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Una de las seis máquinas quemadas el pasado sábado.
Macrolibros reclama apoyo para salvar los 250 empleos

Macrolibros reclama apoyo para salvar los 250 empleos

La plantilla y la dirección de la empresa, que sufrió el sábado un incendio, se han reunido con el teniente de alcalde para «reabrir cuanto antes»

Antonio G. Encinas

Miércoles, 18 de noviembre 2015, 17:11

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Apenas eran once líneas, pero de una importancia vital. En ellas, los responsables de Macrolibros y del fondo de capital riesgo que posee la empresa, Sherpa Capital, aseguraban que su intención es seguir con la actividad de la imprenta vallisoletana. «Solo es una cuestión de tiempo volver a relanzar la actividad», aseguraban.

Y eso, en estos momentos, es la mejor noticia que podían recibir las más de doscientas personas que de un modo u otro se verán afectadas por el incendio que devastó la planta de offset de la empresa.

Esta rápida reacción ha provocado, además, que el Comité de Empresa y la Dirección caminen juntos hacia la reapertura de este gran centro de trabajo. Ayer formaron un grupo de siete personas y acudieron a entrevistarse con el teniente de alcalde, Manuel Saravia. Querían pedirle dos cosas. Por un lado, apoyo institucional.Por el otro, que se agilice al máximo la tramitación de licencias cuando el dinero del seguro permita comenzar a reformar la zona afectada.

«Hemos hablado de que quieren intentar mantener la cartera de clientes.De momento están estudiando qué les va a cubrir o no el seguro, pero tienen la voluntad de sacarlo adelante y afirman que su enemigo mayor es el tiempo. Quieren conseguir que el parón de la actividad sea lo más breve posible», explicaba Manuel Saravia tras la reunión con los representantes de Macrolibros.

«Estábamos a punto de realizar inversiones necesarias para la planta»

  • La Dirección y la propiedad del grupo Dédalo Print, al que pertenece Macrolibros, reaccionaron con rapidez tras producirse el incendio. El desastre provocado por el fuego les ha cogido, asegura Juan RamónGranell, director general del grupo, en un momento en el que Macrolibros estaba creciendo. «Esta desgracia ocurre en un año en el que estábamos mejorando en ventas y en resultados y muy a destiempo», aseguraba ayer, tras mantener reuniones con los trabajadores y con el teniente de alcalde, ManuelSaravia. «Lo que ocurre es que ninguno de los directivos, ni la propiedad, hemos vivido una situación igual, pero está claro que la propiedad el fondo de capital riesgoSherpa Capital se ha reunido con todos los trabajadores y ha dejado clara su voluntad de sacar esto adelante».

  • Cuando Sherpa Capital se hace con el grupo Dédalo formado por Macrolibros,Heliocolor y Gráficas Integradas en el año 2012, se enfrenta a una situación complicada. «Había unas pérdidas importantes y poco a poco con esfuerzos se ha ido avanzando a números mejores», asegura Granell. «Y estábamos prácticamente a punto de dar un resultado positivo con un buen crecimiento de ventas y sobre todo en el mercado internacional. Íbamos a realizar una serie de inversiones necesarias para la planta y esa viveza hacía mucho tiempo que no se notaba».

  • La recuperación de Macrolibros tiene que ver, según JuanRamón Granell, en la internacionalización y en la imagen de empresa profesional que se ha ganado. «Macrolibros es una empresa en la que se cree.Estamos a un 60% de exportación y tiene una imagen muy buena de calidad y de compromiso», asegura el director general de Dédalo Print Group.

  • Lo que quieren, añade, es resolver cuanto antes la situación de incertidumbre que se ha generado. «Queremos saber el comportamiento del seguro en estos casos y que todo se resuelva rápidamente y que no perdamos ningún cliente en esta situación», afirma.Descarta, además, otras posibilidades como los rumores que apuntan a que se va a trasladar todo a otra de las plantas del grupo. «Hay informaciones de que se está estudiando irse a otra planta pero no son ciertas, porque además costaría mucho más. Vamos a luchar en esta situación.Solo se ha quemado la planta de impresión, con lo que el resto de la planta está intacto. Una posibilidad es poner en marcha la parte de encuadernación e ir escalonando la incorporación de la gente al puesto de trabajo», explica.

  • A los trabajadores, en principio, se les aplicará un expediente de regulación temporal de empleo por fuerza mayor, «que es lo que les hemos comunicado», dice Granell, aunque la forma en que se haga dependerá, aseguran, de lo que cubra el seguro.

  • Cuentan, eso sí, con el auxilio que pueda prestar el Ayuntamiento,«desde la agilización de los procesos administrativos hasta saber si existe algún plan para trabajadores en otros organismos, o planes europeos que puedan prever algún tipo de ayuda».

La forma en que el Ayuntamiento puede ayudar a reflotar la empresa es doble, y no se trata solo de poder aportar dinero o subvenciones. «Nos piden un papel político claro del Ayuntamiento, que hagamos una declaración en el Pleno que ya les hemos dicho que la mayor parte de los grupos la apoyarían. Buscan que la propiedad lo pueda esgrimir ante clientes o futuras gestiones que deban hacer. Nos dirigiríamos además al Gobierno y a la Junta para que se pongan en marcha las ayudas que puedan tener para estos casos», explicaba Manuel Saravia.

Por otro lado, se agilizarán las licencias urbanísticas, «de obra y de ajustes que haya que hacer para que puedan volver a la actividad lo antes posible», explicó el teniente de alcalde y concejal de Urbanismo. «Mantendremos contacto con el director general de Macrolibros para que hagan un informe técnico y ver la cuestión de las licencias».

Es urgente volver a la normalidad. Sobre todo porque de Macrolibros depende el sustento de «unas 250 familias, entre puestos directos, subcontratistas, empresas auxiliares, mantenimiento, etc», según la estimación del director comercial de la compañía,Carlos Panizo. En la planta vallisoletana trabajaban 148 empleados, más otros 11 eventuales más 29 pertenecientes al centro de empleo de Fundación Personas. En estos casos, ayer mismo se les comunicó que se iba a realizar un expediente de suspensión de empleo por causa de fuerza mayor «hasta que se pueda volver a la normalidad», según el responsable de Recursos Humanos de la fundación, José Laguna. Estas 29 personas trabajaban en Macrolibros «en prestación de servicios en un enclave laboral». Es decir, que se trasladan allí diariamente para realizar funciones de encuadernación o embalaje, entre otras. «Es el enclave más antiguo que tenemos, comenzó hace unos veinte años, y la relación siempre ha sido muy buena», explica Laguna. Había dos turnos de trabajadores de FundaciónPersonas, de lunes a viernes, de mañana y tarde. «Como 24 de los 29 tienen contrato indefinido, tres son temporales y dos, eventuales, todos tienenderecho a la prestación por desempleo. Mientras están suspendidos, cobrarán el paro».

Mientras tanto, algunos miembros de la plantilla de Macrolibros se afanan en poner a punto algunos pedidos que estaban ya listos para enviar y que se han podido salvar. Están trabajando sin luz, sin calefacción y sin teléfono, lo que dificulta aún más las tareas.

Buena disposición

Desde la empresa, alaban la disposición de los empleados, que mostraron su buena fe en la primera reunión que los representantes sindicales mantuvieron con la Dirección tras el siniestro.«Cuando acabó la reunión con los directivos, los trabajadores les aplaudieron», enfatiza con asombro una fuente de la compañía.

Hoy esperan recibir el informe de los Bomberos sobre el origen del incendio, aunque las primeras indagaciones de la Policía Científica sobre el terreno parecían apuntar a «un cortocircuito fortuito».

El fuego arrasó la zona en la que se ubican la máquinas de impresión.Todas, las seis de las que disponía la empresa, resultaron afectadas por las llamas. El incendio se quedó, al menos, en esa parte, y dejó a salvo el almacén de papel y las máquinas de encuadernar.

«Se ha quemado el corazón de la empresa», resumía ayer Carlos Panizo, director comercial.

Esto, y la incertidumbre de lo que pueda cubrir el seguro de la planta de impresión, es lo que provoca que no haya plazos concretos para la reapertura de la fábrica. Mantener los clientes muchos de ellos internacionales y garantizar la supervivencia de la fábrica exige que los plazos se agilicen al máximo en todos los órdenes. La idea es recuperar la producción paulatinamente en cuanto se puedan avanzar las primeras reparaciones.

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