La acera sur del puente de Poniente ganará anchura y un carril para bicis

Es una asignatura pendiente, que sobrevive mandato tras mandato y que se quiere aprobar este mismo año. El Ayuntamiento de Valladolid incluye en el listado de obras financieramente sostenibles, presentado la pasada semana y que hoy se aprobará en la Comisión de Hacienda, la reforma de puente de Poniente (antes de González Regueral) con el objetivo de reforzar la seguridad de los peatones que a diario atraviesan este transitado viaducto.

Con un presupuesto inicial de 150.000 euros en Urbanismo estiman que el coste pude ser considerablemente inferior se pretenden dos objetivos. El primero, y fundamental, proteger a los viandantes que cruzan este paso sobre el Pisuerga. Y es que a día de hoy conviene atravesarlo en dirección centro con cierta precaución, debido a la estrechez de las aceras. Al ir de espaldas a la circulación de los vehículos han sido numerosos los sustos que han sufrido los peatones, principalmente cuando pasan autobuses o vehículos de carga de tamaño medio, cuyos frontales son más anchos y altos.

El segundo objetivo es conectar la red de carril bici de la zona oeste de la ciudad, especialmente el que discurre por la avenida de Salamanca, con el centro de la capital, al igual que se hizo en la reforma del puente de Isabel La Católica durante las obras de la plaza del Milenio.

Así, el proyecto prevé crear una especie de plataforma en la acera sur del puente (la derecha desde Huerta del Rey) que estará divida en dos partes. Por un lado, y junto a la barandilla de protección exterior, se creará un canal peatonal, que pasará de los dos metros actuales a los 2,40. Seguido, y a la misma altura que esta franja, se habilitará un carril bici de doble dirección, que vendrá desde Joaquín Velasco Martín, donde ahora muere, de otros dos metros pasados, de manera que se cree una zona de coexistencia para viandantes y ciclos de más de cuatro metros. La acera norte quedará como hasta ahora, con 2,05 metros.

¿De dónde se ganará? El proyecto, cuya redacción está muy avanzada, prevé reducir de tres a dos los carriles para el tráfico rodado a lo largo de un puente, que a diario atraviesan 25.000 vehículos. Tras la obra, quedarán dos viales de tres metros cada uno, según los datos aportados por la Concejalía de Urbanismo. Los técnicos consideran suficiente este espacio para la circulación, que, no obstante, se ensanchará a tres carriles en confluencia del viaducto con Isabel la Católica para favorecer el giro a la derecha de los coches hacia San Ildefonso. En este punto, la acera discurrirá sobre el talud de árboles que asoman al jardín de La Rosaleda para dejar espacio a los coches.

La inversión se aprobará en el pleno del próximo viernes y la previsión es iniciar su ejecución cuanto antes para tenerla lista este mismo año. En principio, la intervención se podría comenzar a acometer sin cortar el tráfico en el viaducto, aunque puede que haya momentos, principalmente durante la reorganización de los viales para vehículos, en los que haya que proceder a la clausura total, aunque será el departamento de Movilidad el que lo decida. En ese caso, el puente de Isabel la Católica se convertiría en la principal alternativa para la circulación hacia centro.