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Paco, de la Casa del Sombrero, a las puertas de su negocio.
La calle de Valladolid con las mil soluciones para hacer regalo

La calle de Valladolid con las mil soluciones para hacer regalo

Platerías ofrece alternativas variadas para sorprender, desde sombreros a moda andaluza, pasando por todo tipo de detalles

Víctor Vela

Miércoles, 7 de octubre 2015, 18:41

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Hay en la calle de la Platería un pequeño altarcito que tal vez pasa desapercibido y que está dedicado a la patrona de un pueblo de Palencia. «Casi todo el mundo piensa que el nombre de la tienda es por un apellido... y no», aclara Antonia Manso en este local que, 45 años después, ya es un clásico del comercio pucelano. Ronte es Ronte por la Virgen de Osorno y el origen de este negocio de decoración, cualquiera lo diría, está en Marbella. Hasta allí se marchó hace casi medio siglo el palentino Javier Gutiérrez-Dosal con el objetivo de matricularse en una escuela de hostelería.Era el inicio del boom turístico.La playa como tierra de oportunidades. La costa como seguro de vida. Y Javier pensó que por ahí, entre menús y comandas, podía estar su futuro. Pero, al llegar a Marbella, quedó conquistado por la vista y no por el paladar. «Allí conoció la cerámica de la zona, le encantó la decoración. Siempre decía que descubrió un mundo mucho más colorido». Al menos, con más tonos de los que había en su tierra natal. Se volvió a Castilla con esa impronta en la retina. Conla convicción de que su camino no andaría por los senderos de la hostelería, sino por los de la decoración. Ymontó Ronte, una tienda en una esquinita de la calle de la Platería a la que bautizó con el nombre de la Virgen de su pueblo.

El recuerdo de Jesús, el cariño con el que trataba a sus clientes (fueran o no habituales), impregna una tienda que ahora atiende Antonia Manso, quien siempre será su mujer. Él, de Osorno. Ella, de Astudillo. Emigrantes los dos en Valladolid. Y aquí se conocieron. En unas ferias de San Mateo. A las puertas del teatro Lope de Vega, mientras hacían cola para ver la obra Equus, uno de los grandes éxitos de Fernando Guillén. YAntonia lo recuerda emocionada rodeada de las lámparas, los cuadros, las gramolas o los juguetes de hojalata que componen el surtido de Ronte. Pero, entre todos estos productos, el que más le gusta es el que está a puntito de conquistar el escaparate. Porque esta tienda es uno de los grandes destinos de los aficionados a montar el Belén por Navidad. «Es la mercancía que más ilusión me hace. Me encanta ver a los clientes que un año tras otro se acercan para completar su nacimiento. Los hemos visto crecer y es un regalo cuando descubres la emoción con la que vienen por aquí», explica Antonia.

La suya es una tienda para el regalo sosegado. Para los obsequios desenfadados y canallas, hay que pedir razón en la puerta que hay justo al otro lado de la calle. Sergio Arranz siempre fue fan absoluto de un juguete que ya tiene 55 años de historia: el mono que toca los platillos. «Me hacía gracia, lo reconozco». Así que, cuando hace casi dos años abrió su propio negocio, decidió adoptarlo como mascota y nombre para la tienda. Okey Monkey podría ser el paraíso de los frikis (con perdón). El gran bazar del regalo inesperado. Sergio navega por Internet para descubrir presentes de moda y detalles para sorprender. Yarrancar una sonrisa a quien lo recibe. Hay tazas con la forma de un objetivo de cámara para los aficionados a la fotografía o del mando de la play station para los enfermos de videoconsola. Hay lámparas compuestas por piezas de tetris para apasionados de los videojuegos retro. Hay mapas del mundo para que los viajeros olvidadizos rasquen los países que han visitado. Hay pajaritas de madera para darle un toque divertido a la Nochevieja. Hay unos proyectores para que los vídeos del móvil puedan verse en grande en una pared. Y hay unos cojines con forma de jamón ibérico que seguro que también tienen sus defensores. Porque siempre hay alguien que será feliz con un regalo concreto. Por muy extraño que nos parezca. Esa es la gracia y el difícil arte de regalar. Saber descifrar el complicado hilo que cose aficiones y obsequios.

