el pasado fin de semana rozó el lleno con la concentración motera.
«Hemos recuperado a los pingüinos que ya venían a nuestra casa hace años, procedentes de Albacete, Valencia o Madrid, y hemos colgado prácticamente el cartel de completo después de una edición floja como fue la del año pasado», reconoció satisfecho José Manuel Fernández.
El sector cierra así, por ahora, unas semanas agitadas que comenzaron el 20 de diciembre, cuando el dueño del hotel Enara, Enrique Raposa, rubricó la venta del negocio familiar, un cuatro estrellas abierto en 1976 y remodelado y ampliado en 2010, a la cadena ATH después de un año de dificultades económicas.
Días después, el 2 de enero, llegaría el más rocambolesco cierre por sorpresa del Marqués de la Ensenada, cuyo último gestor, Rafael M. M., ordenó desmantelar el histórico inmueble de la harinera La Perla teóricamente vendió el mobiliario por ocho mil euros a una empresa de mudanzas, reconvertido en hotel en 2009 y con 26 habitaciones, un día antes de ser embargado por la Seguridad Social por las deudas que arrastraba. Sus dieciséis trabajadores se fueron a la calle por las bravas.
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