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Trabajadores de la cooperativa Entrevecinos, junto con impulsores de la iniciativa.
«A estas alturas, con 53 años, pensé que la batalla ya estaba perdida»

«A estas alturas, con 53 años, pensé que la batalla ya estaba perdida»

La Caixa premia a la cooperativa Entrevecinos por su proyecto para encontrar empleo a parados de larga duración

Víctor Vela

Martes, 5 de abril 2016, 17:22

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«A estas alturas, con 53 años, ya lo daba todo por perdido». Justino Núñez habla en pasado. «Pensaba que la batalla estaba ya finiquitada». De nuevo el pretérito. «Que no había nada que hacer».

Finiquitado.

Por perdido.

Nada que hacer.

«Imagínate. En el paro desde 2007. Sin ingresos desde 2011. Ycon mi edad. Si cuando me echaron de la construcción lo tenía difícil con cuarenta y pocos, ahora, con más de 50, ¿quién me iba a coger?»

Justino ha encontrado ese quién. Él es una de las personas que ha conseguido empleo gracias a la Cooperativa Entrevecinos, proyecto auspiciado por la asociación vecinal de Barrio España y que ayer recibió en Barcelona uno de los premios al mejor programa de emprendimiento social que convoca la Fundación LaCaixa. El reconocimiento viene acompañado de una inyección de 25.000 euros que servirá para «disponer de asesoría jurídica y legal, un mentor de negocio durante un año y un programa de formación en gestión empresarial para dos personas». José Andrés Herranz, uno de los impulsores del proyecto, entiende que este galardón es un espaldarazo para una aventura que comenzó el pasado octubre, cuando un grupo de parados de larga duración se constituyó en cooperativa para «proporcionar un trabajo digno a personas golpeadas por la crisis».

Justino era una de ellas. Dice que albañil toda su vida. Hasta que la crisis le arrancó del andamio. ¿Yahora?Ahora, cuando pensaba que ya todo estaba perdido, finiquitado, que no había nada que hacer, ha encontrado un empleo a través de la cooperativa. Desde el 26 de febrero trabaja para Aguas de Valladolid, una de las empresas que ha confiado en la experiencia laboral de los integrantes de Entrevecinos. «Los primeros días levanté todo el alcantarillado de Zaratán para que los técnicos lo revisara. Pensé que serían 15 días, que cuando terminara eso me volvería para casa, pero me dijeron: Vente el lunes a las ocho. Yasí he empalmado varios contratos. Ahora estoy limpiando arquetas (Delicias, la carretera de Rueda). Y te digo una cosa, hasta para limpiar arquetas hay que tener arte. Al principio me mataba, pero uno se adapta como la plastilina y aprende de continuo, aunque tenga 53 años. Es verdad que con trabajo te cansas más, pero estás más descansado. Duermo más, como mejor, fumo menos, veo las cosas con otro ánimo, la satisfacción del deber cumplido. El bajón vendrá cuando se termine». Ycruza los dedos.

Aguas de Valladolid también ha confiado en la Cooperativa Entrevecinos para la contratación de tres personas que se han encargado de la rehabilitación del camino de las Arcas Reales. Miguel Moya (48 años), José Alberto Martínez (49)y Miguel Capellán(48)han participado durante los últimos días en la recuperación de esta senda. No es la primera vez que trabajan juntos. Ya coincidieron a la sombra de las grúas que levantaron las viviendas de Ribera de Castilla, de Puente Jardín, de la antigua textil, en La Victoria. Hasta que la empresa se fue a pique.«No fue de la noche a la mañana, pero se veía venir. Al principio despedían a los chavales jóvenes, a los que llevaban poco tiempo. Pero cuando ya empezaron a echar a la gente sin miramientos...». Y entonces llegó el paro, las mañanas muertas, los almuerzos sin prisa y los miles de currículos. «Los dejas en todas partes y en todos con la misma suerte». O sea, ninguna. «Como no tengas un conocido, es muy difícil que te llamen», dice José Alberto.

«Garantía de calidad»

Ese conocido quiere ser ahora la Cooperativa Entrevecinos, «que nuestro nombre sea garantía de calidad en el trabajo». Hace unas semanas emprendieron una campaña de buzoneo para dar a conocer sus servicios.Repartieron más de 20.000 folletos (fotocopiados gracias a la cesión de una máquina por HP)en los que informaban sobre los diferentes servicios que ofrecen. Por ejemplo, cambios de bañeras por platos de ducha (con la tramitación del expediente incluida para lograr la subvención municipal). También limpieza doméstica, asistencia personal, ayuda a domicilio. Sole Hernández cuatro años sin trabajar ha logrado un empleo por la mediación de Entrevecinos. Los sábados limpia las sedes de varias asociaciones. Los lunes y martes va a una casa particular. También los miércoles ha conseguido arrancar un par de horas. «No es mucho, pero suficiente para ir tirando». En situación similar está Marta García. Todas las tardes, durante dos horas, acompaña a una mujer de 93 años en el barrio. «Le hago compañía, le doy la merienda, la medicación... Mi marido no trabaja y con esto... con esto algo resolvemos. Pago la luz, las medicinas de la niña. No es para tirar cohetes, pero...». Y los puntos suspensivos se cuelan en una charla llena de incertidumbres, de contratos soñados que quieren ser certezas.

La convocatoria de La Caixa Entrevecinos comparte el galardón con otros 19 proyectos de toda España «apuesta por el apoyo a la creación de iniciativas sociales sostenibles y empresariales de entidades sociales».

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