¿Más ideas? Quizá puedan encontrarse en Caireles, la tienda de moda andaluza que regenta la muy castellana Alma Lara. Abrió el 1 de enero de hace un par de años. Año nuevo... Alma es una enamorada de la cultura andaluza, una devota de la Virgen del Rocío (siempre que puede acude de peregrina), una aficionada al flamenco. Ytoda la vida vinculada al comercio (su familia atiende La dulce artesana, en Ferrari), tuvo claro qué vendería en su tienda cuando la abriera. Y este es el resultado. Caireles ofrece un amplísimo catálogo de trajes de corto y vestidos de flamenco, de zapatos andaluces y botos camperos, de sombreros, bisutería, ropa de calle con claros aires del sur (mucho volante, mucho lunar), abanicos...Ytodo, en una tienda con detalles como carteles de La Maestranza (con Curro Romero,Rivera Ordóñez y José Tomás) o que aluden a calles de Sevilla.

Existe también la posibilidad del regalo personalizado. Es la alternativa que propone Raquel Castaño, una artista que elabora tocados a medida o prendas pintadas y decoradas a gusto del consumidor. No hay dos piezas iguales. Imposible encontrarlas repetidas. Raquel pinta a mano camisetas, abrigos, alpargatas en verano y botas en invierno, zapatos, faldas, tocados... Se puede seguir. «Siempre con formas originales y con tejidos de calidad, como lanas inglesas, que se pueden lavar con tranquilidad», explica Judith Pérez, una sonrisa de atención en la tienda donde se venden los productos que Raquel (que también tiene aquí taller) prepara en Mojados.

Yel último toque, para rematar la jugada, se encuentra en La Casa del Sombrero. No hacen falta muchas pistas más para saber a qué se dedica esta tienda. Todo ocurrió en apenas una semana. Paco Domingo supo un martes que el negocio se traspasaba. El miércoles lo habló con su familia. El viernes ya estaba firmado el acuerdo. Y ese fin de semana se fue tranquilamente a Budapest para cantar con sus compañeros del coro de gospel Good News, de Simancas. Lo cuenta con su voz de tenor. «En frente de Iborra hay ahora una administración de lotería, pero en su día estuvo allí una sombrerería que con el tiempo se vino a Platerías». Reconoce Paco que su vida parecía encaminada a tener su propio negocio. Le viene de familia. Su mujer, Matilde, es florista (La Jara);su abuelo, el joyero de Vaquero en Fuente Dorada; su madre, en Morgan. Todo parecía dirigido a un hueco detrás del mostrador. «Pero hace 26 años respondí a un anuncio en el que buscaban licenciado para un banco... y me cogieron». No parece que aquello le convenciera mucho. Yterminó por despejar dudas cuando visitó el antiguo local y se fijó en un sombrero andaluz, en otro de la policía montada del Canadá, en una boina de Elósegui, un canotier. «No es un negocio grande», reconoce, pero lo ve como un gran negocio. Ahora visita ferias (en Frankfurt, por ejemplo) para conocer qué se lleva en las cabezas del mundo y traerlo a Valladolid. Lo más reciente, unos sombreros elaborados con sacos reciclados de café. Y junto a ello, los clásicos: viseras, de copa, gorros de invierno, bombines incluso. «Y los nuevos sombreros de lluvia. Tenemos los de toda la vida, pero ahora hay más alternativas y mucho más bonitas. Y prácticas», dice Paco, uno de los eslabones de esta calle Platerías con cientos de ideas para hacer el mejor regalo. ¡Y los comerciantes unidos preparan sorpresas para la campaña navideña!

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