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Una joven busca ofertas de pisos.
¿Pueden los jóvenes de Valladolid comprar un piso de más de 65 metros cuadrados?

¿Pueden los jóvenes de Valladolid comprar un piso de más de 65 metros cuadrados?

La precariedad laboral, los bajos sueldos y los precios de la vivienda complican la emancipación juvenil

Víctor Vela

Jueves, 25 de febrero 2016, 21:05

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Dice la estadística que el precio medio del metro cuadrado en Valladolid está en 1.153,4 euros (para vivienda libre). Que el desembolso tipo para comprar una casa en la provincia se sitúa en los 112.240 euros. Que el promedio de alquiler es de 416,52 euros al mes. Dicen los datos del Ecyl y del Ministerio de Empleo que el 44,64% de los jóvenes menores de 25 años que no estudian están en el paro (en 2015 eran el 53,4%). Que el sueldo medio en esas edades ronda los mil euros al mes. Que una persona joven asalariada que viva sola tiene casi imposible la emancipación. Que el esfuerzo que debe hacer para pagar el piso ronda el 47,8% de sus ingresos, cuando el Banco de España recomienda que, como mucho, sea del 30% del sueldo. Que uno de cada dos euros los destinaría a pagar su puñadito de metros cuadrados, sin incluir ahí los 113,03 euros que, de media, se calcula al mes para el coste de los suministros y servicios del hogar (que si luz agua, basura, gas...).

Dicen los cálculos del Consejo de la Juventud que un joven trabajador solo, con su sueldo, podría aspirar en Valladolid sin comprometer sus ingresos a un apartamento, como mucho, de 65 metros cuadrados.

Todas estas cosas dicen los datos, los cálculos, la estadística. Pero la realidad también habla. «Más que el precio de los alquileres o de las hipotecas, lo que realmente impide que me marche de casa de mis padres es la incertidumbre laboral y la precariedad en el empleo», asegura Alfredo Desvaux, 25 años.

Castilla y León es, detrás de Galicia y Cantabria, la tercera comunidad autónoma con la tasa de emancipación más baja de España para menores de 29 años, el 18,5%. El porcentaje sube hasta el 39,3% si se atiende a la horquilla de edad entre los 25 y los 29 años. Dicho de otra manera, seis de cada diez jóvenes entre 25 y 29 todavía vive con sus padres. Son tres de cada diez, entre los 30 y los 34 años. Los vallisoletanos y castellano y leoneses tardan más que los jóvenes de otros territorios en volar del nido familiar. Y hay varias cuestiones que explican este fenómeno.

El primero tiene que ver con la formación. La tasa de universitarios es superior aquí que en otras comunidades autónomas. El 44,8% de los jóvenes menores de 29 años ha cursaco estudios superiores, cuatro puntos más que la media española. Esto prolonga los años de estudio, retrasa el acceso al mercado laboral y, al mismo tiempo, genera una sobrecualificación: el joven vallisoletano está mejor preparado de lo que necesita para su empleo. Su formación le permitiría acceder a trabajos más cualificados, a sueldos más elevados. Pero no ocurre así. El Consejo de la Juventud certifica que el 57,3% de los asalariados con menos de 30 años tiene empleos que requieren una cualificación profesional inferior a la que poseen.

Precariedad

«En Valladolid no es tan difícil que alguien entre 20 y 30 años encuentre un trabajo. Hay. En hostelería, tiendas de ropa... Nada que ver con lo que has estudiado. Pero el gran problema son las condiciones:salarios muy bajos, te contratan por pocas horas», indica María, 26 años. Está claro, esto provoca un nivel adquisitivo bajo que corta las alas a cualquier aspiración de emancipación. Ode vivir solo.

«La desregulación de la contratación laboral ha afectado sobre todo a los jóvenes», indica Rosa Eva Martínez, secretaria de Mujer y Políticas de Igualdad de Comisiones Obreras, quien destaca que el acceso al mercado de empleo se hace, en muchos casos, con contratos de formación que se pueden prolongar durante tres años. «En hostelería, por ejemplo, hay contratos con un 25% de formación, en ocasiones on line, que ni se cobra ni se cotiza. Así, el sueldo se corresponde con el 75% del salario de referencia», explica Martínez. Traducido:ingresos que se quedan por debajo de los 600 euros.

Las cifras de la Agencia Tributaria precisan un poco más esta apreciación. El 26,8%de los jóvenes entre 16 y 24 años cobra menos de 665 euros. La mitad no llega a los 972 brutos al mes. Solo uno de cada cinco ingresa más de 1.400 euros. Yeso, los que trabajan. La tasa de desempleo juvenil es alta. Uno de cada tres jóvenes entre 16 y 29 años está en el paro. De los que tienen empleo, uno de cada cuatro (el 26,6%) no alcanza las 35 horas semanales. El 48,3%tiene contrato temporal, la mayoría con menos de un año de duración. Así las cosas, ¿cómo plantearse comprar una vivienda cuando el sueldo no alcanza?De acuerdo con los cálculos del Consejo de la Juventud, un trabajador menor de 30 años debería cobrar el doble para poder adquirir con garantías una vivienda libre.

Los ingresos mínimos para aspirar en Valladolid a comprar una casa sin apuros deberían ser de 1.416,91 euros, según las recomendaciones que hace el Banco de España, que aconseja no destinar más del 30%de la renta al pago de una hipoteca media.

El problema es que con los sueldos actuales y a pesar de la ligera caída de precios de la vivienda en los últimos años es casi imposible cumplir con esa recomendación. De entrada, el coste medio de acceso a una vivienda libre para una persona que quiera vivir sola es de casi la mitad de sus ingresos. Como mucho, podría adquirir un piso de 67.822 euros. Como tope, un apartamento de 65 metros cuadrados. Ir más allá si no se cobran esos mil y pico euros sería pillarse las manos.

Y ya se ha escrito que la mitad de los jóvenes que trabajan no llegan a mileuristas. Por ahí la cosa está complicada. Algo más fácil lo tienen las parejas con un par de sueldos. En ese caso, el panorama en Valladolid es menos incierto. El precio máximo tolerable sería de 116.609 euros (cuando el coste medio de un piso libre en la provincia está en 112.240 euros), los 111,8 metros cuadrados.

¿Es el alquiler una solución? Podría. Debería. Pero... La renta media de un piso de alquiler en Valladolid está en los 416,52 euros. «Y el problema es que casi te piden lo mismo por un estudio que por un piso de tres habitaciones», indica Carolina, 30 años, quien comparte techo para abaratar costes.

Pero se pueden sumar todavía más fenómenos que impactan sobre el mercado laboral juvenil. Castilla y León es la segunda comunidad autónoma que más activos jóvenes de 30 a 34 años ha perdido a consecuencia de los flujos migratorios entre regiones. Se van más (sobre todo a Madrid) de los que vienen a Valladolid.

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