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Integrantes del grupo de teatro del CRA La Villa, de Peñafiel.
Por todas estas razones es importante acercar el teatro a los colegios

Por todas estas razones es importante acercar el teatro a los colegios

Más de 3.200 espectadores asisten a las representaciones de la Muestra Provincial de Teatro Escolar

Víctor Vela

Miércoles, 13 de abril 2016, 14:11

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Cae el telón como si fuera niebla en febrero, tanta lluvia en abril y todo es prisa en el escenario. Hay que sacar piedras de mentira y pozos de cartón. Hay que cambiar una avioneta accidentada por una cama deshecha. Colocar un monstruo donde había un principito. Poner actores, textos, emociones nuevas para conseguir aplausos, bravos, la cerrada ovación.

¿Por qué el teatro?

La pregunta resuena entre bambalinas, a un paso de los camerinos, con las butacas llenas ahí abajo, allí afuera, en este centro cívico José Luis Mosquera que hoy se llena de niños con mil palabras en la memoria, adolescentes que mudan de piel con cada línea de diálogo.

¿Por qué el teatro?

Y mientras cambia el escenario, mientras los peques repasan su papel, mientras los profes desean suerte y las madres preparan la cámara del móvil, mientras todo esto pasa, entonces llegan las respuestas.

Porque ejercitan la memoria y la dramatización. Porque aprenden vocabulario. Porque trabajan en equipo. Porque adquieren responsabilidades. Porque alimentan la imaginación. Porque se hacen conscientes de la importancia de la cultura ¡Chicos! ¿Tenéis ya todo colocado?

Y sí, parece que sí, todo listo para que comience la función. Begoña Teijeiro es la directora del CRA La Villa, colegio con cerca de 400 alumnos y dos grupos de teatro. Uno, con sede en Peñafiel. Otro, compuesto por los estudiantes que acuden a clase en Canalejas: desde los peques de cuatro años hasta la mayor de sexto. Unidos todos por su pasión escénica. Los dos grupos de La Villa participaron ayer por la mañana junto al instituto Juan de Juni y el colegio San Francisco de Asís en una de las sesiones de la XIV Muestra Provincial de Teatro Escolar que, desde el pasado jueves (este martes es la clausura), reúne a 19 formaciones de 17 centros escolares.

¿Por qué el teatro?

Porque en una sociedad como la actual, en la que se habla tanto de economía y política, el ámbito artístico no puede dejarse de lado. Hay que fomentar el arte en los centros educativos. Porque sin él, sin el teatro, sin la música, la vida sería mucho más triste.

La respuesta es de Carmen García, estudiante del instituto Juan de Juni. Su grupo (ella se ha encargado de vestir con música el montaje) ha sido el encargado de descorchar la mañana con La niña que riega las albahacas, un montaje dirigido por Aurora Benito, profesora encargada del taller de teatro que imparte a chavales de cuarto de Secundaria. Ella también contribuye a despejar la interrogación.

¿Por qué el teatro?

El teatro ayuda a los alumnos a creer en sí mismos. Genera una disciplina para saber escuchar y trabajar con el objetivo de que todo sea mágico en escena. Se fomentan valores como la responsabilidad, el respeto a los compañeros y a uno mismo. En los adolescentes fomenta alternativas de tiempo libre, ayuda a buscar desde su mundo interior los valores del hombre y de la humanidad.

Cuenta Aurora que el camino emprendido con su grupo dirige sus pasos a crear verdad sin caer en el cliché. Para ello trabajan dos horas a la semana con el cuerpo (movimiento escénico, danza), la voz (vocación, dicción, impostación). «Nos apoyamos en el método Stanlislavski», explica la responsable del grupo, quien se ha formado con Ángel Gutiérrez, el gran referente de esta técnica en España, un niño de la guerra que se exilió en Rusia, donde llegó a catedrático de Interpretación y Dirección. Un sabio del teatro que alimentó la pasión que ahora Aurora transmite a sus alumnos. Ayer, antes de la función, la profesora envió a los jóvenes actores un mensaje a su grupo de whatsapp: «Dad lo mejor de vosotros mismos, ayudad al compañero para que todo salga bien y el público disfrute».

Y el público disfrutó.

¿Por qué el teatro?

Porque puedes meterte en la piel y la mente de otras personas, ser otro y olvidarte así de los problemas personales. Es una vía para estar en un mundo diferente, explica Irene Soto, estudiante del Juan de Juni.

¿Por qué el teatro?

Porque me hace disfrutar, dice Tamara Asensio, compañera de Irene, con la concisión de quien tiene claro que su futuro también está sobre las tablas de un escenario.

De un escenario como este que, de repente, se ha llenado de estudiantes de Primaria, listos para empezar la representación de Un monstruo en mi país, en el que un niño llamado Jaime (en realidad no es Jaime) grita todo él miedo a sus papás.

Sin vencedores

Y entre el público (han acudido durante estos días más de 3.200 espectadores, también niños y adolescentes de colegios de la provincia) se despliega un catálogo de gestos de asombro, de risa, de miedo y diversión. El objetivo explican desde la Junta, que organiza la muestra a través de la Dirección Provincial de Educación es «iniciar a los jóvenes en las artes escénicas y fomentar la participación del alumnado en grupos escolares de teatro». No hay campeones. No hay premios ni clasificaciones. Sí un trofeo para cada participante y un taller formativo en la Escuela Superior de Arte Dramático para los grupos de Secundaria. Y la oportunidad de encontrar una respuesta a la pregunta:

¿Por qué el teatro?

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