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Un grupo de mujeres mayores.
La esperanza de vida cae en Valladolid casi ocho meses... estas son las posibles causas

La esperanza de vida cae en Valladolid casi ocho meses... estas son las posibles causas

Las autoridades sanitarias advierten del abandono de la dieta mediterránea y las crecientes tasas de obesidad

Víctor Vela

Domingo, 18 de diciembre 2016, 11:35

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Ochenta y tres años y casi 84 días. Esta es la esperanza de vida de los vallisoletanos, la edad a la que llegaremos, de media, en función de las actuales condiciones sanitarias y saludables. La cifra es espectacular. Entre las mejores provincias (la número 12) de entre los mejores países del mundo (España es el segundo, después de Japón). Pero el dato que ofreció ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) invita a la preocupación. El indicador ha sufrido el retroceso más importante desde 1975. De 83,9 a 83,23 años. O sea, casi 244 días, ocho meses menos de esperanza de vida.

¿Qué ha pasado?¿A qué se debe este retroceso? Esta misma pregunta se la hacen estos días en Estados Unidos, donde la semana pasada informaron de que este indicador había caído allí por primera vez en dos decenios, desde los años más virulentos del sida. ¿Por qué? Lo atribuyen, entre otras causas, a otra epidemia (así la califican), la de la obesidad. Y los expertos explican que esto vale para otros países desarrollados. También España. Y Valladolid. Los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio físico están haciendo mella. Y los grandes indicadores estadísticos empiezan a reflejarlo.

Rufino Álamo, jefe del Servicio de Información de Salud Pública de la Junta, reconoce que hay que analizar a fondos los datos publicados ayer y no aventurar hipótesis a la ligera, pero tiene claro que el progresivo abandono de los hábitos de vida saludables tiene, sin duda, mucho que ver. Bajo este paraguas se encuentra la necesidad de mantener una actividad física adecuada, la importancia de conservar las relaciones sociales, la urgencia en el abandono del consumo de sustancias tóxicas (tabaco, alcohol, drogas)y la apuesta por una buena alimentación. Este último punto es fundamental: estamos dejado de lado la dieta mediterránea. Lo advierte Álamo: muchos platos precocinados, abuso de la carne roja, exceso de azúcares, refrescos, dulces...

«Todo eso se traduce en obesidad, en diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares. La obesidad es la gran pandemia del siglo XXI», alertan desde Salud Pública, al tiempo que ofrecen una receta (ya conocida, pero no siempre cumplida) para alimentarse mejor. «El secreto desvela Álamo está en mirar atrás, en fijarse en la dieta de nuestros padres». Apunte: frutas y verduras de temporada, cereales enteros, grasas saludables (aceite y pescado azul), menos carne (sobre todo roja) y más legumbres. Y todo ello, con ejercicio físico, menos alcohol y nada de tabaco.

El análisis del estado de la salud de la población, un informe de la Junta de marzo de 2015, consigna que el 22,8%de la población de más de 15 años fuma a diario (por debajo de la media nacional 24%), que el 64,5% de la población en esa franja de edad reconoce haber consumido alcohol en el último mes, que el 54% de los jóvenes de 15 a 18 años ha ingerido comida basura una o dos veces en la última semana, que el 37%de la población se declara sedentaria (no realiza ningún tipo de actividad física) y que el porcentaje de población con obesidad se sitúa en torno al 15%, y el 38% con sobrepeso.

Todo esto dicho así, del tirón, preocupa a las autoridades sanitarias. Y claro que influye en la esperanza de vida. Se ha visto durante años en la brecha que existe entre hombres y mujeres. Ellas viven más «como consecuencia de una mortalidad masculina más elevada debido a factores biológicos, estilos de vida y conductas de riesgo», explica el informe de la Junta. Esta diferencia se ha estrechado en los últimos años.

Uno de los grandes éxitos sociales ha sido el progreso incremento de la esperanza de vida. Durante años ha estado muy vinculada a los avances médicos,«sobre todo preventivos», explica Álamo. Las vacunas, por ejemplo. Los cribados para detectar enfermedades. Eso es fundamental para mejorar la calidad de vida, pero hay que acompañarlo de esos hábitos saludables:prevención. Yotro aspecto que hay que tener en cuenta. Importa vivir muchos años... aunque sobre todo importa vivirlos con calidad.

Pero hay otros aspectos que también pueden contribuir a este descenso en la esperanza de vida. Por ejemplo, en los últimos años (por culpa de la crisis) la inversión en Sanidad ha sufrido recortes. De los 1.357 euros por habitante de 2012, en Castilla y León, se ha pasado a los 1.268 de 2014. Menos dinero, confirman los informes de la Junta y el Ministerio de Sanidad. Piense en las listas de espera, las pruebas diagnósticas...

El INE ofreció más datos. Mueren más personas de las que nacen (2.402 frente a 2.002 en el primer semestre) y cada vez tenemos los hijos más tarde (el primero, a los 31,57 años). La tendencia demográfica negativa afecta a toda España:su población cayó a un ritmo de 72 personas al día.

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