Borrar
Los moteros rodean la iglesia de Palazuelo de Vedija durante el funeral por el aficionado fallecido.
Decenas de moteros escoltan el cortejo fúnebre en el funeral por el vecino de Palazuelo

Decenas de moteros escoltan el cortejo fúnebre en el funeral por el vecino de Palazuelo

«Estamos hartos de enterrar a amigos y solo pedimos a los coches que nos respeten»

Miguel García Marbán

Jueves, 14 de julio 2016, 10:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un centenar de moteros quisieron dar el último adiós en la mañana de ayer a su compañero de carretera Gabriel Dopico Guerrero, el aficionado de 36 años que murió el lunes al colisionar frontolateralmente con una furgoneta a la entrada de Medina de Rioseco. Su despedida, celebrada en la parroquia de Palazuelo de Vedija, donde residía la víctima, sirvió también de plataforma reivindicativa para reclamar «más seguridad en las carreteras» para los moteros.

A media mañana, desde uno de los tanatorios de Medina de Rioseco, partió una larga comitiva en la que un gran número de motos acompañaron al coche fúnebre en su recorrido de diez kilómetros hasta Palazuelo. El séquito pasó por el lugar donde Gabriel, Dopi, perdió la vida. Allí, en la carretera de Cl-612, ante la ITV de Rioseco, los pilotos tocaron las bocinas e hicieron rugir sus motores acelerando en su memoria.

A la entrada de Palazuelo, junto a la iglesia, Nacho Fernández, amigo y vecino de Gabriel desde la infancia, esperaba con lágrimas en los ojos. La emoción apenas le dejaba recordar que desde su Durango natal era raro el fin de semana que no venía al pueblo de su padre. El joven recordó que era una «gran persona que no sabía discutir y que trabajaba mucho era camionero para poder venir un mes y medio al pueblo». Ahora, añadió con gran conmoción, «se había echado novia en Rioseco y era muy feliz».

Vecinos, familiares y amigos llenaron la iglesia de Nuestra Señora de Barruelo para participar en una ceremonia en la que fueron constantes las muestras de tristeza, emoción y dolor, con la presencia de la madre de Gabriel, Antonia (su padre falleció hace años); sus cuatro hermanas, Araceli, Charo, Patricia y Raquel, y su prometida, Laura.

Miembros de los motoclubes Arranca Pucela, al que pertenecía Dopi, La Leyenda Continúa, Espíritu Custom, Turismoto, La Virgen del Camino, Totieso, Pucelanas Moteras, El Portalón, Starbikers y Con un par de pistones, además de los moteros de Rioseco, de la comarca y de distintas localidades de Vizcaya, incluida la Durango natal de Gabriel, participaron en un sentido homenaje a Dopi. El tesorero de Arranca Pucela, Javier Gómez, quiso recordar «su constante sonrisa». Tras el funeral, en uno de los momentos más emocionantes de la mañana, los moteros guardaron un mito de silencio antes de hacer rugir sus monturas.

«Un día muy triste»

Virgilio Wanden-Berghe, de La Leyenda Continúa, lamentó que están «hartos de enterrar a amigos» y reclamó que «los coches nos respeten, que miren dos veces». Con más de treinta años de afición fue claro al asegurar que «sabemos a los que nos exponemos, hemos elegido esta forma de vida, pero no queremos morir».

Los moteros presentes coincidieron al expresar su deseo para que se hagan realidad reivindicaciones como la de «un asfaltado correcto, la eliminación de las señales verticales al borde de la carretera, la colocación de guardarraíles dobles o la creación de puestos avanzados en los semáforos», entre otras, pues «nos va la vida en ello», advirtió Javier Gómez, quien también quiso destacar la importancia de «pedir responsabilidad en la carretera a los moteros».

Por su parte, el alcalde de Palazuelo, Salvador Fernández, reconoció que fue «un día muy triste» y destacó que Gabriel, «todo lo que tenía de grande, lo tenía de bueno».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios