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Desvalijan la casa de dos hermanos en Roturas después de golpearles y amordazarles

Los tres ladrones redujeron a las víctimas de noche y se llevaron calderilla, una motosierra y la comida del frigorífico

J. Sanz

Sábado, 10 de octubre 2015, 09:32

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Los hechos ocurrieron de noche, aunque no demasiado tarde, y en una vivienda situada a treinta metros de la Plaza Mayor de Roturas, una pequeña localidad de 33 habitantes censados próxima a Peñafiel. Allí, en su casa, se encontraban dos hermanos el pasado jueves cuando alguien llamó a la puerta. «Creyeron que era algún vecino y abrieron sin mirar», relatan sus vecinos. Pero no, se trataba de un hombre que lo primero que hizo fue golpear al inquilino con una barra de hierro en la cabeza y lanzarle con la pared. Después entraron dos compinches e hicieron lo propio con su hermano. Los ladrones maniataron a las víctimas y huyeron con un escaso botín formado por calderilla, una motosierra, dos cazadoras y comida.

Los hechos ocurrieron a las 23:00 horas en una casa situada en pleno casco urbano del municipio, cuando uno de los hermanos dormía y el otro estaba aún despierto. Uno de los delincuentes llamó entonces a la puerta y simuló cierta confianza al soltar un «¡ábreme!». El vecino abrió y se encontró con un desconocido que «le plantó un golpazo con una barra y le tiró contra la pared». Él iba a cara descubierta, pero no sus compinches, que entraron a continuación. «Se metieron otros dos encapuchados y golpearon también al hermano cuando bajó a ver qué estaba ocurriendo». Después maniataron a ambos con cables a una cama.

Los delincuentes comenzaron entonces a preguntar a las víctimas, que rondan los sesenta años y que trabajan como jornaleros, por la caja fuerte. «Cómo si la tuvieran», suspiran sus vecinos. No la había, por descontado, y los ladrones comenzaron a poner la casa «patas arriba».

«Levantaron los colchones, abrieron los cajones y lo dejaron todo revuelto», añaden los testigos. Y todo para reunir un botín de apenas cien euros, una motosierra, dos cazadoras y, quizás lo más sorprendente, algunas latas de refresco y la comida que encontraron en el frigorífico. Los autores se marcharon después dejando a los inquilinos atados.

Pequeñas magulladuras

Las víctimas, eso sí, consiguieron soltarse en pocos minutos y acudieron a la vivienda del juez de paz de la localidad para pedirle que avisara a la Guardia Civil. Los agentes llegaron poco después y trasladaron a los hermanos al centro de salud de Peñafiel, donde fueron atendidos de diversas magulladuras. «Están bien, aunque asustados, pero las lesiones, por fortuna, fueron leves», confirmó el alcalde, Lucas Aguado.

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